Personalidades acusadas
El talento de Antony y de Rufus Wainwright abre la noche del lleno de Wilco en Benic¨¤ssim
El programa apret¨® tanto como el calor durante la primera gran jornada del Festival Internacional de Benic¨¤ssim (FIB). Sobre todo porque los platos fuertes empezaron pronto y a las 18.30 la marea humana que componen los m¨¢s de 40.000 asistentes ya recorr¨ªa el recinto de un escenario a otro. El de ayer era un d¨ªa de personalidades acusadas, muy definidas, tajantes y marcadas. Voces rotas, delicadas, cautivadoras, inconfundibles... Cada una en su estilo, pero todas especiales. Y as¨ª lo hizo saber Jeff Tweddy que, con sus compa?eros de Wilco, congreg¨® el primer gran lleno del FIB 2007.
En cualquier caso, la primera muestra de esta jornada de marcadas personalidades sobre los distintos escenarios de Benic¨¤ssim fue en la calurosa carpa Fiberfib.com, aunque ¨¦ste no fuera el espacio m¨¢s propicio para degustar propuestas tan delicadas como la de Rufus Wainwright o Antony & The Johnsons. Pero Wainwright demostr¨®, con un concierto de ¨®rdago, que no hay obst¨¢culo que pueda con el talento. Consciente de que sus canciones nacieron para sonar a lo grande, disip¨® en apenas tres minutos el tibio recuerdo de su austero pase de 2006. Acompa?ado de piano de cola, secci¨®n de viento y coros mayest¨¢ticos, fue una aut¨¦ntica demostraci¨®n del significado real del t¨¦rmino, ¨²ltimamente tan bastardizado, "artista" que, en su caso, ha de escribirse con may¨²sculas. Una demostraci¨®n de clase y elegancia rematada por una lectura del Aleluyah de Leonard Cohen que podr¨ªa rivalizar con la de Jeff Buckley, y una coreograf¨ªa final, ya vestido de mujer, digna de un musical de Hollywood. Sencillamente magn¨ªfico.
La zonas verdes repartidas entre los escenarios, que los fibers aprovechan para reponer fuerzas, apenas fueron ocupadas durante un rato, ya que con un cuarto de hora de diferencia hab¨ªa otra cita esperada en el mismo escenario Menos espectacular fue la aportaci¨®n de Antony & The Johnsons. Mantuvo un pulso igual de elegante aunque envuelto en una sobriedad que demandaba mayor complicidad previa por parte de la audiencia. Su apreciable e inequ¨ªvoca prestaci¨®n vocal raya a veces en el gorgorito caprichoso, alej¨¢ndole de la concreci¨®n. Pese a ello, poco cabe reprocharle a ¨¦l y a su eficiente banda, y m¨¢s cuando se es capaz de desfigurar el Crazy in love, de Beyonce, hasta dejarlo casi irreconocible. ?l puso el broche a una tarde en la que, por vez primera, las peque?as carpas del FIB se vistieron de elegancia y se alejaron de la rudeza. Mientras, la organizaci¨®n del festival rend¨ªa un peque?o homenaje sorpresa a Jes¨²s Ordov¨¢s y Chema Rey, reyes de Radio 3 a los que ha llegado la hora del retiro profesional.
Eso fue ayer, en la que tal vez era la jornada m¨¢s atractiva del programa. La noche anterior, la del jueves, no acab¨® pronto, aunque lo hizo muy bien despu¨¦s de atestiguar que los tiempos en que Los Planetas daban una de cal y otra de arena sobre el escenario verde han quedado atr¨¢s. La banda granadina despach¨® de madrugada otro de sus rocosos directos, con un pie puesto en el afortunado ba?o sure?o de La leyenda del espacio y el otro en su inapelable ristra de ¨¦xitos. No faltaron De viaje, segundo premio, o Santos que yo te pinte, perfectamente ensambladas, con su reciente giro estil¨ªstico, en un recital sin fisura alguna. M¨¢s deslavazado result¨® lo de los Stooges un poco antes, pese a su contundente comienzo, m¨¢s que nada porque el habitual ritual de invasi¨®n de escenario por parte del p¨²blico (una treintena de personas se subieron a ¨¦l) y la endeblez de su ¨²ltimo trabajo son los ¨²nicos puntos de desconexi¨®n de un Iggy Pop que vive enchufado a la visceral interpretaci¨®n de su salvaje personaje. M¨¢s completo fue el extraordinario concierto de sus compatriotas de Bright Eyes.
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