A a?os luz de Kioto

Espa?a resulta pr¨¢cticamente imbatible en la cabecera de una lista -no de honor precisamente- de pa¨ªses que m¨¢s se alejan, por sus emisiones de gases de efecto invernadero, de los compromisos adquiridos en el Protocolo de Kioto, aprobado hace una d¨¦cada. ?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ no se ha hecho para alcanzar ese puesto en cabeza? Cabe responder con el dicho: de aquellos polvos, estos lodos.

Espa?a, como los otros 14 pa¨ªses de la UE entonces, se comprometi¨® en Kioto, en 1997, a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero de manera que, tomando como base el nivel de 1990, sus emisiones fueran un 8% inferiores a la media de 2008-2012. El acuerdo interno de la UE, atendiendo a las diferencias de los pa¨ªses, dej¨® la cosa en que Espa?a puede aumentar hasta un 15% sus emisiones (a cambio otros, como Alemania o Reino Unido, recortan las suyas considerablemente m¨¢s del 8%).

El Gobierno acept¨® limitar el aumento de las emisiones de efecto invernadero al 15% respecto a 1990, pero ese exceso ronda ahora el 50%

La Estrategia Nacional del Clima llega a s¨®lo seis meses de que empiece a contar el plazo para examinar el cumplimiento del protocolo

Algunos se pusieron casi inmediatamente a la tarea, antes de que el Protocolo de Kioto entrara en vigor, con planes energ¨¦ticos, tecnolog¨ªas, medidas fiscales, etc¨¦tera. En el otro extremo, entre los que no hac¨ªan nada, se situ¨® Espa?a, mientras su crecimiento econ¨®mico era notable. Los especialistas alertaron de un s¨ªntoma preocupante: el aumento de las emisiones era superior a la tasa de crecimiento econ¨®mico. Es decir, empeoraba la eficiencia energ¨¦tica.

En 1997 estaba ya el PP en el Gobierno e Isabel Tocino, como ministra de Medio Ambiente, hizo proclamas encendidas en Kioto a favor de la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Pero las declaraciones no se plasmaron en medidas y pol¨ªticas eficaces en casa, seg¨²n alertaron los especialistas.El problema actual se fragua en esos a?os en los que parec¨ªa que el Protocolo de Kioto no era para cumplirlo, y los sectores econ¨®micos, en su mayor¨ªa, estuvieron muy c¨®modos con esta postura de "no hace falta hacer nada".

En la ¨¦poca de Jaume Matas a cargo de Medio Ambiente, Espa?a empez¨® a llamar la atenci¨®n en el ¨¢mbito internacional y cre¨® una Oficina de Cambio Clim¨¢tico, pero a la hora de la verdad -medida en t¨¦rminos de pol¨ªticas para controlar las emisiones- cabr¨ªa resumir que fue un poquito de ruido y casi ninguna nuez. Y la posici¨®n de Espa?a en la lista de los m¨¢s alejados de Kioto se fue consolidando con un crecimiento constante de sus emisiones (en 2005 se alcanz¨® el m¨¢ximo: 52,16% de aumento).

Otros pa¨ªses de la UE lo vieron de otra manera. No todos van a cumplir f¨¢cilmente sus objetivos, pero no se alejan tanto como Espa?a, como a?o tras a?o se?ala la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Si los gobiernos de PP perdieron ocho a?os clave, el PSOE en la oposici¨®n no destac¨® por poner mucho empe?o en poner este asunto en el primer plano. Cuando el Parlamento ratific¨® el Protocolo de Kioto, en 2002, no se insisti¨® desde la oposici¨®n en una pregunta obvia: "?Y c¨®mo vamos a cumplir este acuerdo?". Sin embargo, las ONG no han dejado de alertar, denunciar, y protestar ante el problema del cambio clim¨¢tico y la par¨¢lisis de los pol¨ªticos espa?oles al respecto.

Obligados a cumplir

Al llegar Rodr¨ªguez Zapatero al poder el problema se hab¨ªa ya desbordado y una de las primeras cosas que dijo fue que Espa?a iba a cumplir el Protocolo de Kioto. Tampoco queda m¨¢s remedio, puesto que lo ha ratificado y adem¨¢s, la UE pone obligaciones, pero fue una declaraci¨®n bienvenida por los defensores del acuerdo.

En ese momento acuciaba ya la necesidad de tomar medidas y desde entonces todo ha tenido que ir con prisas. No han faltado serias desavenencias entre los ministerios implicados, pero a¨²n as¨ª, el a?o pasado las emisiones espa?olas descendieron: del 52% en 2005 al 48% en 2006.

En comparaci¨®n con los ocho a?os anteriores, el Gobierno de Zapatero ha actuado. ?Ha hecho todo lo necesario? ?A tiempo? Es sintom¨¢tico el hecho de que se apruebe ahora la Estrategia Nacional del Clima, en el ¨²ltimo a?o de la legislatura y a s¨®lo seis meses de que se ponga en marcha el contador de Kioto.

Desde ¨¢mbitos pol¨ªticos y empresariales se oye a menudo la queja de que Espa?a negoci¨® mal Kioto, que el 15% de aumento de las emisiones respecto a 1990 es insuficiente. Si las emisiones hubieran aumentado unos pocos puntos por encima de ese 15%, el argumento tendr¨ªa m¨¢s peso. Pero cuando se roza el 50% de exceso, el problema es que algo muy serio ha fallado durante demasiado tiempo.