"Un bum sordo"

Eran las 10.45 horas. Los vecinos del paseo de Maragall oyeron una explosi¨®n. Al instante se fue la luz. "Ha sido un ?bum! sordo y acto seguido han salido operarios por esa puerta [la de la calle de Escornalbou]. Parec¨ªan asustados. Han parado el tr¨¢fico y han dicho a la gente que no pasara", contaba Ernestina Segura desde la tienda de regalos que tiene enfrente de la subestaci¨®n, y que cerr¨® inmediatamente. "Despu¨¦s ha habido cuatro o cinco explosiones m¨¢s. Tambi¨¦n sordas, como si fueran en el s¨®tano", prosegu¨ªa Segura. "No es normal que haya una estaci¨®n como esta en medio de la ciudad", protestaba su marido, Tom¨¢s. "Dicen que aqu¨ª abajo hay un t¨²nel, cualquier d¨ªa salimos volando", murmuraba el comerciante.

A pocos metros de la subestaci¨®n hay una gasolinera. Las explosiones se oyeron hasta all¨ª. Susana Capdevila vio desde su casa "cuatro focos de llamas alt¨ªsimas" saliendo por la azotea de la instalaci¨®n. La alert¨® Tania, su hija de siete a?os. Ambas oyeron varias explosiones. Como Andreu Ruiz y Neus Carceller, que trabajan en el concesionario de Citro?n.

En pocos minutos, el paseo se llen¨® de humo negr¨ªsimo y veh¨ªculos de bomberos, Guardia Urbana y Mossos d'Esquadra. Tr¨¢fico cortado y, dentro del cord¨®n de seguridad, nervios y sanitarios repartiendo mascarillas. Los bomberos entraban y sal¨ªan del edificio con bombonas de ox¨ªgeno mientras otros remojaban la puerta de la estaci¨®n, donde se desprendieron varios focos y placas.

El Ayuntamiento daba el incendio por extinguido a la una de la tarde, pero, desde la calle, la humareda segu¨ªa siendo tremenda.