No es para tanto
La situaci¨®n en general es muy mala, muy mala. Su mejor reflejo quiz¨¢ lo ofrezca c¨®mo tenemos nuestro f¨²tbol, con la Real ya desgraciadamente en segunda, el Alav¨¦s sin poder levantar el vuelo en ella y el Athletic salvado por los pelos; y para colmo tiene que venir uno de Sevilla a poner a trabajar a los de Lezama. Paradojas de la vida, sanas paradojas de la vida ante el imaginario colectivo que cre¨ªa en el trabajo como la virtud por antonomasia de este pueblo en marcha, pues es inmemorialmente sabido que los vascos somos nobles y trabajadores -algo as¨ª como lo dicho de una bestia de carga, pero con buena intenci¨®n-. Y para rematar esta situaci¨®n, la propia crisis del PNV.
Esta crisis nos recuerda a aquella del pasado, cuando Arzalluz, desde la presidencia del Euskadi Buru Batzar, acab¨® desalojando de Ajuria Enea a Garaikoetxea. S¨ª, parece que la historia se repite. Sin embargo, no todos los personajes adoptan los mismos papeles. No Ibarretxe, puesto que quien ejerc¨ªa de lehendakari en aquella ocasi¨®n era m¨¢s radical que el presidente del partido entonces, Xabier Arzalluz. Aquel Arzalluz que maniobr¨® para recortar el margen de actuaci¨®n de Garaikoetxea, que acab¨® pronunciando el discurso del Arriaga y que respald¨® el Pacto de Ajuria Enea, que tanta estabilidad dio a la sociedad vasca y que tanto retroceso supuso para ETA. S¨ª, aquel personaje hoy se coloca en la l¨ªnea radical, junto a Egibar, dise?¨¢ndose ya la batalla frente a Imaz, que viene a hacer el papel del sensato Arzalluz de hace veinte a?os.
Veinte a?os despu¨¦s, la historia se repite pero, ya digo, no todos los personajes se comportan como entonces. Lo curioso del caso es que, de nuevo, el PNV demuestra que su jerarqu¨ªa interna es m¨¢s moderada que los que acaban ejerciendo la representaci¨®n institucional. Una curiosa y preocupante paradoja, pues los gobiernos, que deben serlo de todos sus administrados, tendr¨ªan que ser por eso m¨¢s moderados y prudentes. Aqu¨ª funciona al rev¨¦s.
Luego hay cosas que no se entienden, a no ser que sigamos nadando en la abundancia de la sopa boba del Cupo. Porque las encuestas revelan que se ha hundido el optimismo y las expectativas de futuro de la sociedad vasca ante el futuro, tras el fracaso del proceso de paz. Pero el precio de los pisos no cae en la misma medida y San Sebasti¨¢n y Getxo siguen siendo las ciudades espa?olas donde m¨¢s cara est¨¢ la vivienda.
Algo debe tener dislocado nuestra sociedad. La l¨®gica apunta que si desciende la confianza en el futuro deber¨ªa bajar tambi¨¦n el precio de los pisos, pero no. Seguimos en guerra, ya que no hay paz, pero los pisos no bajan ni locos. Menuda guerra es ¨¦sta, que va por barrios. A los pocos que les afecta les va muy mal y al resto, por lo que se ve, muy bien. Somos, de todas maneras, como un pa¨ªs de Gila, el ¨²nico del mundo en conflicto y con los pisos por las nubes.
El ¨²ltimo Euskobar¨®metro muestra a una sociedad deprimida ante la ruina de las expectativas de paz y profundamente pesimista sobre las posibilidades de que ETA recobre el sentido com¨²n. Cosas de la opini¨®n p¨²blica, porque hace apenas dos meses el optimismo rebosante no permit¨ªa ni siquiera especular sobre la naturaleza agresiva, y por lo tanto refractaria a cualquier negociaci¨®n, de ETA. De haber tenido la m¨ªnima vocaci¨®n negociadora, hace muchos a?os que se hubiera transformado en un colectivo pol¨ªtico civil y desarmado, como lo ha hecho, no hace mucho tiempo, Aralar, y antes otros. Si ETA no negocia nada es porque est¨¢ incapacitada para hacerlo.
Pero la gente es as¨ª. Su opini¨®n no es tanto la suya como la dominante (sigamos a Marx, aunque sea de forma mecanicista). Y cuando la opini¨®n dominante decide un d¨ªa declarar que todo se ha roto, la gente se pliega y asume ese estado de ¨¢nimo. En esta noria de nuestra historia en la que todo se repite, ahora somos pesimistas respecto a ETA, pero hay que animarse un poquito. Ni antes ETA estaba sinceramente por la negociaci¨®n, ni tampoco tiene un futuro muy halagador, porque, al fin y al cabo, es la ¨²nica organizaci¨®n terrorista que sobrevive en Europa, y eso es muy dif¨ªcil de sostener.
Lo que sabemos peor es c¨®mo devolver al Alav¨¦s y a la Real a primera, y que el Athletic no baje. Aqu¨ª, en Euskadi, el muerto al hoyo, el vivo al bollo, y los pisos a subir.
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