A Coughlan le har¨¢n callar

Hay una premisa de la sentencia de ayer en Par¨ªs en la que no estoy en absoluto de acuerdo: la FIA no puede impedir que dos trabajadores libres sean contratados por ninguna empresa privada. Stepney y Coughlan, los dos principales implicados en todo el asunto de espionaje entre Ferrari y McLaren, pueden ser despedidos por sus respectivos equipos, pero tambi¨¦n pueden ser contratados por cualquier otro, le guste o no a la FIA.

Los servicios jur¨ªdicos de la federaci¨®n pueden llamarles a declarar, pero ellos podr¨ªan incluso negarse a acudir a esta cita. Sin embargo, no lo har¨¢n. Ir¨¢n a Par¨ªs, se sentar¨¢n ante los abogados y explicar¨¢n sus versiones. Dif¨ªcilmente dir¨¢n toda la verdad. Porque la sentencia del Consejo deja abierta una puerta muy peligrosa para McLaren Mercedes: no le han sancionado, pero pueden hacerlo en el futuro si se demuestra que, de alguna forma, utilizaron los datos robados a Ferrari que estaban en sus manos.

Y esto sit¨²a a Mike Coughlan, su ex director de dise?o, en una posici¨®n de fuerza impresionante. De sus declaraciones depende el futuro de McLaren. Porque si ¨¦l reconoce que supo por Stepney la irregularidad en que incurri¨® Ferrari con los fondos flexibles de sus monoplazas y que McLaren aprovech¨® esta informaci¨®n para denunciarlo en el GP de Australia, habr¨¢ ya un primer elemento sancionable. Y si despu¨¦s agrega que la existencia del dossier de Ferrari era conocida por varios miembros directivos del equipo McLaren y que no s¨®lo no le dijeron que lo destruyera sino que le insinuaron que profundizara en algunos aspectos, como desvelaba ayer la prensa italiana, existir¨ªa otro supuesto punible.

McLaren no pod¨ªa ser castigado por tener el informe, porque ellos no lo hab¨ªan buscado: de alguna forma cay¨® en sus manos. Pero todas las consecuencias que se deriven de este hecho s¨ª pueden ser penalizadas. Demostrar que los datos se utilizaron en la construcci¨®n o la mejora de los coches de McLaren es imposible, porque son radicalmente diferentes a los Ferrari. Sin embargo, ser¨ªa l¨®gico pensar que informaciones del dossier se utilizaron para especular sobre algunas l¨ªneas de trabajo.

Y eso s¨®lo puede explicarlo Coughlan, suspendido de empleo y sueldo por McLaren. Pero al que el equipo deber¨¢ cerrar la boca. Su despido puede resultarle car¨ªsimo a Ron Dennis.