El ni?o y el escritor

La ¨²ltima obra de Xavier Velasco (M¨¦xico DF, 1964) es de esos libros que penetran sin misericordia en el espinoso mundo infantil para desenredar sus mitos. Aunque el recuerdo fiel y la transformaci¨®n imaginaria se confunden, se aprecia una alta dosis de autobiograf¨ªa. Es la aventura vital de un hijo ¨²nico, de su familia y sus compa?eros de colegio, pero sobre todo es la confrontaci¨®n del ni?o con su retrato, su otro yo, su doble, aquel que preside el sal¨®n de la casa. All¨ª est¨¢ el modelo, el ni?o ideal al que el real no conseguir¨¢ jam¨¢s parecerse. El ni?o, sabi¨¦ndose mentiroso, travieso y poco aplicado, cree que muy pronto ser¨¢ enviado al hospicio o sino, m¨¢s tarde, condenado al infierno. Se sabe distinto. Los ni?os buenos van a ver Bambi, los malos, como ¨¦l, C¨®mo robar un mill¨®n. Se nos presenta a un protagonista condenado a vivir al borde del abismo que ha sufrido tres acontecimientos decisivos: se ha perdido en unos grandes almacenes de Nueva York, ha tenido un grave accidente de coche y se ha sentido culpable de la muerte de su mejor amigo.

Contada en cap¨ªtulos cortos que m¨¢s que narrar acontecimientos transmiten suaves emociones o favorecen atm¨®sferas turbias, la novela tiene el acierto de que lo sentido pertenece a la mente infantil, pero el discurso literario es del adulto. En la ¨²ltima parte, con un protagonista que ha madurado, es el escritor quien, due?o de todos sus recursos, toma la palabra. Con un lenguaje preciso y elegante y las met¨¢foras justas para ser brillante sin excederse, vemos que el ya no tan ni?o, aprendiz de escritor, lleva a cabo la empresa m¨¢xima de lanzarse en paraca¨ªdas, un logro que simboliza aquello que forma a los escritores, la figura de lanzarse al vac¨ªo. Por supuesto, ah¨ª est¨¢ en germen otra mitolog¨ªa, esa que corresponde a la manera en que se forjan los escritores. Y esto tambi¨¦n forma parte de esta novela.