Cuando volar barato sale caro
Las cancelaciones son la principal queja contra las l¨ªneas de bajo coste, que ya usa el 20% de viajeros
A M¨®nica Fuertes le cost¨® 10 meses, no se sabe cu¨¢ntas llamadas, e-mails y cartas, y m¨¢s de un enfado recuperar los 321 euros y 38 c¨¦ntimos que le costaron tres billetes Madrid-Venecia. S¨®lo cuando recurri¨® a las amenazas consigui¨® que la compa?¨ªa de bajo coste que hab¨ªa cancelado su vuelo le devolviera el dinero. "Es una cantidad peque?a para el tiempo y esfuerzo que dediqu¨¦. Pero la satisfacci¨®n de ver que no se salen con la suya no tiene precio", dice.
"Ver que no se salen con la suya no tiene precio", dice M¨®nica, que pele¨® por una indemnizaci¨®n
La italiana Myair hab¨ªa pospuesto unilateralmente su viaje. Cuando esta madrile?a de 30 a?os dijo que no, que prefer¨ªa la devoluci¨®n, le respondieron que era imposible porque hab¨ªan pasado m¨¢s de dos d¨ªas desde que recibi¨® el correo electr¨®nico en el que le informaban del cambio. Despu¨¦s de 10 meses de darse de cabezazos con el servicio de atenci¨®n al cliente de la empresa, compr¨® dos dominios de Internet con un nombre muy parecido al de Myair y amenaz¨® con contar desde ah¨ª su caso. Al d¨ªa siguiente, le escribieron para pedirle su n¨²mero de cuenta.
Este caso refleja el muro con el que se encuentran los clientes de algunas de estas compa?¨ªas cuando buscan a qui¨¦n dirigirse para protestar por un vuelo que, de un d¨ªa para otro, ya no sale el viernes por la noche, sino el domingo por la ma?ana.
Pero no todas son iguales. Las asociaciones de consumidores aseguran que las quejas contra aerol¨ªneas se reparten equitativamente entre las tradicionales y las de bajo coste. El problema viene en que, dentro de las baratas, algunas se llevan la palma en reclamaciones. Juli¨¢n T¨ªo, portavoz de la CECU, asegura que la mitad de las protestas entre las de bajo coste tienen como destinatario a Ryanair, que en 2006 transport¨® a m¨¢s de siete millones de personas en Espa?a.
El pasado viernes fue imposible contactar con la empresa irlandesa, pero en su p¨¢gina web exhibe unas cifras m¨¢s optimistas que las de la CECU: un 14% de vuelos impuntuales, y 0,57 reclamaciones por cada 1.000 pasajeros durante 2006. Con un aumento del 14%, Ryanair es la segunda en Espa?a en n¨²mero de pasajeros, s¨®lo por detr¨¢s de Air Berlin.
Y es que desde la eclosi¨®n que trajo la liberalizaci¨®n a¨¦rea de 1997, las aerol¨ªneas baratas no han parado de crecer. El a?o pasado transportaron a m¨¢s de 39 millones de personas sobre suelo espa?ol, uno de cada cinco de los que volaron. Mientras que el n¨²mero total de viajeros creci¨® un 6,6%, los que eligieron una low cost fueron un 15,8% m¨¢s que en 2006. Y parece que el ascenso no se va a estancar: el profesor de Marketing y experto en turismo Josep Francesc Valls prev¨¦ que pronto llegar¨¢n al 25% de cuota de mercado.
Mientras el negocio no para de crecer, contin¨²a el goteo de quejas en las oficinas de defensa de los consumidores. Un 38% de las que recibi¨® el Centro Europeo del Consumidor se refer¨ªan a las cancelaciones. Como la que sufri¨® Didier Reiss, un ecuatoriano de 63 a?os que compr¨® un billete con easyJet para Par¨ªs con dos meses de antelaci¨®n. Con las maletas, frente al puesto de facturaci¨®n, le dijeron que una huelga en el aeropuerto franc¨¦s hac¨ªa imposible su vuelo. Le ofrec¨ªan devolverle el dinero o viajar al d¨ªa siguiente. Dos opciones para ¨¦l nefastas: no pod¨ªa viajar m¨¢s tarde porque a la ma?ana siguiente ten¨ªa una reuni¨®n en Par¨ªs, y los billetes que encontraba para el mismo d¨ªa le costaban 700 euros, cuando a ¨¦l s¨®lo le devolver¨ªan los 70 que hab¨ªa pagado.
La normativa europea establece que, en este caso, Reiss ten¨ªa derecho a una indemnizaci¨®n de 250 euros. Pero nadie le inform¨® y a ¨¦l tampoco se le ocurri¨® preguntar. "Estaba nervioso y al final acept¨¦ viajar un d¨ªa m¨¢s tarde, que es lo que hizo el resto del pasaje", comenta.
Las indemnizaciones por cancelaci¨®n a las que tienen derecho los consumidores -y que muchas veces desconocen- van desde los 250 euros para trayectos de menos de 1.500 kil¨®metros hasta los 600 en vuelos extracomunitarios de m¨¢s de 3.500 kil¨®metros.
Otro problema al que se enfrentan los aficionados a volar barato es la publicidad que s¨®lo destaca los precios m¨¢s bajos, pero no especifica ni cu¨¢ntos billetes est¨¢n sujetos a estos precios ni los suplementos. "Es, en muchos casos, publicidad enga?osa", sostiene Valls.
Vueling conmemoraba este fin de semana su pasajero n¨²mero 10 millones con 10.000 billetes gratuitos. Tras media hora probando distintas posibilidades en la p¨¢gina web, era imposible encontrar una ida y vuelta sin pagar un euro. "Porque la oferta se circunscribe a vuelos que salgan de Madrid", argumenta Alfons Claver, director de marketing de la compa?¨ªa espa?ola. Pero la publicidad en www.vueling.com dec¨ªa: "Elige el origen y el destino de tu viaje y te mostramos en qu¨¦ d¨ªas puedes encontrar los vuelos a cero euros".
?Avi¨®n o mercadillo?
Vuelo de Londres a Madrid con easyJet. Despu¨¦s de ofrecer todo tipo de bebidas, comidas y objetos como osos de peluche, el azafato se suelta la melena y dice por el micr¨®fono a los pasajeros: "Si usted quiere llegar a las mejores tiendas de Madrid y decirle a Victoria Beckham: 'Aparta, bonita, que hoy cierro yo la boutique', compre este boleto de loter¨ªa que por s¨®lo un euro le puede hacer millonario". Y es que, para redondear las cuentas, las l¨ªneas de bajo coste recurren a fuentes de ingresos que se apartan del coraz¨®n de su negocio.
Adem¨¢s de cobrar a precios habitualmente altos todos los servicios que ofrecen a bordo, estas compa?¨ªas pueden vender vuelos baratos a costa de eliminar intermediarios, reducir procesos y subcontratar servicios. El experto en turismo Josep Francesc Valls opina que en ocasiones la subcontrataci¨®n de servicios como el handling redunda en la calidad de estas empresas. "Una compa?¨ªa que controla el reparto de maletas lo har¨¢ mejor que otra que ha subcontratado el servicio", asegura.
Pero las aerol¨ªneas tradicionales se han dado cuenta del ¨¦xito cosechado por sus hermanas peque?as y han empezado a imitarlas. "Asistimos a un momento de confusi¨®n en el que los servicios que ofrecen unas y otras son muy parecidos", explica Valls.
UNA ESTRATEGIA AGRESIVA.
Ryanair ofreci¨® el pasado septiembre un vuelo gratuito a todos los que fueran a la barcelonesa plaza de Catalu?a con pancartas en contra de Iberia y a favor de las aerol¨ªneas de bajo coste. La convocatoria tuvo tal ¨¦xito que la compa?¨ªa se neg¨® a recompensar a todos los participantes, lo que provoc¨® airadas protestas.
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