Una nueva ¨¦tica para el ciclismo
David Millar ficha por el Slipstream, el equipo estadounidense que lidera la lucha contra el dopaje
"?C¨®mo de r¨¢pido, c¨®mo de lejos y por cu¨¢nto tiempo?". La frase de Phil Liggett, prestigioso comentarista deportivo en la cadena Eurosport, podr¨ªa definir la situaci¨®n actual del ciclismo. ?Hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a llegar el ciclista para superar sus l¨ªmites? Despu¨¦s de un Tour ensombrecido por el dopaje, parece dif¨ªcil que p¨²blico y patrocinadores olviden esa sensaci¨®n de vac¨ªo, de enga?o, que queda detr¨¢s de cada positivo.
Jonathan Vaughters (Denver, EE UU, 1973), ex corredor del Santa Clara, el US Postal y el Cr¨¦dit Agricole, no quiere esa imagen para el equipo que dirige, el Slipstream. Y David Millar, tampoco. Por eso el ciclista brit¨¢nico confirm¨® el lunes su fichaje por el equipo estadounidense. "Estoy de acuerdo con Vaughters en crear una nueva era en este deporte", declar¨® un Millar reinsertado en el ciclismo tras cumplir dos a?os de suspensi¨®n por consumo de EPO; "no somos predicadores locos, nuestra visi¨®n es absolutamente pragm¨¢tica".
"No somos predicadores locos. Nuestra visi¨®n es absolutamente pragm¨¢tica", explica el brit¨¢nico
El Slipstream naci¨® en 2005 para promover la ¨¦tica antidopaje en el ciclismo. As¨ª lo quiso Doug Ellis, inversor financiero de prestigio en Nueva York y aficionado al deporte del pedal cuando fund¨® el proyecto. Hasta este a?o s¨®lo participaban en competiciones locales. Pero Ellis consigui¨® patrocinador, la cadena de comida mexicana Chipotle; lo profesionaliz¨® y se marc¨® un objetivo: el ProTour. "Queremos hacer las cosas sin prisas", explica Vaughters por tel¨¦fono al salir de una reuni¨®n con la UCI en Ginebra; "ya habr¨¢ tiempo para entrar en el ProTour y competir en las grandes vueltas. Ahora somos realistas. Nos faltan auxiliares y hasta un autob¨²s para el equipo".
El Slipstream se reuni¨® en enero con Amaury Sport, los organizadores del Tour, para explicar su proyecto. Millar acudi¨® a la cita. "Se mostraron encantados", dice. El equipo trabaja ahora para poder participar en el de 2008. De momento, ha confirmado otros dos fichajes: los estadounidenses Vandevelde y Zabriskie, del CSC. Y su director anuncia otro: "Un ganador de la Par¨ªs-Roubaix".
Una de las novedades antidopaje del Slipstream es su m¨¦todo de detecci¨®n. "An¨¢lisis con biomarcadores", puntualiza el director; "m¨¢s all¨¢ de sustancias espec¨ªficas, buscamos variaciones del organismo que sugieran dopaje". El equipo dedica 300.000 euros, el 30% del presupuesto, a realizar perfiles m¨¦dicos de sus ciclistas. Y otra novedad: an¨¢lisis de antecedentes. Se estudia la vida de sus corredores, de su entorno, para prevenir casos que vulneren el c¨®digo ¨¦tico. "Pero no son necesarios si transmitimos con efectividad el mensaje", dice Vaughters; "preferimos que un ciclista quede sexto si mantiene limpio el nombre del patrocinador. Si es as¨ª, ese puesto nos sabe a victoria. Y, en consecuencia, lo pagamos".
El Slipstream ha elegido Girona como sede. All¨ª residen todos los miembros del equipo desde enero. Seg¨²n Millar, "la falta de convivencia produce mercenarios que s¨®lo se ven cuando compiten". Su director va m¨¢s all¨¢: "Queremos ciclistas que conf¨ªen en quien se entrena a su lado. As¨ª evitaremos casos como el de Rasmussen, que se preparaba en solitario, a espaldas del Rabobank".
En junio, durante la presentaci¨®n del irland¨¦s Daniel Martin -sobrino de Stephen Roche, ganador del Tour en 1987-, Vaughters insit¨ªa en resaltar "su sentido del humor" incluso por encima de su talento como escalador. "Queremos ser un grupo de amigos", explica ahora; "somos estadounidenses y es m¨¢s f¨¢cil crear grupo si los ciclistas comparten cultura e idioma".
Biomarcadores. Vanguardia tecnol¨®gica. Ingenier¨ªa social. Una nueva comunidad ¨¦tica. Todo muy cercano a la novela futurista Walden Dos, del escritor estadounidense B. F. Skinner. "No llegamos a ese extremo", dice Vaughters; "en realidad, somos un simple experimento contra el dopaje".
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