"Soy Murdoch, el tirano multimillonario"
'The Wall Street Journal' extiende a¨²n m¨¢s el imperio medi¨¢tico de News Corp., que tiene entre sus objetivos el mercado espa?ol
-Soy Rupert Murdoch, el tirano multimillonario.
As¨ª, con su propia voz, se presentaba el magnate australiano en uno de los episodios de Los Simpson, que emite uno de sus m¨²ltiples canales de televisi¨®n, la Fox. La s¨¢tira no est¨¢ muy lejos de la realidad. Al menos, en lo que concierne a su bolsillo: cada vez que alguien ve un cap¨ªtulo de Los Simpson, compra un DVD de Titanic, una entrada de cine para cualquier pel¨ªcula de 20th Century Fox o uno de sus 175 peri¨®dicos en los cinco continentes, est¨¢ engrosando las arcas de su imperio, News Corporation. Un grupo valorado en m¨¢s de 50.000 millones de euros con una nueva joya de la corona: The Wall Street Journal y el grupo Dow Jones.
El grupo atraviesa una buena ¨¦poca, con un peso cada vez mayor en Internet y televisi¨®n
Murdoch dice que le quedan dos d¨¦cadas en News Corp. Tiene 76 a?os. Su madre, 98
Murdoch (Victoria, Australia, 1931) atraviesa una buena ¨¦poca. Superada la crisis que estuvo a punto de reventar el grupo a principios de los noventa, ha conseguido enderezar el rumbo de The New York Post y del brit¨¢nico The Times, y se ha consolidado en el mercado televisivo con la Fox. La adquisici¨®n de Dow Jones tiene su sello personal -la compra de competidores ha sido habitual a lo largo de su trayectoria- y apunta su nueva estrategia: el objetivo de pesar m¨¢s en la web y en televisi¨®n. "Los medios de comunicaci¨®n ser¨¢n un fast food que los usuarios consumir¨¢n sobre la marcha", dec¨ªa ya hace 10 a?os.
Sus opiniones no dejan indiferente a nadie. "La consecuencia m¨¢s importante [de la guerra en Irak] para la econom¨ªa mundial ser¨¢ que el petr¨®leo bajar¨¢ a 20 d¨®lares", dec¨ªa en el diario brit¨¢nico The Guardian para justificar la l¨ªnea editorial de sus peri¨®dicos. Ahora roza los 80 d¨®lares por barril. Murdoch no ha escondido nunca su talante pol¨ªticamente conservador -o ultraconservador, a decir de sus detractores- y en los ochenta dio su apoyo sin fisuras a Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Aunque m¨¢s adelante tambi¨¦n pidi¨® el voto para Tony Blair, y sus medios coquetean ahora con Hillary Clinton. Ese posibilismo, unido al f¨¦rreo control que ejerce sobre sus peri¨®dicos -el ex director del Times, Harold Evans, contaba que le se?alaba cada uno de los titulares que no le gustaban- han provocado la desconfianza de la plantilla del Journal. E incluso han llevado a los Bancroft a imponerle un comit¨¦ especial que velar¨¢ por la independencia editorial del grupo.
Murdoch ciment¨® su fortuna en su Australia natal, pero no tard¨® en dar el salto a todo el mercado anglosaj¨®n. En su vocaci¨®n mundial, tampoco Espa?a ha quedado fuera del alcance de sus tent¨¢culos. Hace un a?o fich¨® como asesor al ex presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. La relaci¨®n de Murdoch con Espa?a viene de lejos: a finales de los ochenta particip¨® en la creaci¨®n de la sociedad Univisi¨®n Canal 1, de la mano del Grupo Zeta, para hacerse con uno de los canales privados de televisi¨®n. No lo consigui¨®.
Ya en 1992 tom¨® el 25% de Antena 3, de nuevo con Zeta, hasta que la cadena fue comprada por Telef¨®nica en 1997. Mantuvo contactos con Javier De la Rosa, e incluso particip¨® en V¨ªa Digital. Acaba de inaugurar una sede en Madrid para la red social MySpace. Y su inter¨¦s por el mercado audiovisual espa?ol sigue intacto.
En 2000, Murdoch coloc¨® a uno de sus hijos, Lachlan, como sucesor. Lachlan ten¨ªa una merecida fama de playboy y opiniones tan directas como las de su padre -calificaba a la prensa americana como "francamente floja" y se defin¨ªa como "libertario capitalista"-, y protagoniz¨® una abrupta salida que ha provocado una guerra de sucesi¨®n en News Corp. Varios de los hijos, procedentes de tres mujeres, no se hablan. Pero la compra del Journal demuestra que al jefe del clan le queda cuerda para rato, tras los rumores acerca de que la edad empezaba a hacer mella en su carrera.
Murdoch suele decir que le quedan dos d¨¦cadas dando guerra al frente de su imperio. Tiene 76 a?os. Su madre, 98.
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