Ni barcos ni honra
La tremenda y celebrada sentencia "Espa?a prefiere honra sin barcos a barcos sin honra", la pronunci¨®, como recordar¨¢n todos aquellos a los que ense?aron historia como un rosario de haza?as y desgracias, el contralmirante vigu¨¦s don Casto M¨¦ndez N¨²?ez. Pese a que parece una negativa a rendirse, la us¨® para espantar a unos nav¨ªos brit¨¢nicos y norteamericanos que le estorbaban para poder ca?onear el puerto chileno de Valpara¨ªso, un lance innecesario de una guerra todav¨ªa m¨¢s innecesaria que enfrent¨® a Espa?a con Chile, Bolivia, Per¨² y Ecuador, y de la que nadie recuerda nada excepto la frase. Da la impresi¨®n incluso que don Casto la ten¨ªa preparada y la solt¨® en cuanto tuvo ocasi¨®n, viniese o no a cuento.
Desde entonces, desde el "prefiero una Espa?a roja a una Espa?a rota" de Jos¨¦ Calvo Sotelo a los apocalipsis que anuncia Rajoy cada quince d¨ªas, por no salirnos de los gallegos, esa actitud que podr¨ªamos llamar mendonu?ismo ha marcado siempre la pol¨ªtica espa?ola. Quiz¨¢ se deba a que su epicentro es Madrid, rompeolas de las Espa?as y de otras cosas, pero aqu¨ª tambi¨¦n llegan las r¨¦plicas. Por ejemplo, la ofrenda regia al Ap¨®stol. Pedro Solbes tendr¨ªa todo el derecho del mundo a tener sobre el televisor de su casa una imagen de San Pancracio con una moneda de dos reales en el dedo ¨ªndice para que le d¨¦ suerte en los negocios, pero no se entender¨ªa que pusiese p¨²blicamente la pol¨ªtica econ¨®mica del Estado bajo la advocaci¨®n del santo. Pues aqu¨ª las autoridades civiles aceptan el encargo de hacer rogativas p¨²blicas a un santo. Impetrar a la representaci¨®n m¨ªtica de un personaje posiblemente hist¨®rico demandas tan nobles, pero completamente terrenales, como la transmisi¨®n intergeneracional de un idioma. No es extra?o que sobrevivan t¨®picos como que la sociedad gallega es conservadora y supersticiosa, seg¨²n creencia extendida en esos ¨¢mbitos geogr¨¢ficos que apoyan masivamente a Esperanza Aguirre. Si de mantener una costumbre se trata, sobra quien lo haga entre aquellos a los que la propia tradici¨®n obliga a realizarla, la familia real. Precisamente una Infanta andaba esos d¨ªas de caballos y terrazas cerca de Compostela, en A Coru?a.
Pero el caso m¨¢s flagrante de mendonu?ismo detectado aqu¨ª ha sido la reacci¨®n al informe del Consello de Contas sobre en qu¨¦ manos estuvimos en 2004. Discreto como la curia vaticana y parsimonioso como la Santa Hermandad (el refr¨¢n "a buenas horas, mangas verdes" surgi¨® como cr¨ªtica a la tardanza de los alguaciles en llegar cuando se les requer¨ªa), el Consello ha confirmado no s¨®lo lo ya sabido sobre esa firme candidata a Despilfarro del Patrimonio de la Comunidad que es la Cidade da Cultura, sino sobre otros disparates apenas imaginados, como que el Sergas disfraz¨® de super¨¢vit un balance negativo de 97 millones de euros (con lo que el d¨¦ficit real acumulado sube de los 335 millones), o que el Xacobeo adjudic¨® una auditor¨ªa que costaba 50.000 por 4 millones a unos amigos (si no lo eran antes, lo fueron despu¨¦s).
Pues en lugar de desmentir el informe, explicarlo o meterse debajo de las piedras, el PPdeG ha optado por el mendonu?ismo militante, en su versi¨®n igualmente ¨¦pica pero m¨¢s popular de "a quen me dea un pao, doulle un peso", y ha retado a la Xunta actual a que denuncie las irregularidades en los tribunales. Es decir, ha trasladado a la judicatura la responsabilidad de decidir si, adem¨¢s de lo anterior, es legal o no, por ejemplo, no cobrarle a un alcalde amigo y compa?ero de militancia el uso de 14.595 metros cuadrados de terrenos p¨²blicos en un muelle de Boiro, al tiempo que se le exig¨ªan 22,89 euros a todo aquel que quisiera opositar a un puesto de ordenanza en la Administraci¨®n auton¨®mica.
Pocos a?os despu¨¦s de que don Casto tuviese sus 15 minutos de fama para la posteridad, otro marino de la r¨ªa de Vigo, en este caso pr¨¢cticamente desconocido y de la otra orilla, se dice que un cangu¨¦s apellidado Soli?o, fue el autor de otra no menos c¨¦lebre expresi¨®n. Soli?o era fogonero de un transatl¨¢ntico que, despu¨¦s de una traves¨ªa oce¨¢nica a toda caldera, se qued¨® sin combustible millas antes de arribar a La Habana: "Acabouse o carb¨®n", resumi¨® la situaci¨®n con una expresividad que envidiar¨ªa cualquier periodista. Todo ir¨ªa mejor si hubiese menos mendonu?ismo y m¨¢s soli?ismo.
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