El doble fraude de Piero Manzoni
A finales de los a?os sesenta, un joven artista llamado Piero Manzoni, que muri¨® poco despu¨¦s, caus¨® un gran revuelo porque enlat¨® sus propios excrementos, los seri¨® y los firm¨® como si fueran obras de arte. Ahora, incluso muerto, Manzoni ha vuelto a escandalizar a ra¨ªz de una noticia que lanza sospechas sobre la veracidad del contenido de sus latas. Parece ser que ¨¦stas no conservan tal org¨¢nica cosa, sino que contienen ¨²nicamente un poco de yeso. Acostumbrado a venerar tal reliquia, el papanatismo que sostiene el arte se siente ahora burlado y estafado.
Si antes Manzoni escandaliz¨® porque pretend¨ªa convertir sus excrementos en una obra de arte, ahora nos irrita saber que la mierda que nos vendi¨® como arte no es f¨ªsicamente mierda. Si las latas de Manzoni fueron al nacer una cr¨ªtica a la voracidad del mercado, ahora el mercado se siente humillado porque no tiene mierda que conservar, porque su dios mierda no existe.
Los grandes artistas nunca se han tomado muy en serio. Ni a ellos mismos ni a sus obras. Marcel Duchamp, que fue el referente principal de Manzoni, jam¨¢s lleg¨® a creerse sus readymades. Los vio como bromas, como juguetes que daban juego, como artefactos que desmontaban convenciones. El hecho de que ahora la caca de Manzoni resulta ser s¨®lo un poco de yeso, no cambia la dimensi¨®n de su obra.
El dardo est¨¢ lanzado y es un dardo justiciero. Si entonces su obra trataba de denunciar a los que compraban arte para especular, ahora su yeso denuncia a los que toman letra por esp¨ªritu. El m¨¦rito de la mierda de Manzoni es su dimensi¨®n po¨¦tica, como lo fue la del urinario de Duchamp, como lo fueron las tablas de la ley que Mois¨¦s rompi¨® delante de los adoradores de Baal. La dimensi¨®n del arte est¨¢ en su esp¨ªritu, esp¨ªritu que se burla de todas las espiritualidades codificadas. El arte es arte porque no es cosa. La mierda de Manzoni es arte porque no es mierda. Diez a?os despu¨¦s de que Manzoni realizara sus famosas latas, yo mismo, que todav¨ªa no conoc¨ªa su obra, realic¨¦ una pieza parecida. Ped¨ª a mis amigos artistas un dibujo y con esos dibujos constru¨ª una caja que cerr¨¦ herm¨¦ticamente a la vez que anunciaba que en su interior hab¨ªa una obra m¨ªa.
La curiosidad de la gente que se qued¨® con las cajas les empuj¨® a romperlas y a quedarse sin nada, sin los dibujos de Jordi Gal¨ª, Silvia Gubern, ?ngel Jov¨¦ y Albert Porta (Zush-Evru) con las que estaban hechas y sin mi obra, porque ¨¦sta s¨®lo consist¨ªa en un poco de humo. ?Jam¨¢s tuve la sensaci¨®n de haber tomado el pelo a nadie!
Antoni Llena es artista.
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