El gui¨®n de vida
Seg¨²n el m¨¦dico psiquiatra canadiense Eric Berne, la mayor¨ªa de las personas actuamos siguiendo un gui¨®n de vida independientemente de si nos sentimos o no identificados con el personaje asignado. La voluntad de generar cambios en uno mismo y en las circunstancias es la v¨ªa para escribir nuestra propia historia.
Eric Berne observ¨® que todas las personas a las que acompa?aba en su proceso de terapia psicol¨®gica actuaban siguiendo lo que ¨¦l denomin¨® un "gui¨®n de vida", que es como el argumento preestablecido de una obra dram¨¢tica que la persona se siente obligada a representar, independientemente de si se identifica o no con su personaje. Y es que cuando uno est¨¢ representando un gui¨®n, lo que hace es actuar seg¨²n la definici¨®n del personaje que ha sido escrita por otro. Seg¨²n las investigaciones llevadas a cabo por Berne en su experiencia como psicoterapeuta, el gui¨®n de vida lo establece el ni?o durante su infancia, bajo la influencia, sobre todo, de sus padres y otras figuras parentales. Dicho gui¨®n se va reforzando por las diferentes experiencias y acontecimientos que el ni?o va viviendo a medida que crece.
Afortunadamente, la investigaci¨®n muestra que los guiones pueden ser modificados. Y lo que es m¨¢s importante, ese cambio de gui¨®n se realiza cuando el nuevo guionista decide ser uno mismo, reescribiendo el gui¨®n a su modo a partir de un progresivo proceso de toma de conciencia de cu¨¢les son los elementos que condicionan y, a la vez, de cu¨¢les son los deseos leg¨ªtimos seg¨²n los que la persona quiere vivir su vida.
Seg¨²n Berne, un gui¨®n es un plan de vida que contiene lo m¨¢s significativo de lo que le va a suceder a una persona. No se trata de un destino determinado por los dioses, sino que tiene su origen en los comienzos de la vida, en la infancia, en las tempranas decisiones que toma una persona joven para adaptarse y sobrevivir en su entorno y que quedan instaladas como un programa que conduce a la persona en el futuro y de manera inconsciente, salvo que ¨¦sta decida tomar consciencia de las creencias y decisiones inconscientes que gobiernan. El gui¨®n de vida, por tanto, se basa en las decisiones tomadas en la infancia, con la informaci¨®n y recursos disponibles en ese momento y que dan lugar a la creaci¨®n de una cierta posici¨®n, esperanzas y curso de la vida. Son, en su momento, una soluci¨®n aparentemente razonable para la situaci¨®n existencial en la que se encuentra el ni?o.
Probablemente, la mejor manera de resumir lo que pensaba el doctor Berne se encuentra en el siguiente aforismo, que repet¨ªa a menudo: "Las personas nacen pr¨ªncipes y princesas hasta que sus padres les convierten en ranas". Eric Berne sosten¨ªa que en una situaci¨®n en la que el joven no est¨¦ bajo presi¨®n, las decisiones importantes acerca de la vida no deber¨ªan tomarse antes de la adolescencia, pero el gui¨®n de vida es el resultado de un conjunto de decisiones prematuras y forzadas, ya que han sido tomadas bajo presi¨®n y mucho antes de lo que es debido.
Dado que es en la infancia m¨¢s tierna cuando se establecen las bases de la famosa autoestima, del valor propio y del valor de los dem¨¢s, se trata de tomar conciencia de cu¨¢les son los elementos de ese gui¨®n, entre los cuales cabe destacar los siguientes:
Los mandatos. El mandato o "la maldici¨®n", utilizando la terminolog¨ªa de los cuentos de hadas, hacen referencia a las prohibiciones o inhibiciones en el comportamiento del ni?o. Siempre se refieren a la negaci¨®n de una actividad y est¨¢n en relaci¨®n directa con los deseos, temores o enojos de las figuras parentales. Seg¨²n Berne, los mandatos son los mensajes que llegan al ni?o (principalmente de forma no verbal) a base de ser repetidos d¨ªa tras d¨ªa por sus padres o por las personas que tienen una fuerte influencia emocional en ¨¦l, o excepcionalmente a causa de una circunstancia vivida como dram¨¢tica.
Un segundo elemento importante a la hora de construir el gui¨®n de vida son las atribuciones. Como su nombre indica, una atribuci¨®n le dice al ni?o lo que debe hacer o lo que debe ser. A diferencia de los mandatos, que son de naturaleza limitante, las atribuciones cargan al peque?o con aquello que se espera o desea que sea. Tambi¨¦n, como en el caso de los mandatos, la posible lista de atribuciones es ilimitada: "eres como tu t¨ªo", "eres igual que el abuelo", "eres... bueno, malo, listo, torpe, sano, fr¨¢gil, especial, distinto, tremendo, etc¨¦tera". Etiquetas que, a base de repetici¨®n, se pueden colgar en la mochila que moldea la identidad de un peque?o que busca ser amado, protegido y reconocido.
Una revisi¨®n del gui¨®n de vida implica analizar diferentes dimensiones de la existencia relacionadas con el deseo, las creencias, las elecciones y las vocaciones. Por eso el trabajo no es r¨¢pido ni sencillo. Todo ello para redefinir la propia identidad, si cabe, as¨ª como las creencias y los permisos que nos acompa?an en relaci¨®n con las cuestiones m¨¢s importantes de la vida: la pareja, el sexo, la religi¨®n, la vocaci¨®n, la pol¨ªtica, el placer, la prosperidad, etc¨¦tera.
El futuro de cada ser humano depende de muchas cosas, pero no conviene obviar la propia responsabilidad como uno de los factores, por no decir el factor, de mayor importancia. Esa responsabilidad se expresa en la voluntad y capacidad de generar cambios en uno mismo y en las propias circunstancias. Y, sobre todo, en la determinaci¨®n para asumir la direcci¨®n de la propia vida realizando los cambios y renuncias que sean necesarios para ello. Porque quiz¨¢ la consecuci¨®n de la verdadera libertad llega cuando somos capaces de renunciar a lo que somos en favor de lo que podemos llegar a ser.
Para saber m¨¢s
Entre la abundante bibliograf¨ªa de referencia que gira alrededor del an¨¢lisis transaccional y del estudio de los guiones de vida, quiz¨¢ la obra de Claude M. Steiner titulada Los guiones que vivimos y editada por Kair¨®s es una de las referencias fundamentales. Es, sin duda, una de las m¨¢s completas, apasionantes y recomendables sobre la materia. Una lectura que no deja indiferente e invita a la reflexi¨®n sobre el propio gui¨®n de vida.
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