La lucha por el alma de Elvis
![Diego A. Manrique](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F67ef2981-331f-4734-adf5-28b3ce8ed8cb.png?auth=a2ed4f323016de36aeabfc80ebe7add73020c5048ed7e852d23d2eda15f96a91&width=100&height=100&smart=true)
Cada nuevo aniversario se comprueba que Elvis sigue fascinando: conserva su corona de padre fundador del rock como fen¨®meno multigeneracional. Es el papel que le atribuyen sus cabecillas m¨¢s visibles, desde Bob Dylan a Bruce Springsteen. Saben que hab¨ªa m¨²sica excitante antes, pero reconocen que Presley dio el impulso. Quiz¨¢s no tuvo el impacto revolucionario de los Beatles pero, Lennon lo reconoc¨ªa, el grupo de Liverpool hubiera sido imposible sin el rayo llegado desde Memphis. Para m¨²sicos de quintas posteriores, Elvis representa un ejemplo m¨¢s complejo. Para entenderle, asegura Bono, de U2, hay que haber vivido en EE UU. Su carrera incluye los peligros (?y las oportunidades!) del estrellato. Otros se quedan cegados por el esplendor de su fama y pretenden ser sus equivalentes o sus herederos: Michael Jackson hasta lleg¨® a casarse con su hija.
En realidad, Elvis se ha transformado en un arquetipo, un paradigma de lo mejor y lo peor de EE UU. Su sentido cultural se dirime en las encarnizadas guerras entre conservadores y liberales, seg¨²n se potencie el Elvis ultrapatriota y anticomunista o el Presley antirracista y hedonista.
Tambi¨¦n alimenta una fabulosa industria: ning¨²n difunto reciente es explotado con tanta dedicaci¨®n. Sus beneficiarios son los primeros en plantearse cuestiones que atormentan a todos los negocios necr¨®filos. C¨®mo blindarse legislativamente, como renovar su base de admiradores, c¨®mo evitar caer en lo grotesco. As¨ª, la compa?¨ªa que gestiona su legado, Elvis Presley Enterprises (EPE), huye espantada de los imitadores y toda la subcultura del Elvis-est¨¢-vivo. Tambi¨¦n se evitan los negocios de gusto dudoso: no se autorizar¨¢, aseguran, el Cementerio Elvis, donde reposar¨ªan sus fans ac¨¦rrimos.
P¨²blico joven
Y aqu¨ª entramos en el combate contra la biolog¨ªa: seg¨²n pasan los a?os, disminuyen los seguidores fieles, que mueren o dejan de consumir. EPE presume de sus esfuerzos para llegar al p¨²blico joven, como la irresistible remezcla de A little less conversation. Pero el disco sali¨® de milagro: en EPE se horrorizaron cuando supieron que el autor de la nueva versi¨®n, pensada para un spot de Nike, firmaba como Junkie XL; las drogas son tab¨² en Elvislandia.
Los europeos han sido pioneros en potenciar la dimensi¨®n creativa de Elvis. En Londres se concibi¨® la reedici¨®n de sus decisivas primeras grabaciones, The Sun collection, que su compa?¨ªa estadounidense, RCA, despreciaba por su crudeza. Tambi¨¦n es europeo el sumo especialista en su discograf¨ªa: Ernst Mikael Jorgensen. ?l y otros estudiosos reiteran lo que se suele olvidar de Elvis: "Su pasi¨®n por cantar, su dedicaci¨®n al arte de hacer discos". Ahora pueden, incluso, reivindicar facetas menos obvias, como las bandas sonoras de pel¨ªculas que destrozaron su reputaci¨®n. El recopilatorio Elvis at the movies (Sony BMG) extrae muchas joyas perdidas entre la basura de Hollywood.
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