Cantando con Tony Blair
Dos musicales repasan en el Festival Fringe de Edimburgo el legado del 'ex premier' brit¨¢nico
Ver cantar a Tony Blair y marcarse un baile con Gordon Brown a lo Fred Astaire y Ginger Rogers es posible este agosto en su Edimburgo natal. Dos musicales tratan la figura del ex mandatario brit¨¢nico en el Fringe, el mayor festival de artes esc¨¦nicas alternativo del mundo, que se convierte anualmente en uno de los principales atractivos tur¨ªsticos de la capital escocesa.
Si el Festival de Edimburgo puede exhibir en tres semanas cifras espectaculares, dignas de r¨¦cord - 20.000 representaciones, 2.500 espect¨¢culos, 300 salas y 10 festivales-, es precisamente gracias al Fringe, que ofrece diariamente representaciones de unos 1.500 espect¨¢culos desde las 9.30 horas -con t¨¦ o caf¨¦, pastas y bacon incluidos en el precio de la entrada-, a las tres de la madrugada, shows para trasnochadores al estilo del Club de la comedia.
En una de las obras, Blair y su sucesor Gordon Brown bailan y se declaran amor eterno en una canci¨®n
Sobrevivir al Fringe no resulta f¨¢cil, y ante el volumen de la oferta conviene dejarse aconsejar porque la posibilidad de encontrar un buen espect¨¢culo es la misma que la de acabar viendo un aut¨¦ntico bodrio. Diversas publicaciones gratuitas recomiendan cu¨¢les son los mejores espect¨¢culos y el peri¨®dico local The Scotsman publica una gu¨ªa diaria con una selecci¨®n de lo mejor y lo peor, seg¨²n los cr¨ªticos del rotativo, para no errar en la elecci¨®n. Pero es la fuerza medi¨¢tica de algunos espect¨¢culos, principalmente por el tema que tratan, como en el caso de Tony Blair, lo que los convierte en los m¨¢s deseados. Tony Blair-The Musical y Tony! The Blair Musical son dos de los que diariamente agotan las localidades.
Tony Blair-The Musical repasa en tono de comedia y con banda sonora el legado pol¨ªtico del ex inquilino del n¨²mero 10 de Downing Street. Es un musical de peque?o formato, de factura amateur, creado en su triple faceta de director, compositor y actor (en la obra interpreta el personaje de Gordon Brown, actual primer ministro) por James Lark, un avispado estudiante de Cambridge con sentido de la oportunidad que trata de abrirse camino en el mundo del espect¨¢culo. Las melod¨ªas son simples y facilonas (al final todas acaban pareci¨¦ndose) y la trama, en exceso irregular para atrapar la atenci¨®n del p¨²blico en los 90 minutos que dura. Con todo, hay momentos antol¨®gicos como el baile a lo Fred Astaire y Ginger Rogers que se marcan Blair (interpretado por un impagable Nathan Kiley, el mejor de los siete int¨¦rpretes) y Gordon Brown mientras se declaran amor eterno en una canci¨®n que incluye frases como: "Ser¨¦ Simon para tu Garfunkel".
M¨¢s s¨¢tirico y oscuro, Tony! The Blair Musical repasa la parte m¨¢s humana del ex primer ministro brit¨¢nico de la mano de Chris Bush, autor del texto, y Ian McCluskey, compositor de una banda sonora m¨¢s elaborada que se mueve en el registro del acid rock. Presentado como un ser humano imperfecto atormentado por la gesti¨®n en la guerra de Irak, ¨¦ste es un Blair sentimental que busca consuelo en el fantasma de la princesa Diana mientras canta Soy Evita Per¨®n.
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