Ladrones organizados y turistas arrasan una cueva con estalactitas de 15.000 a?os
La Xunta desconoce qu¨¦ administraci¨®n es responsable de la gruta de Santalla, en Samos
La ¨²ltima vez, no fueron esos turistas rurales que abundan por la zona, ni aquellos otros que van a tomar las aguas ferruginosas a Ferreir¨ªa do Incio. La ¨²ltima vez, fueron aut¨¦nticos profesionales. Una banda bien equipada que pretend¨ªa hacer negocio con la pieza m¨¢s valiosa de la cueva, una columna de m¨¢s de medio metro de grosor y unos dos de altura, formada por una estalactita y una estalagmita que terminaron fundidas a fuerza de milenios. Los ladrones serraron ¨¦sta y otra pieza casi igual con una radial, pero s¨®lo pudieron llevarse la que menos pesaba. Luego esperaron un tiempo, y volvieron con refuerzos.
"Vinieron por la noche y alg¨²n vecino cont¨® 12 personas. Quer¨ªan llevarse la columna"
"Vinieron por la noche. Alg¨²n vecino cont¨® hasta 12 personas. Quer¨ªan llevarse la columna pero no fueron capaces. Pesaba demasiado. La gente avis¨® a la polic¨ªa, pero cuando lleg¨®, aquellos hombres ya se hab¨ªan largado". El concejal de Cultura de Samos, Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, asegura que busca soluciones, que aquella cueva, una de las m¨¢s conocidas y apreciadas de Galicia por los espele¨®logos, con formas calizas a las que se les calculan m¨¢s de 15.000 a?os, era "maravillosa" y ahora "est¨¢ pr¨¢cticamente arrasada". Sin embargo, desde su puesto, todav¨ªa no ha conseguido que el Ayuntamiento apruebe la colocaci¨®n de una puerta en el acceso de esta rara formaci¨®n caliza, que se descubri¨® hace un siglo en Santalla de Arriba, en pleno Val do L¨®uzara, en un municipio m¨¢s bien rico en pizarra.
El propietario del terreno donde est¨¢ la espectacular cueva lleg¨® a construir un marco de piedra en el acceso para sostener la puerta de madera que al fin coloc¨®. Hace 30 a?os, esa puerta ya estaba rota y, ahora, no queda ni rastro de ella. La gruta, cuya boca se encuentra en un terreno de gran pendiente, oculto hoy por un criadero de truchas que se construy¨® al borde del r¨ªo, fue descubierta por casualidad por el due?o de aquel monte poblado de casta?os y carballos: estaba revisando las trampas para zorros, y comprob¨® c¨®mo uno de los raposos hab¨ªa huido arrastrando el cepo. Sigui¨® el rastro de sangre y dio con la cueva.
La que enseguida fue conocida como la Cova Grande de Santalla de L¨®uzara fue heredada, junto con las tierras de su t¨ªo, por una sobrina del propietario, una mujer que ahora vive en Lugo.
El abandono del lugar, en una aldea que ya no cuenta con m¨¢s que cuatro casas habitadas (una m¨¢s los fines de semana) es absoluto, y ninguna administraci¨®n se ha interesado por proteger este patrimonio. Desde la Xunta, ni la Conseller¨ªa de Medio Ambiente ni la de Cultura tienen constancia de este expolio, y tanto uno como otro departamento reconocen que no saben si las cuevas entran dentro de sus competencias.
Tal y como explica Seraf¨ªn Valencia, presidente de la Federaci¨®n Galega de Espeleolox¨ªa, las estalactitas precisan un a?o para crecer "entre uno y dos mil¨ªmetros". En Santalla, una cueva de tama?o medio, pr¨®diga en formaciones calizas que han medrado a cuentagotas, con gran variedad de colores y dibujos, hab¨ªa cientos de estalactitas (las agujas que penden del techo) y estalagmitas (las del suelo) que empezaron a desaparecer antes de que el asfalto llegase a la aldea.
Los veraneantes de O Incio organizaban excursiones a pie a trav¨¦s del monte, y luego se sumaron los de otras zonas de O Courel. Pero la desaparici¨®n del grueso de las coladas de calcita se aceler¨® en estos a?os, y en el ¨²ltimo entraron en la cueva esos ladrones armados con una sierra radial y un grupo electr¨®geno. Hoy, en esta caverna, todav¨ªa se encuentran los restos abandonados, esparcidos por el suelo, de muchas visitas. Hay pintadas en las paredes y en la sala principal yace roto en dos partes, imposible de ser transportado por 12 hombres, el pilar m¨¢s codiciado.
La cueva de Santalla mide unos 300 metros de longitud y consta de una primera c¨¢mara de techo muy bajo, que los visitantes deben atravesar agachados para llegar a la sala m¨¢s grande y alta. A esta segunda le sigue una galer¨ªa generosa en formas calizas que desemboca en otras cavidades menores.
Cuando se construy¨® la carretera, las obras dejaron al descubierto m¨¢s estalactitas, por lo que se supone que la monta?a oculta m¨¢s cuevas v¨ªrgenes. Un grupo de espele¨®logos abrieron una chimenea en otra parte de la ladera y, por el aire que emanaba del suelo, aseguraron a los vecinos que all¨ª hab¨ªa otras cavidades. Los exploradores estaban convencidos de que all¨ª permanec¨ªan oculto, y libre de ataques vand¨¢licos, hasta kil¨®metro y medio de galer¨ªas y salas. Pero un temporal provoc¨® un derrumbe, tapon¨® el pozo que hab¨ªan abierto y los espele¨®logos nunca volvieron.
Aqu¨ª s¨®lo se salva el Rei Cintolo
En Galicia hay otras muchas grutas destrozadas. El presidente de los espele¨®logos federados en la comunidad reconoce que en su colectivo a¨²n no han conseguido descubrir "de qui¨¦n dependen las cuevas". Si son "consideradas como las playas", sugiere, "deber¨ªan ser materia de Medio Ambiente y tener acceso libre a¨²n estando en fincas" privadas. "Eso s¨ª", recalca, "siempre con puerta y llave". Seraf¨ªn Valencia sugiere que la custodia deber¨ªa estar "quiz¨¢s a cargo de un vecino". Una persona del lugar que entrase con los curiosos o "que, simplemente, anotase la identidad de quienes accediesen a las cuevas". ?sta "ser¨ªa una manera de evitar los da?os. Y en caso de que los hubiera, habr¨ªa al menos la posibilidad de localizar a los culpables". Pero el espele¨®logo a?ade que "tambi¨¦n podr¨ªa protegerlas, como patrimonio que son, la Conseller¨ªa de Cultura"; aunque ¨¦sta, concluye Valencia, "que nosotros sepamos, interviene s¨®lo cuando aparecen huesos o restos arqueol¨®gicos".
Los aficionados a la espeleolog¨ªa en Galicia lograron frenar, de momento, el proyecto de la Diputaci¨®n de Lugo y el Ayuntamiento de Mondo?edo de convertir en destino tur¨ªstico la cueva del Rei Cintolo. Gracias a sus protestas, la gruta m¨¢s grande de Galicia, de cuatro kil¨®metros, permanece clausurada con una reja y s¨®lo recibe contadas visitas, muy controladas. Antes de disponer de un cierre, esta cueva formada fundamentalmente por galer¨ªas tambi¨¦n hab¨ªa sufrido sucesivos saqueos. Seg¨²n Valencia, el resto del panorama es desolador: "La mayor¨ªa de las cuevas se encuentran sin protecci¨®n y est¨¢n machacadas". El espele¨®logo cree que las formaciones calizas m¨¢s da?adas son, adem¨¢s de Santalla, las de la zona de A Lastra, en el l¨ªmite entre Galicia y el Bierzo, donde a las cuevas se las llama "palas": "La Pala Silverto, la Pala Bonita (que ya no lo es tanto) o, por ejemplo, el complejo K1-Cubelas, que en principio eran dos cuevas y luego se descubri¨® que estaban unidas".
Criadero de murci¨¦lagos
En el caso de la Pala Bonita, adem¨¢s del estropicio geol¨®gico, hay que tener en cuenta el da?o que ha provocado el hombre en la fauna. Esta cueva de 100 metros ha sido siempre el mayor vivero de murci¨¦lagos de A Lastra. En la ¨¦poca de cr¨ªa, en su b¨®veda se hacinan, seg¨²n el representante de los espele¨®logos, "millones" de quir¨®pteros. "Al paso de las personas", que van tropezando con el techo, "las cr¨ªas se desprenden de sus padres" y caen al suelo. ?stas, entonces, son irrecuperables, "porque los adultos no son capaces de bajar para recogerlas".
En Galicia hay 400 espele¨®logos federados, y de ellos, el grupo m¨¢s numeroso, la cuarta parte del total, se localiza en Vigo. La mayor afici¨®n se encuentra en la zona del mapa m¨¢s pobre en grutas, o lo que viene a ser lo mismo, la m¨¢s rica en granito. Valencia cree que la escasez de cuevas en la comunidad invita a los saqueos: "Al haber pocas, llaman m¨¢s la atenci¨®n. La gente no entiende que las estalactitas, fuera, secas, ya no son bonitas".
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