"?Qu¨¦ hora y media m¨¢s bonita!"
Mar¨ªa Vasco, tras un "terrible" 2006 que le dej¨® al borde de la retirada, gana el bronce en los 20 kil¨®metros marcha
Donde hab¨ªa sol, cielo encapotado. Donde hab¨ªa calor extremo, torrente de lluvia. Donde hab¨ªa calma chicha, viento marinero. Y donde hab¨ªa sensaci¨®n de visto y conocido; de madrug¨®n prescindible; de marchadora al borde de la retirada, Mar¨ªa Vasco triunfal. Mar¨ªa Vasco despreciando a los elementos, pidiendo nieve y truenos, marchando pasos de guerra y mordiendo hacia el podio. Mar¨ªa Vasco tercera, embriagada de revancha y llorando por su padre fallecido. Maria Vasco ganando el bronce en los 20 kil¨®metros marcha, igual que hace siete a?os en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sydney.
"?Ya tocaba, jolines! Se ha dudado de m¨ª", record¨® la espa?ola en cuanto dej¨® de saltar de alegr¨ªa. "Se ha dicho que hab¨ªa dejado el atletismo. 2006 fue un a?o terrible para m¨ª, porque la p¨¦rdida de un padre es de lo m¨¢s dif¨ªcil. No es f¨¢cil levantar cabeza. Tengo claro que los que han dudado de m¨ª no son amigos", continu¨® entre l¨¢grimas. "Fue muy duro. Qued¨¦ decimoquinta en los Campeonatos de Europa. Quise ser fuerte, valiente, demostrarle a mi padre que sin ¨¦l pod¨ªa... y tuve mis dudas, porque cuando se necesitan no se tienen las ayudas. Est¨¢ claro que ahora voy a tener muchas manos que me den en la espalda, gente que me diga 'qu¨¦ buena eres Mar¨ªa' 'qu¨¦ grande'...me parec¨ªa cobarde dejarlo porque siempre pens¨¦ que no lo hab¨ªa dado todo", a?adi¨®.
"?Relaja! ?Corre seguido! ?Con continuidad, Mar¨ªa!", le insist¨ªan. Pero ella estaba de caza
Vasco, que siempre tuvo vocaci¨®n de estrella, toc¨® fondo y se encontr¨® con una medalla. Su ¨¦xito ol¨ªmpico le convirti¨® en una deportista etiquetada con un t¨®pico: la ni?a guapa del atletismo espa?ol. Algo hizo por alimentarlo. Fue protagonista de anuncios de televisi¨®n para las multinacionales m¨¢s poderosas. Portada de la revista Intervi¨². Y, perdida en los oropeles del boato, dec¨ªan los cr¨ªticos, ya s¨®lo amagaba sin pegar. No en Osaka. No en la final de los 20 kil¨®metros marcha. No contra las rusas, hu¨¦rfanas de Rita Turova, la campeona mundial, y sin Ivanova, la ol¨ªmpica, lesionada al poco de salir. En Jap¨®n, sin sol ni calor, Vasco fue un molinillo inagotable entre codos como agujas.
"La carrera empieza en el kil¨®metro 17", hab¨ªa avisado antes de la prueba. Carrera t¨¢ctica, predec¨ªa Vasco. Carrera para listas, quer¨ªa Vasco. Carrera de fondo, aguante y tentetieso, se dec¨ªa. No dio ni una. Sali¨® la carrera, ocho de la ma?ana, la humedad golpeando en el aire, y la armada rusa sac¨® el rodillo. Fue como una explosi¨®n. Al kil¨®metro marchaba sola Olga Kaniskina, erizada de nervios, infatigable, espoleada por el rid¨ªculo de intentar salir del estadio antes de tiempo. A los dos kil¨®metros le segu¨ªan dos compatriotas, las tres rusas marchando a latigazos, separadas entre s¨ª por metros, distanciadas del resto por kil¨®metros.
Y Vasco, de 31 a?os, dudando. Aguantar o atacar. Mostrarse o esconderse. Guardarse fuerzas o mirar para delante. "No puedo bajar la cabeza ni un solo metro. Me siento igual que el resto", se dec¨ªa Vasco, fino cuerpo de marchadora bajo una gorra llena de hielos. "Voy a tirar al m¨¢ximo".
Y Vasco tir¨®. Fue un golpe en la mesa. La afirmaci¨®n de una atleta bajo sospecha. Marchaba tan r¨¢pida, tan decidida, que los suyos le ped¨ªan precauci¨®n, paciencia, que echara el freno. "?Controla Mar¨ªa!", le gritaban en el avituallamiento espa?ol mientras giraban el molinillo de la picadora de hielo para abastecerla de cubitos. "?Relaja! ?Corre seguido! ?Con continuidad Mar¨ªa!", le insist¨ªan. Y Mar¨ªa cog¨ªa las botellas. Beb¨ªa dos sorbos. Y las tiraba al suelo ante la mirada espantada de los voluntarios japoneses. Vasco estaba de caza. Limando espacio entre su marchar brioso y las dudas de Tatiana Shemyakina, segunda. "La rusa lleva un aviso", le animaban desde las vallas.
Y Vasco apret¨®, pensando en Paquillo, en la vuelta al estadio, en el peligroso sprint en busca de la plata. Lanzada. Hermosa. Sorda al rugir de sus perseguidoras, que se acercaban. Bronce fue, con una marca de 1h 30m 47s, a 38 segundos de la ganadora. "Ten¨ªa claro que con miedo no ven¨ªa", dijo luego. "Mis rivales han salido excesivamente lentas y yo he llegado en un estado de forma demasiado fuerte como para salir ah¨ª atr¨¢s a expensas de ver qu¨¦ pod¨ªa pasar. Me dec¨ªan '?tranquila!', pero yo sent¨ªa que iba caminando. Ha sido un d¨ªa espectacular: ha salido el sol, ha llovido, me lo he pasado como un ni?o con zapatos nuevos", continu¨®. "S¨®lo ha faltado que nevara. Yo me dec¨ªa 'est¨¢ lloviendo, esto es una pasada'. ?Qu¨¦ hora y media m¨¢s bonita!".
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