"Convivir con la pobreza en ?frica conlleva muchas preguntas"
"La tragedia de Ruanda ha hecho que todo el mundo conviva con una herida abierta"
Elisa Paz (Madrid, 1978) lleva tres a?os sin verano. Coordina los proyectos de agua y salud p¨²blica que Medicus Mundi Bizkaia desarrolla en Ruanda y les dedicar¨ªa, si hiciera falta, el resto de su vida. "Vivimos en un mundo peque?o y privilegiado. La mayor¨ªa del planeta cuando abre el grifo, no cae ni gota", afirma tras volver de Kamonyi, ciudad ruandesa donde trabaja para asegurar el acceso al agua de 11.000 escolares a trav¨¦s de la canalizaci¨®n de las lluvias, con la colaboraci¨®n del Gobierno vasco y la Diputaci¨®n vizca¨ªna.
Pregunta. ?C¨®mo se dise?an las prioridades en un pa¨ªs en que el 84% de la poblaci¨®n es pobre?
Respuesta. Necesidades hay todas y la poblaci¨®n lo sabe. Medicus Mundi lleva trabajando en el pa¨ªs desde 1968, lo que hace que los proyectos sean muy precisos. En el que coordino capacitamos sobre higiene a 11.000 escolares y 250 profesores sobre c¨®mo deben lavarse y de qu¨¦ charcos es mejor no beber agua.
P. ?Agua de charco?
R. Si tuvieras que caminar todos los d¨ªas cuatro horas a por agua antes de ir a la escuela, seguro que si encontrases un charco en el camino te dar¨ªa igual rellenar el bid¨®n en ¨¦l. Un atajo que despu¨¦s conlleva un sinf¨ªn de enfermedades en los menores.
P. ?Ning¨²n colegio tiene agua?
R. Nadie tiene acceso al agua potable all¨ª. Las casas son de adobe y a muchos se les caen los tejados. El colegio pide a cada alumno que traiga el agua antes de acudir a clase, lo que provoca un gran desgaste f¨ªsico en todos ellos. Despu¨¦s no les quedan muchas fuerzas para estudiar, sin contar los problemas de salud que muchos sufren.
P. ?La inestabilidad pol¨ªtica y social entorpece el proyecto?
R. La tragedia que ha vivido Ruanda ha hecho que todo el mundo conviva con una herida abierta. Es un tema tab¨² del que no puedes hablar con nadie. Ser¨ªa demasiado violento. Sobre todo, cuando siguen produci¨¦ndose rebrotes entre etnias en lugares muy concretos. Pero es cierto que mucha otra gente trabaja a diario, codo con codo, con personas sean de la etnia que sean, hablen la lengua que hablen.
P. ?C¨®mo ha cambiado su sensibilidad en estos tres a?os en ?frica?
R. Te vuelves m¨¢s cr¨ªtica, te endureces. Cuando vas por primera vez, sufres un gran sentimiento de culpa. Vienes de un mundo en el que gozas de todo y viajas a otro en el que no hay nada. Luego descubres situaciones como las de aqu¨ª. En todos los lugares hay gente buena y mala. En el Congo me sorprendi¨® mucho la cantidad de personas sin recursos para comer que, sin embargo, ten¨ªan m¨®vil. Me choc¨® tambi¨¦n escuchar a personas de Ruanda decir que no existe pobreza en sus calles y que, en realidad, las madres que acud¨ªan a los centros nutricionales en busca de alimentos lo hac¨ªan para conseguirlos gratis, no por necesidad.
P. ?Son diferentes modos de reaccionar ante la pobreza?
R. Convivir con la pobreza es muy duro, Es dif¨ªcil de digerir, y m¨¢s cuando parece que nada puedes hacer contra ella. Conlleva demasiadas preguntas. En Ruanda trabajo por la ma?ana con un ni?o de cuatro meses que pesa menos de dos kilos y por la tarde, ya en la ciudad, ceno una pizza con amigos como si nadie pasara hambre. La pobreza provoca un contraste que lleva a mucha gente a cerrarse en su burbuja.
P. ?Cu¨¢l es su ant¨ªdoto?
R. La informaci¨®n. Tenemos el deber de saber que el mundo en que vivimos es un privilegio y, a la vez, muy peque?o. La mayor parte del mundo no tiene acceso al agua, a la salud. En Euskadi te pones enfermo, aparece una ambulancia y te lleva a un hospital en pocos minutos. En Ruanda, si enfermas, te transportan en camillas de hojas de pl¨¢tano durante horas. De hecho, en todos los pueblos alejados de los centros de salud existe un comit¨¦ encargado de trasladar a los enfermos.
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