Papiroflexia en el horizonte de Tokio

Dice un proverbio del fil¨®sofo chino Lao Tse que un nudo bien hecho no necesita cuerda. En el Jap¨®n nuevo -y en el viejo-, los edificios m¨¢s incorp¨®reos, los que tienen un efecto m¨¢s de superficie, son los que mejor distinguen su arquitectura, imposibles de confundir entre la amalgama heterog¨¦nea de construcciones con estilos, dimensiones y funciones de lo m¨¢s dispar. Las construcciones niponas m¨¢s modernas, las l¨ªneas m¨¢s ¨¢giles y envidriadas de la arquitectura futurista, se alzan al lado de mon¨®tonos bloques de apartamentos y de destartaladas casas de madera que parecen mantenerse en pie gracias a una tupida red de cables el¨¦ctricos. En pocos pa¨ªses encontramos edificios tan fragmentados y superpuestos. Jap¨®n es una estructura flexible donde el software -el tr¨¢fico y las muchedumbres, los canales de informaci¨®n y el sistema de se?ales- se impone sobre el hardware del dise?o. Un paisaje que el arquitecto japon¨¦s Kazuo Shinohara describi¨® como una "belleza basada en una anarqu¨ªa progresista".

En el mecanismo delicado de la ciudad de las ciudades, el viajero encuentra caminos exc¨¦ntricos, callejuelas filamentosas o arterias que se encajan como pueden en la compacta musculatura de un cuerpo urbano que funciona con la fr¨ªa precisi¨®n de un ordenador. Pero Tokio no es s¨®lo una ciudad inmensa y fren¨¦tica, tambi¨¦n es una ciudad eficiente y colorista, donde apenas se oye el sonido de un claxon. Lo contrario de la Ciudad Eterna, siempre rota por el sonido del tr¨¢fico.

Muchos top¨®nimos japoneses conservan el regusto del antiguo Jap¨®n rural. Las estaciones de metro Morishita, Mita y Takebashi significan, respectivamente, bajo el bosque, tres campos de arroz y puente de bamb¨²; el tranquilo barrio de Uguisudani, el valle de los ruise?ores, y el tecnol¨®gico barrio de Akihabara, llanura de las hojas del oto?o. El vecindario de Roppongi lleva el nombre de seis ¨¢rboles; aunque parece extra?o, esta megal¨®polis -que ha sufrido terremotos, incendios y bombas- est¨¢ plagada de arboledas. La vieja Edo renace y se fortalece despu¨¦s de cada incendio. Los 35 millones de tokiotas, de hecho, son conocidos por conservar la calma en estado de alerta.

Por el distrito de Roppongi, meca de los clubes m¨¢s famosos de Oriente y santuario del hedonismo japon¨¦s, transitan a diario con sus maletines cientos de gaijin (empleados de la banca, de multinacionales y de embajadas), entre modernos edificios y silenciosos templos budistas. De la frondosidad del hormig¨®n y del cristal que domina el barrio surge un edificio con forma de pliegue. Se trata del 21_21 Design Sight, promovido por la fundaci¨®n del dise?ador de moda Issei Miyake y dise?ado por el arquitecto nacido en Osaka Tadao Ando. No es ni un museo ni una galer¨ªa. Es una especie de taller o de centro de investigaci¨®n donde arquitectos, dise?adores, ingenieros, artistas y estudiantes gozan de la libertad suficiente para emprender su propia revoluci¨®n est¨¦tica; algo inusual en un pa¨ªs que corre el riesgo de ser engullido por el dise?o global. Jap¨®n quiere desmarcarse del estereotipo de "perfecto imitador de la cultura y el dise?o occidental". Interioristas como Shigeru Uchida, firmas de moda como Comme des Gar?ons, de coches como Naoki Sakai o el arquitecto y dise?ador industrial Masanori Uneda (conocido por sus muebles en forma de flor) son nombres japoneses que han influido en artistas occidentales.

El proyecto Tokyo Midtown, terminado el pasado marzo, se ha convertido en el nuevo distrito cultural. Adem¨¢s del 21_21 Design Sight, cuenta con el Midtown Tower, el rascacielos m¨¢s alto de la ciudad; tres galer¨ªas de arte, el Suntory Museum of Art -proyectado por Kengo Kuma-, el nuevo Ritz Carlton, el famoso restaurante Conran, apartamentos de lujo, boutiques de prestigiosas marcas de moda como Chlo¨¦ y un centro de convenciones. No muy lejos se encuentran el nuevo Centro Nacional de Arte, la galer¨ªa AXIS y el Mori Art Museum, alojado en la segunda torre m¨¢s alta de la ciudad.

Los valores del nuevo 21_21 Design Sight -financiado por treinta empresas privadas- no difieren mucho de los de un poema haiku. "Vaciado del todo, / el viejo caracol de mar / se llena de voces". La forma es vac¨ªo, seg¨²n la sabidur¨ªa zen. Es necesario mirar las cosas como formas vac¨ªas, como un bol de t¨¦, como una pagoda, como el esp¨ªritu del poeta. El vac¨ªo es la forma de la plenitud. De la misma manera, la est¨¦tica del 21_ 21 Design Sight recuerda el "principio del iceberg", inventado por el escritor estadounidense Ernest Hemingway: "La escritura es como un gran bloque de hielo que se mueve majestuoso y que esconde bajo el agua ocho doceavas partes de lo que es". Para Issei Miyake y Tadao Ando, la est¨¦tica zen despierta una intensa sensaci¨®n de absoluto y nos previene de esclavizarnos a un significado determinado. El viento puro mueve todas las hojas.

El nuevo templo del dise?o de Miyake es de una profundidad abierta. Da la sensaci¨®n de que s¨®lo aqu¨ª es posible descubrir lo que es pensado, lo que puede ser hablado, que no es otra cosa que lo inefable. Se trata de un edificio que mezcla la alta tecnolog¨ªa con el artesanado. El 21_ 21 lleva el sello est¨¦tico de sus dos creadores: el techo est¨¢ inspirado en el c¨¦lebre dise?o de Miyake, el A-POC (una prenda de una sola pieza), y representa una gran l¨¢mina de acero de cincuenta metros cubierta de arena y con varias capas de pintura, hasta seis veces. Lo que desde fuera parece un peque?o santuario se abre hacia el espacio subterr¨¢neo para revelar una impresionante estructura de varios niveles que desembocan en un atrio.

La luz natural y las sombras formatean un espacioso vest¨ªbulo hecho de hormig¨®n, panelado con enormes planchas de cristal (14 metros) y l¨¢minas de acero en forma de pliegues que caen sobre una superficie de 1.700 metros cuadrados y otros 600 m¨¢s dedicados a la exhibici¨®n de obras. Hasta los soportes de los extintores parecen grullas cuidadosamente elaboradas con la t¨¦cnica del origami (papiroflexia). En 21_21 no hay ornamentaci¨®n, s¨®lo la luz natural consigue que el visitante perciba, imagine o recuerde la diversidad y la unidad de las particulares formas japonesas.