Atrapados por el Eur¨ªbor

A sus 40 a?os, Christian dice que ya le gustar¨ªa ser un mileurista. Y no es que su sueldo sea inferior a 1.000 euros, sino que cada vez que el Banco Central Europeo (BCE) aumenta unas cent¨¦simas los tipos de inter¨¦s, le empuja un poco m¨¢s hacia el borde del precipicio. "Ahora vivo como si fuera un becario. Me llega para pagar el piso, la comida y para tomarme algunas cervezas con los amigos", comenta.

Christian Noya es uno de los m¨¢s de tres millones de espa?oles que han firmado una hipoteca en los ¨²ltimos tres a?os, cuando el Eur¨ªbor ha emprendido una escalada hasta llegar al 4,666%, el nivel m¨¢s alto de la d¨¦cada.

Cuando Christian se compr¨® su piso de 40 metros cuadrados en el centro de Madrid, los 790 euros que pagaba de hipoteca le parec¨ªan mucho, pero asumibles. El problema es que en los ¨²ltimos dos a?os estos 790 euros se han convertido en 1.050. O lo que es lo mismo, ha pasado de dejarse la mitad de su sueldo de profesor de ingl¨¦s a dedicar dos tercios. Y ah¨ª ha traspasado la barrera del coste que considera asumible.

Su caso es representativo de una parte de espa?oles que so?aron con convertirse en propietarios en un momento en el que los precios de la vivienda estaban en niveles astron¨®micos. Al menos, dispon¨ªan del dinero m¨¢s barato de la historia reciente. Ese dinero se ha encarecido y muchos de los nuevos propietarios se ven atrapados por un ¨ªndice que se ha convertido en una trampa. Es el que calcula a diario la Federaci¨®n Bancaria Europea, en funci¨®n de lo que cree que har¨¢ el BCE con los tipos de inter¨¦s oficiales. El ya archifamoso Eur¨ªbor.

Seg¨²n Jos¨¦ Garc¨ªa-Montalvo, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada, el problema radica en que se han firmado hipotecas que estiraban al m¨¢ximo todas las condiciones. Excepto una. "La competencia feroz ha llevado a los bancos a relajar sus condiciones. Han concedido cr¨¦ditos que superaban el 80% del valor del piso, que requer¨ªan el pago de m¨¢s del 35% de la renta familiar, que es el umbral m¨¢ximo recomendable, y a plazos superiores a 25 o 30 a?os", explica.

Y al empeorar la ¨²nica condici¨®n que no se hab¨ªa estirado hasta l¨ªmites insoportables, la de los tipos de inter¨¦s, se ha roto la cuerda para muchas familias. En dos a?os, la cuota media que se paga por un pr¨¦stamo a 25 a?os ha aumentado un 23%. "Y eso a pesar de que los bancos no han trasladado en su totalidad el aumento del Eur¨ªbor. Han preferido bajar un poco el margen en los nuevos cr¨¦ditos para mantener su cuota de mercado", apunta el estad¨ªstico Julio Rodr¨ªguez.

Christian no ha tenido tanta suerte. A ¨¦l su banco s¨ª que le ha trasladado todo el aumento del Eur¨ªbor. Y se siente decepcionado. Firm¨® la hipoteca por 180.000 euros a 28 a?os y ahora intenta ampliar el plazo para vivir un poco m¨¢s desahogado. Pero le responden que es imposible; que no puede endeudarse m¨¢s all¨¢ de los 65. Est¨¢ pensando en vender el piso y pedir el traslado a su Granada natal, como le aconseja su "razonable" hermano, con el argumento de que en esta ciudad encontrar¨ªa un alquiler mucho m¨¢s barato. Incluso se le ha pasado por la cabeza levantar un tabique para separar una habitaci¨®n y compartir piso.

Sentado en el sof¨¢, se estira y levanta la alfombra como quien confiesa un secreto. Debajo est¨¢n las marcas que ha hecho para medir la posibilidad de levantar una segunda habitaci¨®n. Se r¨ªe y reconoce que es una locura. Al poco se pone serio y piensa en alto que hay algo triste en que el Eur¨ªbor le impida llevar a cabo su proyecto vital. Y comenta: "Algo no est¨¢ funcionando. Si con 40 a?os, con un puesto fijo de funcionario es imposible comprarse un apartamentito, ?qu¨¦ es lo que pasa aqu¨ª?".