Sara Baras se come el mito de Carmen
La bailaora abre la temporada del Liceo con una versi¨®n libre del personaje de M¨¦rim¨¦e
El mito de Carmen, la mujer libre, independiente, que impone la ley de su propio deseo, ha vuelto al Liceo. No es, sin embargo, la Carmen dibujada por Prosper M¨¦rim¨¦e en su novela, ni la popularizada por Georges Bizet en la m¨¢s c¨¦lebre de sus ¨®peras. La Carmen que ayer inaugur¨® la nueva temporada del coliseo l¨ªrico barcelon¨¦s es una mujer contempor¨¢nea y cerebral, que no se deja arrastrar por la ley del deseo. Una Carmen que se somete al talento de una bailaora, Sara Baras, en un espect¨¢culo no exento de buen baile, pero que adolece de una falta de dramaturgia que dibuje los personajes apenas esbozados. No obstante, Sara Baras y su compa?¨ªa cautivaron con su arte al p¨²blico en una velada inaugural de temporada que cont¨® con la presencia del presidente de la Generalitat de Catalu?a, Jos¨¦ Montilla, y el ministro de Cultura, C¨¦sar Antonio Molina.
Sara Baras ha elegido de nuevo un personaje carism¨¢tico como fuente de inspiraci¨®n de una coreograf¨ªa. Si primero fue Juana la Loca (2000), con direcci¨®n esc¨¦nica de Luis Olmo, y despu¨¦s Mariana de Pineda (2002), dirigida por Llu¨ªs Pascual, ahora es el turno del mito de Carmen, personaje concebido por M¨¦rim¨¦e y popularizado por Bizet, a quien la magn¨ªfica bailaora gaditana da vida en el escenario. Y lo hizo con un espect¨¢culo que en el Liceo cont¨® con m¨²sica en directo a cargo de la Orquesta de la Academia del Liceo, dirigida por Joan Valent, y un cuadro flamenco sobre el escenario compuesto por cantaores, guitarrista, percusionistas, un violinista y palmeros.
El resultado es un trabajo meticulosamente concebido y desarrollado para el lucimiento personal de la artista, que tambi¨¦n firma la direcci¨®n de escena, la escenograf¨ªa, el vestuario, junto con la dise?adora Sybilla, y la iluminaci¨®n. Demasiados cometidos para una excelente bailaora que, pese al intento, no logra dar unidad dram¨¢tica a un trabajo que carece de hilo argumental y que s¨®lo se sostiene gracias al baile.
En su intento de huir del t¨®pico, Sara Baras ha creado una Carmen estilizada en la que la elegancia prevalece sobre la pasi¨®n que subyace en la historia. Una trama que si el espectador desconoce hace que ¨¦ste se pierda desde el mismo momento, media hora despu¨¦s de su inicio, en el que el cuadro flamenco toma posesi¨®n de escenario. A partir de aqu¨ª s¨®lo existe Sara Baras, brillante, pero ni rastro de Carmen y el resto de los personajes creados por M¨¦rim¨¦e.
Concebido en tres actos, Carmen de Sara Baras es un recorrido por los diferentes palos del flamenco interpretados brillantemente por toda la compa?¨ªa. Destacan Jos¨¦ Serrano (el torero) y Luis Ortega (Don Jos¨¦). El zapateado del primero es pasional y pendenciero, mientras que el del segundo es maduro y controlado.
Sara Baras est¨¢ soberbia en todas sus intervenciones. Majestuosa, avanza por el escenario como una faraona y su baile es elegante y poderoso. Su electrizante zapateado se muestra en todo su esplendor, acariciando el suelo con una riqueza de registros asombrosa. El movimiento de brazos, bello y acariciador, resulta hipn¨®tico.
Un lujo contar con la interpretaci¨®n de la m¨²sica en directo. La bailaora ha huido de la partitura de Bizet, de la que s¨®lo se utiliza una suite sinf¨®nica revisada por Joan Valent, y opta por la m¨²sica creada por Paco de Luc¨ªa para la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Carmen firmada por Carlos Saura. El cante y el toque flamenco se alternan desde el escenario con los arreglos de Valent, que bajo su propia direcci¨®n interpreta con correcci¨®n la Orquesta de la Academia del Liceo con las notables intervenciones solistas del violinista Ara Malikian.
Sillas, una tarima para el cuadro flamenco y una gran pantalla son los ¨²nicos elementos escenogr¨¢ficos del montaje. Una pantalla en la que se proyectan im¨¢genes pretendidamente alusivas a la historia. Al final, una bater¨ªa de rostros de mujer, de toda condici¨®n y raza. El mensaje: todas somos Carmen. ?Todas?
El vestuario, elemento fundamental en este montaje, juega con tres colores: negro, rojo y blanco. Acertad¨ªsimo vestir al cuerpo de baile de negro con calzado rojo. Cuando bailan, su zapateado parece m¨¢s vivo y din¨¢mico. Sara Baras ha dise?ado para ella misma unos elegantes trajes que realzan su baile.
La calurosa acogida del p¨²blico anim¨® a la bailaora y su compa?¨ªa a ofrecer varios bises, al ¨²ltimo de los cuales se uni¨® la madre y maestra de Sara Baras.
Babelia
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