Camino de Santiago
Ayer llegamos a Santiago. Llegamos, y volvimos a llegar, porque pasamos dos veces por la l¨ªnea de meta. ?Y por qu¨¦? Pues porque en la misma recta de meta, y no es co?a, estaba de nuevo el cartel luminoso al que hac¨ªa referencia en el art¨ªculo de ayer. S¨ª, ese de "volver es lo importante". As¨ª que haci¨¦ndole caso de nuevo, dimos una peque?a vuelta por los alrededores de la ciudad jacobea. Y volvimos; m¨¢s r¨¢pido, m¨¢s cansados y desperdigados en diversos grupos por una ca¨ªda masiva. Pero volver volvimos.
Ayer culminamos nuestro peregrinaje particular a Santiago. Salimos temprano de Vigo en autob¨²s, cogimos nuestras bicis en Allariz -provincia de Orense- m¨¢s tarde, y desde all¨ª ya pedaleando nos dirigimos hacia Santiago por una carretera en la que encontrar un llano era un imposible. En total 159 kil¨®metros, lo que, seg¨²n mis informaciones, no es suficiente para lograr la compostelana, esa especie de certificado que acredita al que ha peregrinado. Parece ser que el que peregrina en bici o a caballo tiene que demostrar haber hecho al menos 200 kil¨®metros -100 para el que camina- por estos medios. No es nuestro caso, pero bueno, si hacemos la vista gorda y consideramos nuestro periplo del d¨ªa anterior por los alrededores de Vigo como parte del camino, entonces s¨ª que nos lo hemos ganado. Ya s¨¦ que en realidad es algo simb¨®lico, pero visto que antiguamente ¨¦sta constitu¨ªa una indulgencia que hac¨ªa reducir el tiempo que deb¨ªa pasar el alma en el purgatorio, no nos vendr¨ªa nada mal a los ciclistas. Que aqu¨ª pecados se han cometido unos cuantos, y aunque algunos ya lo est¨¢n pagando particularmente, todo el resto tambi¨¦n pagamos nuestra parte. Porque un caso de un positivo afecta a un corredor en particular -y tambi¨¦n a su equipo-, pero afecta adem¨¢s al colectivo. De ah¨ª esa imagen tan devaluada que tenemos y que tratamos de levantar.
En fin, que me rayo. Que digo que si todos los que llegan a Santiago ganan algo, o sea la experiencia del camino, nosotros ayer ganamos algo m¨¢s. Ganamos la etapa y el maillot oro de l¨ªder, ah¨ª es poco. Freire, ese hombre que tiene el instinto de ganar anclado en el subconsciente, remat¨® a la perfecci¨®n en la exigente llegada compostelana. Todo el equipo apost¨® por ¨¦l, y, m¨¢s a¨²n, cuando vimos la dureza de los ¨²ltimos kil¨®metros en la primera pasada. Yo le ayud¨¦ en lo que pude hasta que me vi inmerso en un enganch¨®n multitudinario. No llegu¨¦ a caerme, pero all¨ª me qued¨¦ con el pie a tierra. Pero ?scar se supo buscar la vida ¨¦l solo, con la sombra de Menchov como ¨²nico compa?ero. Y gan¨® a lo grande, volvi¨® a ganar -llevaba cuatro segundos puestos consecutivos-, y como lo importante es volver, espero que hoy tambi¨¦n lo vuelva a hacer. Atentos, que no bromea.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.