"Hoy es un gran d¨ªa: Jes¨²s ha venido a Ghana"
Los Gobiernos africanos acogen la visita de Caldera como su propio 'plan Marshall'
"Hoy es un gran d¨ªa. Jes¨²s ha venido a Ghana". La joven, embutida en un colorista vestido tradicional, da la bienvenida al forastero con formas de telepredicador. Quien est¨¢ sentado frente a ella no es Jes¨²s de Nazaret, sino el ministro de Trabajo, Jes¨²s Caldera. Quien le saluda es Asie Ocansey, princesa de una tribu y presidenta de una organizaci¨®n dedicada a la formaci¨®n de j¨®venes subsaharianos. El juego de palabras es exagerado, pero sugiere que los ghaneses no est¨¢n acostumbrados a que un dirigente europeo se desplace a su pa¨ªs y les tienda la mano para cooperar en asuntos de empleo y migraciones.
Caldera cerr¨® el mi¨¦rcoles su cuarta gira africana en lo que va de verano. Recorri¨® Cabo Verde, Guinea Conakry y Ghana, tres de los nueve pa¨ªses donde pretende trasladar el modelo espa?ol de escuelas taller. Entre julio y agosto, visit¨® Senegal, Mal¨ª, Mauritania, Guinea Bissau y Gambia. En todos ofrece lo mismo: formaci¨®n y dinero a cambio de que neutralicen la salida de cayucos y acepten las repatriaciones. De momento, los gobernantes aceptan la propuesta y comparten el an¨¢lisis de Caldera: mejor que los j¨®venes africanos aprendan un oficio, para trabajar en su tierra o llegar a Espa?a con un contrato firmado, a que se jueguen la vida sobre un cayuco.
La comitiva espa?ola no pasa m¨¢s de un d¨ªa en cada pa¨ªs, pero es suficiente para contemplar la miseria en primer plano. Conakry, la capital guineana, es una ca¨®tica metr¨®poli en la que todo el mundo parece vivir en la calle. Una aglomeraci¨®n de infraviviendas sin luz ni agua, y a veces sin techo, donde todos los negocios, ya sean tiendas de tel¨¦fonos m¨®viles, talleres mec¨¢nicos o academias de idiomas, se despachan desde una chabola. La calidad de vida de esta ciudad es tan invisible como su playa, sepultada bajo montones de basura.
Al lado de Guinea, Cabo Verde se asemeja a un oasis. Caldera, poco antes de tomar tierra, asegura que es un lugar "con muchas oportunidades". De momento, ya hay cerca de 50 empresarios espa?oles probando suerte en el archipi¨¦lago, empe?ado en salir de la pobreza por la senda del turismo. En un pa¨ªs en el que la principal fuente de ingresos son las remesas de los emigrantes -el doble de los 450.000 que quedan all¨ª-, y la segunda la ayuda extranjera, no sorprende que el lugar m¨¢s concurrido de la capital, Praia, sea la embajada portuguesa: decenas de j¨®venes aguardan su turno para conseguir un visado.
Frente a la apacible Praia, las calles de la capital ghanesa, Accra, parecen un supermercado ambulante donde se puede comprar y vender absolutamente de todo. Aunque el mi¨¦rcoles hab¨ªa menos traj¨ªn del habitual. La ciudad se paraliz¨® para ver por televisi¨®n a la selecci¨®n nacional de f¨²tbol, que se jugaba las semifinales del Mundial sub 17, ya es casualidad, contra Espa?a. Ghana perdi¨® 2-1, pero su ministro de Trabajo, Nana Akomea, no se lo reproch¨® a Caldera. Prefiri¨® destacar que Accra tiene "playas preciosas", que cada vez m¨¢s j¨®venes aprenden castellano y que Espa?a es ahora "un pa¨ªs amigo". "El ¨²nico" que est¨¢ abriendo embajadas -la pr¨®xima en Conakry- en una regi¨®n donde otros las cierran, incide el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino Le¨®n.
El Gobierno, adem¨¢s, presume de haber triplicado en lo que va de legislatura la cooperaci¨®n con el ?frica subsahariana. El a?o pasado super¨® los 700 millones de euros. ?Es suficiente para transformar algunos de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo? "Es s¨®lo un primer paso", admite Caldera, que de regreso a casa ruega que no se juzgue su plan con ojos occidentales: "En ?frica, un mill¨®n da para mucho m¨¢s que en Espa?a".
![Ciudadanos de Conakry, capital de la R¨¦p¨²blica de Guinea, el pasado martes, d¨ªa de la visita de Caldera.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/B7RZ53DCJGGBZOUH6FR53CQAOI.jpg?auth=d54b54f7b998a955418192c851159edba4a98b8a40e25f5789622a705977ba47&width=414)
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