Calder¨®n dinamita a Rusia
El base espa?ol despeja el camino hacia el triunfo en un partido jugado al rico triple
Calder¨®n tir¨® del carro en el d¨ªa y el momento en que m¨¢s lo necesit¨® Espa?a, ante una Rusia que caus¨® una magn¨ªfica impresi¨®n y en un partido que se jug¨® descaradamente al rico triple. El base espa?ol de los Raptors de Toronto mand¨® y dirigi¨® al equipo como es habitual en ¨¦l, pero esta vez, adem¨¢s, con el don de la oportunidad, rompi¨® el encuentro con una eficacia superlativa. Los rusos no supieron c¨®mo frenarle ni advirtieron que el ataque espa?ol se volcaba en ¨¦l. No suele suceder. Pero cuando Espa?a decide que Calder¨®n sea quien haga el jaque mate no suele fallar. Sus 17 puntos y sus cuatro asistencias abrieron la espita para romper la defensa rusa. Espa?a, tras derrotar al ¨²nico equipo que iba invicto en su grupo, se coloca al frente del mismo, en una estupenda situaci¨®n para afrontar los cuartos de final si remata la faena ma?ana ante Israel.
Espa?a se coloca l¨ªder de su grupo y en una estupenda situaci¨®n para afrontar los cuartos
Los rusos empezaron moviendo el bal¨®n en el ataque con mucha soltura. Jugaron a las cuatro esquinas, con pases r¨¢pidos y largos. Con sus movimientos dejaban al aire una de las esquinas de la defensa espa?ola. Sus tiradores aparec¨ªan en el c¨®rner desguarnecido, m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de los 6,25 metros, y desde all¨ª ejecutaban. Metieron muchas y fallaron varias pese a que lanzaron sin oposici¨®n. Le cost¨® acabar de cerrar a la defensa espa?ola. Khryapa se puso las botas. Las enchuf¨® a discreci¨®n, tres de forma consecutiva. Se descontrolaba la defensa espa?ola. Siempre hab¨ªa un cable suelto. Kirilenko cometi¨® dos faltas en un abrir y cerrar de ojos, en menos de dos minutos, y tuvo que reservarse en el banco. No import¨®. Los rusos dieron el estir¨®n (12-18) y tan c¨®modos se sintieron que los relevos, Morgunov y Monia en especial, tambi¨¦n les funcionaron a pedir de boca. Morgunov le inyect¨® puntos dentro de la zona, algo capital porque tampoco pod¨ªan pasarse toda la noche tirando desde la Luna.
A Espa?a le cost¨® trabajo encajar las piezas. Calder¨®n dio un par de pasos al frente y descolg¨® la carabina. Posee esa rara virtud de tomar la iniciativa en los momentos en que el ataque espa?ol queda romo. Garbajosa fall¨® sus cuatro primeros lanzamientos y Rudy Fern¨¢ndez se qued¨® seco en el primer cuarto.
Espa?a necesitaba dinamita y all¨ª estaban Calder¨®n y, por supuesto, Pau Gasol. Gracias a ellos Rusia no consigui¨® mayor bot¨ªn. Pero Espa?a no tom¨® carrerilla hasta el inicio del segundo cuarto, cuando Pepu Hern¨¢ndez dio entrada al segundo quinteto. Cerr¨® la defensa y mantuvo el tono en el ataque gracias a una excelente salida en tromba de Navarro.
Del menos tres del primer cuarto se pas¨® al m¨¢s cinco en el descanso. Los rusos sobrevivieron a base de tiros libres, ocho cuando en el primer cuarto no hab¨ªan necesitado de ninguno porque o bien las colaban directamente desde fuera o bien se met¨ªan de tal forma hasta la cocina que pod¨ªan retratarse mientras machacaban el aro espa?ol.
En el segundo cuarto sucedi¨® todo lo contrario. Espa?a porfi¨® con su defensa en zona. Se les cerraron las puertas a los rusos y s¨®lo consiguieron dos canastas en un tramo en el que fallaron los ocho triples que intentaron. Nada que ver con la punter¨ªa del primer cuarto (cinco de siete).
El equipo espa?ol acab¨® de convencerse de que, si ten¨ªa un fil¨®n, por qu¨¦ no explotarlo decididamente. El equipo jug¨® para Calder¨®n y el base anot¨® nueve puntos m¨¢s de carrerilla, suficientes para estirar el marcador: 51-41. El equipo respir¨®. Garbajosa entr¨® en materia, Navarro continu¨® en ella, Mumbr¨² no baj¨® el pist¨®n y hasta Cabezas relev¨® con acierto a Calder¨®n.
Los rusos perdieron el abridor para destapar la defensa espa?ola. Alg¨²n tiro libre, cada vez menos triples. Se les fue agotando el arsenal sin que Kirilenko, demasiado solo en el intento, pudiera remediarlo. Sesenta y tres triples lanzaron entre ambos equipos, nueve tiros m¨¢s que de dos en un partido jugado descaradamente desde el exterior del per¨ªmetro.
Espa?a cabalg¨® en el ¨²ltimo cuarto, en el que, con todos sus jugadores definitivamente enchufados, Calder¨®n se limit¨® a dirigir y disfrutar con la obra consumada, con la ascendencia de los jugadores grandes de verdad.
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