"La violencia no interes¨® a los fundadores de las grandes religiones"
Karen Armstrong se dedica al estudio de las religiones como terapia a una enojosa frustraci¨®n juvenil que la llev¨® a renunciar a su fe cat¨®lica. De familia irlandesa, criada en Birmingham (Reino Unido), ten¨ªa vocaci¨®n de monja y, con 17 a?os, entr¨® en un convento. Colg¨® los h¨¢bitos siete a?os despu¨¦s. En 1984, el brit¨¢nico Channel 4 le encarg¨® un programa sobre San Pablo con un equipo israel¨ª. En Tierra Santa se interes¨® por el juda¨ªsmo y el islam, ampli¨¢ndolo al budismo, hinduismo y otras tradiciones asi¨¢ticas. Sus ensayos sobre Dios y biograf¨ªas de Mahoma y Buda, entre otros, son obligatorios para comprender los pilares contempor¨¢neos. Ahora se edita en Espa?a La gran transformaci¨®n: el mundo en tiempos de Buda, S¨®crates, Confucio y Jerem¨ªas (Paid¨®s), donde se remonta a la "era axial" en busca de las ra¨ªces comunes a las grandes religiones que alumbren el futuro. "Debemos aceptar las diferencias sin forzar a ser como nosotros", aconseja, a sus 62 a?os en su domicilio de Londres.
"Cuando yo era monja, nadie me pidi¨® que me quitara el velo. Las monjas son de nuestro bando; el velo musulm¨¢n es del otro"
PREGUNTA. ?Qu¨¦ importancia tiene la "era axial", entre los a?os 900 y 200 antes de Cristo, designado por Karl Jaspers?
RESPUESTA. Tiene una fuerte relevancia. La religi¨®n se asocia a menudo con la violencia y el dogmatismo, pero ambos no interesaron a los fundadores de las grandes religiones. Y, en muchos casos, una repulsi¨®n a la violencia fue el catalizador de los cambios religiosos.
P. ?C¨®mo se perdieron los valores para que haya gente que mate en nombre de Dios?
R. Todas las ideolog¨ªas se distorsionan por el ego¨ªsmo, la avaricia, la ambici¨®n y el egocentrismo. Somos esencialmente egoc¨¦ntricos, pero, de llegar al otro lado del ego, se entra en una fase alternativa de conciencia; dios, nirvana, brahm¨¢n o sagrado. Los sabios axiales coinciden en que la compasi¨®n es la mejor forma de superar el ego. Pero la gente no quiere ser compasiva, prefiere llevar la raz¨®n.
P. ?Cree en la verdad absoluta?
R. Nunca se puede definir la verdad suprema, porque lo que llamamos dios va m¨¢s all¨¢ de las palabras y los conceptos. El peligro es la gente que encaja a dios en el sistema humano. Los cruzados, los inquisidores y los terroristas actuales dicen que dios est¨¢ de su lado. Es un dios creado a su propia imagen. En la historia se ha utilizado a dios para estampar con un sello sagrado los prejuicios humanos.
P. ?El miedo y la sospecha han suplantado a la compasi¨®n?
R. S¨ª, miedo y, en el mundo musulm¨¢n, acompa?ado de un sentimiento de injusticia por c¨®mo se les trata desde el periodo colonial. De esa ¨¦poca parten la mayor¨ªa de nuestros problemas. Utilizamos Oriente Pr¨®ximo como gasolineras de crudo barato. Promocionamos a l¨ªderes en contra de la voluntad del pueblo. Crece la desesperanza y muchos musulmanes identifican el conflicto ¨¢rabe-israel¨ª como s¨ªmbolo de un mundo hostil.
P. ?Recela de la cruzada democr¨¢tica lanzada por EE UU?
R. La democracia es un buen sistema, pero no puede imponerse con tanques y armas. Debe emanar de un pueblo que se sienta libre. Los poderes occidentales no quieren democracia en todo Oriente Pr¨®ximo. Ham¨¢s ha sido democr¨¢ticamente elegido, y Occidente debe aceptarlo. Les estamos diciendo: democracia para nosotros s¨ª; para vosotros no.
P. ?Avanzamos hacia un choque de civilizaciones?
R. No, pero nos esmeramos por crearlo. Irak es una cat¨¢strofe absoluta y a¨²n no hemos visto todo. La mayor¨ªa de los americanos no admira nada de los musulmanes y ¨¦stos, la libertad de Occidente, seg¨²n una encuesta Gallup, realizada en Estados Unidos y en diez pa¨ªses musulmanes. Nosotros tambi¨¦n admiramos la libertad, as¨ª que no hay un choque. Significativo en el sondeo es que los musulmanes destacaron la falta de respeto por el islam y la interferencia en sus asuntos entre lo que m¨¢s les molesta de Occidente.
P. ?Cu¨¢l es su posici¨®n en el debate europeo entre integraci¨®n o asimilaci¨®n de los inmigrantes?
R. Hay mucha intolerancia en ambos lados, acrecentada por la situaci¨®n internacional y el ambiente de hostilidad en la cultura receptora. Como en Francia, donde nadie est¨¢ autorizado a llevar velo. Cuando se proh¨ªbe a las mujeres cubrirse con un pa?uelo, se apresuran en masa a pon¨¦rselo. En EE UU y en el Reino Unido utilizan el hiyab para disociarse de sus gobiernos. Cuando yo era monja, nadie me pidi¨® que me quitara el velo. Las monjas son de nuestro bando; el velo musulm¨¢n es del otro.
P. Es dif¨ªcil comparar el velo y el h¨¢bito en sociedades cristianas.
R. El velo no es necesariamente hostil a la mujer. Ninguna mujer deber¨ªa verse obligada a ponerse nada que no desee. Mi h¨¢bito era inc¨®modo, caluroso y poco higi¨¦nico. Pero tambi¨¦n liberador puesto que nunca tuve que preocuparme del maquillaje, el peinado o la ropa. Aqu¨ª se utiliza el cuerpo femenino para vender productos y hay una masiva industria que fuerza a mantener la silueta. Antes de se?alar con el dedo las normas de otras culturas, deber¨ªamos analizar las nuestras. Con el velo, la musulmana reacciona en contra de estos valores occidentales. Prefieren cubrirse en vez de revelar todo al exterior. Alcanzar la modernidad bajo sus c¨¢nones y no imitando a las occidentales. Estos movimientos religiosos est¨¢n entresacando un punto oscuro de la modernidad, un aspecto de la ¨¦tica moderna que no es del todo correcto.
P. ?Es posible reconciliarse?
R. S¨ª, no forzando a nadie a parecerse a nosotros, aceptando las diferencias. Nos enorgullecemos de ser justos, tolerantes y compasivos, pero en mayor o menor medida, somos islamaf¨®bicos.
"El estudio es mi religi¨®n"
EN LOS A?OS setenta, Karen Armstrong reneg¨® de la fe cristiana, defraudada de la "crueldad" de la Iglesia en los siete a?os que visti¨® el h¨¢bito. "Me resultar¨ªa muy dif¨ªcil regresar a la Iglesia bajo este Papa o el anterior", advierte. "Aunque", a?ade, "ninguna religi¨®n es mejor. En su base todas ense?an la ¨¦tica de la compasi¨®n y cada una tiene su propio genio particular, sus defectos e imperfecciones". "Mi religi¨®n es el estudio, mis rezos son mis estudios", afirma esta mujer que ha enfocado su vida a la lectura y diseminaci¨®n del pensamiento religioso. "Dedico seis o siete horas al d¨ªa a estudiar los textos y experimento momentos de sobrecogimiento, asombro y j¨²bilo, como quien escucha una buena pieza de m¨²sica. Es una forma reconocida de espiritualidad. Se me puede ver como una convaleciente. As¨ª me recupero de mi enojo con la religi¨®n".
En el Reino Unido pocos han contribuido como Armstrong -ella menciona al pr¨ªncipe Carlos- a defender el islam y promocionar una mejor comprensi¨®n de las sociedades musulmanas. "Lo m¨¢s extraordinario del mundo actual es que todos podemos aprender de las religiones de los dem¨¢s. Los cristianos pueden aprender mucho del budismo, que hace hincapi¨¦ en la pr¨¢ctica y la compasi¨®n y no habla de teolog¨ªa porque lo considera una p¨¦rdida de tiempo. El Cor¨¢n tambi¨¦n se?ala que discutir de cuestiones teol¨®gicas, particularmente en tono enfurecido, arruina la religi¨®n". L. G.
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