El PNV busca un nuevo equilibrio tras la 'era Imaz'

El anuncio, el mi¨¦rcoles, de la renuncia de Josu Jon Imaz a la reelecci¨®n como presidente del PNV en los comicios internos de diciembre cogi¨® por sorpresa a la direcci¨®n del partido. Aunque era un secreto a voces que pod¨ªa renunciar, lo que no se esperaba es que lo hiciera a pocas horas de que la direcci¨®n del PNV, presidida por ¨¦l, acordara por unanimidad la ponencia del congreso y un candidato.

El a¨²n presidente del PNV madur¨® la retirada hace tiempo, al ver que su proyecto renovador encontraba resistencias y que peligraba la unidad

Urkullu no apoy¨® a Imaz cuando ¨¦ste desafi¨® a Ibarretxe en julio, y Egibar se ha sentido inc¨®modo con Arzalluz por su radicalidad

Los principales l¨ªderes del partido estaban en el secreto de que Imaz y su contrincante, el l¨ªder del sector soberanista Joseba Egibar, renunciar¨ªan por un candidato de consenso para asegurar la unidad del partido, amenazada por el enfrentamiento entre las l¨ªneas pactista y soberanista que representaban.

Imaz ten¨ªa su decisi¨®n madurada y hasta calculadas sus consecuencias. Hab¨ªa comprobado que su proyecto renovador -su idea de la construcci¨®n de la naci¨®n c¨ªvica con nacionalistas y no nacionalistas y la revisi¨®n de los conceptos de soberan¨ªa y estatalidad- encontraba muchas resistencias en el sector soberanista y, adem¨¢s, cuatro a?os despu¨¦s de ganar a Egibar por la m¨ªnima se manten¨ªa el equilibrio de fuerzas.

Lo termin¨® de comprobar en julio, cuando sac¨® a la calle su discrepancia con el lehendakari Ibarretxe tras reactivar ¨¦ste su plan de refer¨¦ndum para 2008, despu¨¦s del fracaso del proceso de paz. Aquella decisi¨®n le dej¨® solo en el PNV. Su apoyo, los dirigentes vizca¨ªnos de I?igo Urkullu, no se mantuvo. Ellos se limitaron a decir que el debate hab¨ªa que abordarlo en casa. A los pocos d¨ªas, el 31 de julio, Imaz apunt¨®, por vez primera, la posibilidad de no presentarse a la reelecci¨®n al decir que los proyectos est¨¢n por encima de las personas.

A su vez, por el lado soberanista, Egibar se sent¨ªa inc¨®modo por algunos de sus apoyos. Como el de Xabier Arzalluz, el veterano ex presidente del PNV, cuyo discurso radical y ataques personales a Imaz, esparcidos por los batzokis (sedes locales del partido), desconcertaron a las bases.

Tanto Imaz como Egibar, que vivieron muy j¨®venes la escisi¨®n del PNV en 1985, empezaron a temer su repetici¨®n. Esta conciencia facilit¨® que surgiera una ponencia y un candidato de consenso. A las l¨ªneas b¨¢sicas del acuerdo se lleg¨® el lunes. El perfil que all¨ª se dibuj¨® fue el de I?igo Urkullu, presidente del PNV de Vizcaya y principal apoyo org¨¢nico de Imaz.

Urkullu es un hombre de aparato, enfrentado a Egibar tras apoyar a Imaz en las elecciones de 2003. Pero tampoco le ha gustado que Imaz airee las diferencias entre los dos sectores. Egibar lo asume, aunque tiene presiones de su sector para que se olvide de la candidatura de consenso y se presente ¨¦l. En el PNV est¨¢n convencidos de que cumplir¨¢ el compromiso.

?Y qu¨¦ pasa con Ibarretxe? Nada est¨¢ decidido. Pero existe el acuerdo de que el lehendakari coordine su discurso con la direcci¨®n del PNV para terminar con la disonancia. Urkullu -con el que Ibarretxe no tiene la sinton¨ªa de Egibar- ser¨ªa un l¨ªder del PNV severo en la exigencia de ese compromiso, seg¨²n coinciden las fuentes consultadas. En el PNV existe el precedente de un lehendakari, Carlos Garaikoetxea, al que el partido hizo dimitir por discrepancias con su direcci¨®n.

Con la candidatura de consenso de Urkullu surgir¨¢ una nueva etapa en el PNV. Todo apunta a que la nueva direcci¨®n respetar¨¢ sus compromisos y acuerdos institucionales, como la lucha contra ETA. Tampoco se apunta en el horizonte del PNV una regresi¨®n al frente nacionalista o una precipitaci¨®n de la consulta que reclama Ibarretxe. Menos a¨²n cuando tiene dos elecciones en menos de dos a?os: las generales y las vascas. De ah¨ª que Imaz haya enviado un mensaje tranquilizador al Gobierno, al empresariado y a la Casa Real.

Lo que se resentir¨¢ es la renovaci¨®n ideol¨®gica en el PNV que pretend¨ªa Imaz. No parece que Urkullu vaya a abrir la caja de Pandora y revisar los conceptos de soberan¨ªa, estatalidad y naci¨®n en la Europa de hoy. Ni que el PNV asuma que Euskadi hay que definirla entre nacionalistas y no nacionalistas (frente al deseo soberanista de que los nacionalistas impongan su idea de naci¨®n a los no nacionalistas). Urkullu, previsiblemente, mantendr¨¢ la ambig¨¹edad para asegurar la unidad de los dos sectores.