El 'thriller' como modelo
Tal vez el caso se estudie un d¨ªa en las facultades y escuelas de publicidad y mercadotecnia, en las de periodismo o en los seminarios de criminolog¨ªa. Todo depender¨¢ del desenlace del drama -la desaparici¨®n de la ni?a brit¨¢nica Madeleine McCann el pasado 3 de mayo en el Algarve, Portugal-, cuya cobertura medi¨¢tica ha desbordado cualquier precedente en casos similares. Jes¨²s Duva hac¨ªa en EL PA?S, en diciembre de 2006, un balance de casos de desapariciones en Espa?a. "El 60% de las 15.000 denuncias por desaparici¨®n de personas que tramita cada a?o el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa son de menores de edad. La mayor¨ªa aparece y, afortunadamente, con vida. Pero hay unos 100 j¨®venes y menores fichados en la base de datos policial dentro de una carpeta titulada Desapariciones inquietantes. Es una forma piadosa de decir que todo apunta a que est¨¢n m¨¢s muertos que vivos". Casos ya olvidados incluso por los vecinos que un d¨ªa vieron la imagen de los j¨®venes desaparecidos en pasquines rudimentarios pegados de cualquier manera en paredes y farolas. Nada que ver con la b¨²squeda planetaria de Maddie que lanzaron los medios brit¨¢nicos y que ha invadido las televisiones, los diarios de media Europa. El eco de la campa?a se amplifica en Internet. Las noticias sobre Madeleine suelen ser siempre las m¨¢s visitadas en elpais.com y son las que m¨¢s comentarios suscitan.
No todos los lectores est¨¢n de acuerdo con la atenci¨®n que presta el diario a este caso. Una carta como ejemplo: "Soy lector habitual de EL PA?S por m¨²ltiples razones, pero quiz¨¢s la m¨¢s importante de todas sea la seriedad, profesionalidad y criterio que se desprenden de todas las secciones del diario, de la pol¨ªtica a los deportes. Por ello quiero expresarle mi perplejidad ante el seguimiento que ha realizado su peri¨®dico del llamado caso Madeleine. Encuentro injustificable que se dediquen varias portadas y decenas de p¨¢ginas a la semana a un mero suceso. Se puede se?alar como culpable la escasez de noticias durante el verano. Se puede argumentar que el caso ha tomado dimensi¨®n global y que media Europa est¨¢ pendiente de su resoluci¨®n, pero si eso es as¨ª es por la difusi¨®n de los media y del entorno de la familia en una estrategia que persigue motivos a¨²n sin esclarecer".
"La mayor¨ªa de medios de comunicaci¨®n centra su atenci¨®n en estos sucesos con la ¨²nica intenci¨®n de mejorar su rendimiento econ¨®mico a corto plazo aunque sea a costa de perder credibilidad a medio y largo plazo. EL PA?S siempre se hab¨ªa caracterizado por lo opuesto y por ello muchos cumplimos con el ritual diario del euro. Espero que por muchos a?os". Firma Pere Barba Su?ol, de Barcelona.
Orquestaci¨®n medi¨¢tica
Las cr¨ªticas coinciden en subrayar la espectacular orquestaci¨®n medi¨¢tica del caso, y censuran un supuesto seguidismo de los tabloides amarillos brit¨¢nicos. Pero es innegable la emoci¨®n que genera el caso en muchos lectores. El reportaje publicado el pasado jueves sobre "la cuidada puesta en escena de los McCann" suscit¨® la protesta de Patricia McErlain. "Me horroriza el tono sensacional de este art¨ªculo. Ser¨¢ posible a estas alturas de la vida que haya periodistas que pasan de cualquier sentido de la justicia, dando s¨®lo una versi¨®n de los hechos, y afirman la culpabilidad de los McCann citando una misteriosa fuente de la polic¨ªa portuguesa. La polic¨ªa portuguesa estar¨¢ bajo presi¨®n pol¨ªtica y querr¨¢ vengarse de las acusaciones de incompetencia. Qu¨¦ mejor manera de hacerlo que el rumoreo y el juicio medi¨¢tico. El turismo portugu¨¦s se la juega y los politicos portugueses quieren que se vayan a su casa los McCann". Y concluye: "?stos son restos de una cultura antidemocr¨¢tica y verg¨¹enza ten¨ªa que dar a los que nacieron en el posfranquismo rebajarse a estas t¨¢cticas, sea cual sea la verdad sobre este caso".
La cr¨®nica de sucesos tiene una amplia tradici¨®n period¨ªstica y su tratamiento informativo suele ser acorde con el estilo y calidad del medio que lo publica. Hay medios especializados, no s¨®lo escritos, en hurgar en las emociones de los lectores-espectadores con temas de sangre, sexo y dinero, con una est¨¦tica de trazo grueso y una superficialidad inteligible para un p¨²blico que intuyen confiado, malpensado e ignorante. Y hay medios que intentan aplicar a los sucesos, criminales o no, los mismos criterios generales de informaci¨®n con la especificidad que tienen estos temas, en los que siempre hay tragedias personales. Y hay veces que el env¨¦s de la trama social queda al descubierto con mayor claridad en la p¨¢gina de sucesos que en otras secciones del diario. El caso Madeleine, como todos los casos que consiguen abrirse paso y ocupar un puesto relevante en las agendas informativas de medios muy distintos, tiene unas caracter¨ªsticas tan especiales que el Defensor ha buscado la opini¨®n de Vicente Verd¨², periodista, escritor y perspicaz observador de la sociedad moderna. Su respuesta.
"Los medios han encontrado en el caso Madeleine el nuevo modelo de informaci¨®n sensacionalista: no a trav¨¦s del modelo del accidente, la cat¨¢strofe natural o el crimen consumado, sino del thriller. Durante la ¨²ltima ¨¦poca, casi cualquier acontecimiento fue siendo sustituido por el modelo del accidente, sin apenas conexi¨®n con el pasado y el porvenir. Ahora toca el turno al modelo de la incertidumbre. Los medios logran aumentar la audiencia comport¨¢ndose como entregas de una peripecia -en la incertidumbre de lo econ¨®mico, en la incertidumbre de los fichajes futbol¨ªsticos, en las incertidumbres de las negociaciones con Ir¨¢n- y estimulando la demanda informativa a trav¨¦s de esa expectaci¨®n m¨¢s continua y garantizada que a trav¨¦s de la gran sorpresa".
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonear al n¨²mero 91 337 78 36.
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