El porvenir de la Ciudad de la Luz
Esta semana pasada, se ha hablado con profusi¨®n de los problemas que aquejan a la Ciudad de la Luz. Estos imponentes estudios cinematogr¨¢ficos que mand¨® construir don Eduardo Zaplana, y que tanto r¨¦dito electoral han proporcionado al Partido Popular, no acaban arrancar. Varios a?os despu¨¦s de su inauguraci¨®n, su actividad es menos que discreta, se multiplican los problemas, y su futuro -al decir de los entendidos- no se presenta muy prometedor. Es lo que suele ocurrir cuando el gobierno quiere actuar de empresario.
La noticia que ha puesto de actualidad a la Ciudad de la Luz, en esta ocasi¨®n, ha sido la ruptura del contrato con una empresa italiana, encargada de los cursos de formaci¨®n que se imparten en el complejo. Como las partes han considerado que llevar el asunto a los tribunales no les beneficiaba, se ha llegado a un acuerdo sin dificultad. De resultas del mismo, la Ciudad de la Luz -anotemos su generosidad- se har¨¢ cargo de las deudas de los italianos. Deber¨¢ pagar unos 300.000 euros que ya pueden ustedes imaginar de d¨®nde saldr¨¢n. Dadas las cifras que alcanza la deuda de la Generalidad, ?qu¨¦ importancia pueden tener unos miles de euros m¨¢s?
Todav¨ªa se hablaba de la ruptura del contrato con los italianos cuando se conoc¨ªa otra mala noticia para la Ciudad de la Luz. Pompeya, la superproducci¨®n que deb¨ªa dirigir Roman Polanski y cuyo rodaje estaba previsto en los estudios alicantinos, no se filmar¨¢. Hace unos meses, en plena campa?a electoral, Gerardo Camps anunciaba que Alicante acoger¨ªa el rodaje de la pel¨ªcula. No creemos, sin embargo, que a estas alturas la noticia de la cancelaci¨®n haya causado la menor preocupaci¨®n al se?or Camps. Ya se sabe que las promesas electorales s¨®lo comprometen a quienes creen en ellas.
Cuando se inaugur¨® la Ciudad de la Luz, pudimos conocer los objetivos fijados para los estudios, que pretend¨ªan convertirse -?faltaba m¨¢s!- en un referente cinematogr¨¢fico internacional. Eran, como se comprender¨¢, unos objetivos sobresalientes, que todo el mundo aplaudi¨® en aquel momento. Quiz¨¢ convenga recordarlos. Estaba previsto que en los plat¨®s alicantinos se rodasen cada a?o una o dos grandes superproducciones internacionales, junto con otras de menor importancia. Los atractivos de Alicante -se aseguraba-, su espl¨¦ndido clima, sus hoteles y la proximidad del aeropuerto atraer¨ªan a los grandes productores internacionales y a las majors de Hollywood. "Por otra parte", se dec¨ªa, "el plan estrat¨¦gico apuesta por conseguir varias miniseries de TV, producidas por empresas americanas, y TV Movies, cuyo coste de producci¨®n oscila entre los 10 millones y los 600.000 euros". Ya hemos visto en qu¨¦ ha quedado la cosa.
Pese a estos objetivos tan excesivos, son muchos quienes piensan que la Ciudad de la Luz podr¨ªa haber logrado un cierto ¨¦xito. Habr¨ªa bastado para ello colocar al frente del negocio a una persona que conociera el mundo del cine. Despu¨¦s de gastar cientos de millones de euros en su construcci¨®n, parec¨ªa lo m¨¢s razonable. Desde luego, es lo que hubiera hecho cualquier empresario con sentido com¨²n. Sin embargo, se prefiri¨® nombrar a un pol¨ªtico sin experiencia para el puesto. Los resultados de la decisi¨®n hablan por s¨ª mismos. Las pocas pel¨ªculas que, hasta el momento, se han rodado en la Ciudad de la Luz han debido abonar a sus productores unas cantidades m¨¢s que generosas.
Al d¨ªa de hoy, todo indica que el porvenir de la Ciudad est¨¢ despejado: el dinero de los valencianos continuar¨¢ subvencionando los estudios en el futuro.
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