La larga agon¨ªa del gobierno de los jueces
Dos vocales de los sectores conservador y progresista, enfrentadosen el Poder Judicial, debaten sobre el bloqueo que sufre el Consejo
El Consejo General del Poder Judicial, ¨®rgano de gobierno de los jueces que informa sobre proyectos de ley, decide los nombramientos en la c¨²pula judicial e impone sanciones a los profesionales, lleva 10 meses "en funciones". Ten¨ªa que ser renovado en noviembre de 2006 por un acuerdo entre partidos, pero el PP rechaza las ofertas del PSOE y mantiene as¨ª controlado un ¨®rgano que en estos meses se ha caracterizado por censurar las iniciativas legales del Gobierno socialista.
EL PA?S someti¨® a debate este bloqueo con dos jueces y vocales del Consejo que representan a los dos sectores enfrentados: Jos¨¦ Luis Requero (conservador) y Juan Carlos Campo (progresista). Lo que sigue es un resumen de su conversaci¨®n.
Requero. Esta situaci¨®n est¨¢ prevista en la ley, pero es an¨®mala. Lo normal es que las instituciones se renueven dentro de plazo. Se nota mucho en el ritmo de trabajo, en la dificultad para programar una agenda, el par¨®n en los proyectos, porque no sabemos si vamos a continuar el mes que viene; esto ralentiza el funcionamiento del Consejo. Las comisiones funcionan con normalidad, pero no otros temas, como los nombramientos: tenemos un par¨®n en unas plazas del Supremo y del Tribunal Superior de Justicia que hay que cubrir cuanto antes.
Campo. Es una situaci¨®n indeseable que confronta con el esp¨ªritu constitucional. La Constituci¨®n establece que el Consejo tendr¨¢ un mandato de cinco a?os. Cierto es que la Ley Org¨¢nica dice que mientras no se proceda a su renovaci¨®n continuar¨¢ en funciones, pero creo que eso est¨¢ pensado para un periodo transitorio corto. Esta situaci¨®n perturba el ejercicio: no sabemos qu¨¦ planificaci¨®n puede hacerse ni a medio ni a largo plazo, y a veces ni siquiera a corto. Eso supone una degradaci¨®n del ¨®rgano.
-?Hasta cu¨¢ndo est¨¢n dispuestos a seguir as¨ª?
Requero. Tengo confianza en que esto se desatascar¨¢ una vez que se celebren las elecciones generales. Es la l¨®gica o la il¨®gica de la vida pol¨ªtica. La lucha de partidos, la partitocracia, se ha llevado al seno del Poder Judicial, y los partidos se encuentran ante una tarta que hay que repartir, que exige unas mayor¨ªas muy cualificadas (lo que dificulta mucho la renovaci¨®n). Y hay que hacer muchos pactos porque son muchos partidos los que quieren tener aqu¨ª representaci¨®n y s¨®lo hay 20 plazas.
Se habla de que existe un desacoplamiento entre la composici¨®n del Consejo y la de las C¨¢maras parlamentarias. Pero el Tribunal Constitucional dijo que el sistema que se estableci¨® en 1985 de entera designaci¨®n parlamentaria ser¨ªa inconstitucional, y que [el Consejo] deb¨ªa ser reflejo del tejido de la carrera judicial. Cuando se dice que este Consejo ha perdido legitimidad porque no se corresponde con la actual mayor¨ªa parlamentaria, eso es lo que el Constitucional dijo que ser¨ªa contrario a la Constituci¨®n. Yo sostengo que desde 1985 vivimos una situaci¨®n de inconstitucionalidad sobrevenida, porque todos los consejos constituidos desde 1985 han sido reflejo de mayor¨ªas parlamentarias.
Campo. Este Consejo es fruto del pacto de la justicia que dio lugar a un nuevo sistema de doble legitimaci¨®n y calm¨® las pretensiones de la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura [mayoritaria y conservadora] que reclamaba la designaci¨®n directa de los vocales por las asociaciones. El problema no est¨¢ ah¨ª. ?Hasta cu¨¢ndo puede durar esta situaci¨®n? Las C¨¢maras no logran el acuerdo, los vocales somos objetos de una negociaci¨®n pero no sujetos de ella. Hay que ser cr¨ªtico y ver a qui¨¦n le interesa el cambio y a qui¨¦n le perjudica.
El primer partido de la oposici¨®n [el PP] es quien tiene m¨¢s que perder porque tiene una mayor¨ªa en el Consejo de la que ha hecho uso y a nuestro entender abuso. Primero se puso al lado del Gobierno, cuando mandaba el PP, y cuando a partir de 2004 gobiernan los socialistas se convierte en un azote permanente de cualquier iniciativa, sea competencia o no del Consejo, como el informe contra le Ley de Matrimonios Homosexuales o el Estatuto de Catalu?a.
Requero. A qui¨¦n beneficia o a qui¨¦n perjudica eso, es una cuesti¨®n que se acabar¨¢ sabiendo. Una vez metidos en la l¨®gica de la partitocracia, que no comparto, desde el momento en que una ley de 2004 establece, para los actos m¨¢s importantes del Consejo, una mayor¨ªa de tres quintos, parece razonable que, si un partido intuye que en el pr¨®ximo Consejo estar¨¢ en desventaja, quiera tener minor¨ªa de bloqueo (nueve de los 20 vocales). Pero a su vez nos podemos plantear si esta situaci¨®n no beneficia al PSOE: si las encuestas electorales le son propicias, a lo mejor es una forma de reforzar su mayor¨ªa parlamentaria y quitarse la hipoteca de los grupos minoritarios y as¨ª tener menos bocas que alimentar.
Campo. Hay una realidad: ofertas concretas de renuncia del PSOE a la minor¨ªa de bloqueo por ambos partidos. La generosidad est¨¢ demostrada. Ahora hay una mayor¨ªa en el Consejo af¨ªn al PP que ten¨ªa que haber expirado en noviembre. Creo que el legislador deber¨ªa regular este periodo transitorio para evitar esta situaci¨®n decadente en la que nos encontramos, quiz¨¢ estableciendo que s¨®lo se pudiera hacer gesti¨®n ordinaria, como existe en la Ley del Gobierno.
Requero. No s¨¦ cuales son las ofertas que se est¨¢n haciendo. Creo que hab¨ªa una oferta de ocho vocales para el PSOE y otros ocho para el PP. Eso puede ser razonable, pero el problema, y vuelvo a la l¨®gica de la lucha de partidos, es que tenemos cuatro vocal¨ªas m¨¢s que se ofrecer¨ªan a determinados grupos que son aliados del Gobierno, con lo cual es una oferta ficticia. Yo, puestos a hacer elucubraciones, si se quiere que ning¨²n grupo tenga mayor¨ªa, que uno proponga 10 y otro 10 y se pongan de acuerdo en el presidente.
Campo. No es un problema de los dos partidos. Son el Congreso y el Senado los que proponen. Es l¨®gico que, en funci¨®n de la representaci¨®n que tengan en el arco parlamentario, tengan derecho a expresar sus opiniones y su voto.
Requero. Otra cosa de la que habr¨ªa que hablar es de la presencia de determinados grupos minoritarios en el Consejo. Estamos viendo a diario las tensiones de car¨¢cter territorial e independentista que ya no se ocultan. Yo no s¨¦ hasta qu¨¦ punto, con visi¨®n de Estado, merece la pena que determinadas minor¨ªas tengan aqu¨ª presencia cuando luego no act¨²an con lealtad. Meterlas en un ¨®rgano de Estado para no hacer pol¨ªtica de Estado sino pol¨ªtica de minar al Estado no me parece lo m¨¢s razonable. Si hubiera sensibilidades nacionalistas leales, s¨ª; pero si hay sensibilidades nacionalistas que son independentistas, me parece meter al enemigo del Estado en los ¨®rganos del Estado.
Campo. El Consejo es para todo el Estado, no s¨®lo para aquellos que sean mis amigos. Rechazo rotundamente que no pueda haber sensibilidades distintas. El Estado se construye con la opini¨®n de todos, eso es el juego democr¨¢tico.
Requero. No se trata de impedir que todas las voces que hay dentro del Estado tengan voz y voto. Por supuesto que s¨ª. Pero la experiencia diaria demuestra que hay gente que rechaza el Estado, que dice que no tiene nada que ver con ¨¦l, que se considera oprimido por el Estado espa?ol. Me parece un sinsentido llevar a esas personas a un ¨®rgano del Estado.
Campo. Est¨¢s confundiendo tu deseo personal con lo que es un acto de soberan¨ªa de las C¨¢maras. Son ellas las que tienen que decidir. Deber¨ªa producirse una reforma legal que contemplara que, en estos periodos transitorios, el Consejo en funciones tiene una limitaci¨®n competencial.
Requero. Ser¨ªa trasvasable la Ley de Gobierno al Poder Judicial, por supuesto que s¨ª: que se estableciese una tarea de pura gesti¨®n. Y que aquellos nombramientos que no se hubiesen consumado al terminar el mandato del Consejo decayesen para que el pr¨®ximo Consejo iniciase el procedimiento. No ser¨ªa extravagante, pero creo que, aunque ahora tengamos plena competencia, tenemos autocontenci¨®n y muchas iniciativas que est¨¢n ah¨ª desde hace meses, por un pacto t¨¢cito, no se tocan.
-Entonces, ?cu¨¢nto tiempo va a aguantar el Consejo en esta situaci¨®n de interinidad?
Requero. Hay que dejar a las C¨¢maras que renueven o no renueven el ¨®rgano, es su facultad. Ser¨ªa contraproducente forzar una renovaci¨®n desde dentro a base de crear tensi¨®n, presentar dimisiones y que trascienda la idea de que esto est¨¢ hecho una ruina. No quiero imaginar que esto se prolongue m¨¢s all¨¢ de las elecciones. Empezar¨ªa a sufrir claustrofobia.
Campo. El Consejo debe seguir funcionando, somos el Gobierno de los jueces. No debemos desde dentro reventar eso con actuaciones como dimisiones en bloque. Las rechazo. Tenemos que seguir viendo como espectadores esa negociaci¨®n y esperar que culmine.
JOS? LUIS REQUERO / Vocal del sector conservador
"Conf¨ªo en que esto se desatascar¨¢ despu¨¦s de las elecciones. Es la l¨®gica o la il¨®gica de la lucha de partidos"
"Yo sostengo que desde 1985 vivimos una situaci¨®n de inconstitucionalidad en el Consejo, al hacerlo reflejo de la mayor¨ªa parlamentaria"
"Dentro de la l¨®gica de partidos, que no comparto, parece razonable que, si uno intuye que en el pr¨®ximo Consejo estar¨¢ en desventaja, quiera minor¨ªa de bloqueo"
"No s¨¦ hasta qu¨¦ punto merece la pena que ciertas minor¨ªas independentistas tengan aqu¨ª presencia, si luego no act¨²an con lealtad. Me parece meter al enemigo del Estado en los ¨®rganos del Estado"
JUAN CARLOS CAMPO / Vocal del sector progresista
"La Constituci¨®n dice que el Consejo tendr¨¢ un mandato de cinco a?os. Esta situaci¨®n perturba el ejercicio: no sabemos qu¨¦ planificaci¨®n hacer a medio y largo plazo, y a veces ni siquiera a corto"
"El PP es quien tiene m¨¢s que perder porque tiene una mayor¨ªa en el Consejo de la que ha hecho uso y a nuestro entender abuso"
"Deber¨ªa producirse una reforma legal que contemplara que, en periodos transitorios, el Consejo en funciones tiene una limitaci¨®n competencial"
"Rechazo rotundamente que no pueda haber sensibilidades distintas. El Estado se construye con la opini¨®n de todos"
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.