Cr¨ªticas al Gobierno brit¨¢nico sobre los mecanismos para afrontar la crisis
La intervenci¨®n de las autoridades pol¨ªticas y monetarias brit¨¢nicas para superar la crisis del Northern Rock ha provocado una inmediata recuperaci¨®n de la Bolsa de Londres, pero ha abierto interrogantes sobre la solidez general del sistema y ha puesto en la picota tanto la estrategia de la autoridad para prevenir crisis bancarias como las herramientas disponibles para que los consumidores no acaben siendo los paganos. Los bancos hipotecarios afectados estos d¨ªas por la crisis vivieron sabrosos repuntes y la inyecci¨®n de 4.400 millones de libras (casi 6.000 millones de euros) ayud¨® a empujar la Bolsa.
El Northern Rock subi¨® un 8,2% despu¨¦s de haber perdido m¨¢s de un 55% en s¨®lo dos sesiones, cerrando ayer a 306 peniques. A¨²n hubo colas en algunas oficinas, pero s¨®lo en el sur del pa¨ªs y sin los agobios de d¨ªas anteriores.
La intervenci¨®n conjunta del Tesoro, el Banco de Inglaterra y el regulador (la FSA, Autoridad de Servicios Financieros) ha permitido superar la tormenta del Northern Rock, pero el cielo ha quedado lleno de nubarrones. La crisis ha puesto de manifiesto la propia fragilidad del sistema financiero brit¨¢nico: la crisis de las hipotecas de alto riesgo de EE UU ha afectado directamente a un banco que no ten¨ªa ninguna vinculaci¨®n directa con el problema norteamericano. La vulnerabilidad brit¨¢nica parece residir en gran parte en el secretismo del sistema: ning¨²n banco sabe hasta qu¨¦ punto los rivales pueden estar afectados por las hipotecas americanas y se niegan a dar liquidez unos a otros.
La crisis tambi¨¦n ha cuestionado los actuales mecanismos de prevenci¨®n y de soluci¨®n de crisis. El anuncio inicial de las autoridades, el viernes, en lugar de tranquilizar a ahorradores y accionistas, tuvo el efecto opuesto: las acciones se hundieron en la Bolsa y los ahorradores corrieron a retirar sus dep¨®sitos. Adem¨¢s de la escasa confianza que han generado pol¨ªticos y gestores, el fr¨¢gil mecanismo de compensaciones a los depositantes tambi¨¦n parece haber jugado un papel. No s¨®lo porque el Estado garantiza una cantidad m¨¢xima m¨¢s bien modesta (43.100 euros), sino porque los ahorradores pueden tardar meses en recibir ese dinero.
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