Serrat y Sabina: en pareja mucho mejor

Catorce mil espectadores llenaron anoche a rebosar el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, para contemplar el paso y subirse al carro de la cari?osa farsa musical, Dos p¨¢jaros de un tiro, que Joan Manuel Serrat y Joaqu¨ªn Sabina arrancaron el pasado mes de junio en Zaragoza y, despu¨¦s de 60 actuaciones -tres de ellas en la capital- se detendr¨¢ en diciembre en Uruguay. Catorce mil personas es la misma cifra que asistir¨¢ hoy y ma?ana al mismo recinto, ya que todo el papel est¨¢ vendido.

C¨¦sar y Ana, Jos¨¦ y Silvia, Carmen y Gonzalo, y as¨ª pod¨ªamos desgranar toda una catarata de nombres pertenecientes a las parejas de todas las edades y condiciones, que se acercaron a ver y escuchar a sus veteranos ¨ªdolos hasta el recinto deportivo. Recinto que, como record¨® uno de los asistentes -"aqu¨ª es donde perdi¨® Espa?a"- hab¨ªa sido el escenario de una tragedia deportiva s¨®lo un par de d¨ªas antes. Tambi¨¦n lo record¨® Joan Manuel Serrat, en unos versos desaforados en los que no dud¨® en acordarse de la madre de aquellos que le arrebataron a la selecci¨®n de baloncesto el t¨ªtulo de campeones de Europa, por s¨®lo un punto.

El eterno Joan Manuel supo sacar partido a las canciones de Joaqu¨ªn, y otro tanto hizo ¨¦ste

De 35 a 68 euros costaba la entrada para ver a esta parejita, que se tom¨® sus respectivos y antol¨®gicos repertorios como excusa perfecta para jugar como ni?os, decirse todo tipo de procacidades y cantar y emocionarse con unas canciones conocidas por todos, pero que en este formato de pareja luc¨ªan a¨²n m¨¢s, si es posible.

En los pasillos de Palacio de los Deportes era posible llevarse alg¨²n recuerdo de esta gira, en una especie de "todo a 20 euros", que inclu¨ªa bolsos, camisetas, sudaderas, gorras, mecheros y hasta culottes. Pero no era tan importante el recuerdo material como el emocional, que los espectadores pudieron llevarse a casa en las aproximadamente dos horas que dur¨® la actuaci¨®n de estos dos genios de la canci¨®n popular espa?ola. Entre el p¨²blico an¨®nimo figuraba tambi¨¦n buen n¨²mero de caras conocidas como V¨ªctor Manuel y Ana Bel¨¦n, Pastora Vega, Luis Eduardo Aute, Rosa Le¨®n y ?lvaro de Luna, dentro del campo art¨ªstico.

En el ¨¢mbito deportivo hubo representaci¨®n del baloncesto espa?ol, con la presencia de Pedro Ferrandis y el ex jugador Juan Antonio Corbal¨¢n. Tambi¨¦n pudo verse a la empresaria Alicia Koplowitz. Ellos asist¨ªan igual de emocionados que el resto del personal a las evoluciones y chascarrillos de esta pareja art¨ªstica que acaba de descubrir que juntos se r¨ªen y hacen re¨ªr.

El eterno Joan Manuel supo sacarle el partido que se merece a las canciones de Joaqu¨ªn, cuando fue su turno de ejecutarlas en solitario, como Sin embargo. Y otro tanto hizo Sabina, cuando le toc¨® el turno de rendir pleites¨ªa a los temas de El Nano, como el cl¨¢sico Se?ora. Hubo tambi¨¦n canciones cuyas letras fueron variadas para la ocasi¨®n, como No hago otra cosa que pensar en ti. Y as¨ª, los amigos fueron trenzando una hermosa actuaci¨®n en la que incluso sali¨® a relucir Peret, cuando improvisando un tablao flamenco se lanzaron por la pendiente de la rumba para cantar y bailar El muerto vivo.

El resto de canciones fueron lo m¨¢s escogido de ambos mundos, y la banda -en la que estaban el maestro Ricardo Miralles por el lado de Serrat, y los escuderos de Sabina, Pancho Varona, Jos¨¦ Antonio Romero y Antonio Garc¨ªa de Diego- marc¨® un nivel alt¨ªsimo, demostrando que, cuando los temas son buenos, se pueden tocar de mil maneras. El p¨²blico acompa?¨® en todo momento las canciones, quit¨¢ndoles a veces a los solistas de su trabajo para sustituirlo con un coro enorme, en las m¨¢s populares composiciones.

El final del concierto lleg¨® en medio del delirio generalizado, con la interpretaci¨®n de Luc¨ªa y El pirata de pata de palo, que termin¨® de encender todas las gargantas. Un inmenso aplauso agradeci¨® a los dos cantantes el esfuerzo realizado, enorme si se tiene en cuenta la complejidad de este espect¨¢culo visual, que cont¨® con 300.000 vatios de luz, otros tantos de sonido y un escenario impecablemente dise?ado. Todo eso quedar¨¢ reflejado en un DVD que se grabar¨¢ con los tres d¨ªas de concierto en Madrid.

Probablemente la mayor parte de los asistentes hab¨ªa visto en alguna ocasi¨®n cantar a Joan Manuel Serrat y a Joaqu¨ªn Sabina, cada uno por su lado. Pero todos ellos acabaron la noche con una cara de ilusi¨®n y buen rollo, como si este hubiera sido el mejor concierto de su vida. Ya se sabe, en pareja mucho mejor.