Euro caro
Un euro caro no facilita que se consolide la recuperaci¨®n de las principales econom¨ªas europeas. Cont¨¢bamos con el renovado dinamismo alem¨¢n para que la econom¨ªa mundial pudiera compensar las debilidades de la estadounidense, m¨¢s evidentes cada d¨ªa que pasa. Para Espa?a, la posibilidad de aumentar las exportaciones a una Europa con mayor actividad era tambi¨¦n el remedio principal para neutralizar el peligroso drenaje que nuestro d¨¦ficit exterior viene ejerciendo desde hace a?os sobre el crecimiento. Pero si las exportaciones europeas se ralentizan como consecuencia de la elevaci¨®n del euro, decaer¨¢ su dinamismo econ¨®mico y Espa?a acusar¨¢ esos efectos.
Los m¨¢ximos de cotizaci¨®n que hemos visto esta semana en el tipo de cambio del euro frente al d¨®lar (hasta los 1,41 d¨®lares por euro) son el resultado de la razonable presunci¨®n de que las autoridades monetarias estadounidenses mantendr¨¢n una orientaci¨®n manifiestamente laxa sobre su pol¨ªtica monetaria, con el fin de alejar males peores a los ya muy graves observados en el mercado hipotecario de aquel pa¨ªs. Las autoridades econ¨®micas europeas tienen que acertar con la pol¨ªtica correcta. Si los tipos de inter¨¦s no bajan y el euro mantiene su apreciaci¨®n, las cargas financieras que soportar¨¢n las familias y empresas de la eurozona ser¨¢n mucho m¨¢s severas que las vigentes al otro lado del Atl¨¢ntico. Este desequilibrio deber¨ªa estar muy presente en las pr¨®ximas decisiones del Banco Central Europeo.
La subida del precio del petr¨®leo hasta niveles tambi¨¦n sin precedentes -en torno a los 84 d¨®lares- no es una ayuda en el actual entorno de incertidumbre sobre el crecimiento mundial en los pr¨®ximos meses. Pero en la medida en que el precio de esa materia prima sigue pag¨¢ndose en d¨®lares, su valor efectivo final queda reducido para los agentes de la eurozona. Tambi¨¦n para Espa?a, que sigue siendo m¨¢s dependiente que el promedio de Europa de sus importaciones de combustibles derivados de los hidrocarburos.
Ese paliativo no podr¨¢ compensar de forma duradera los da?os de la combinaci¨®n de un euro caro y un crudo al alza. No son los mejores acompa?antes en un entorno de menores facilidades crediticias y, en consecuencia, de menor crecimiento de la demanda nacional. Es la ocasi¨®n para que, aun cuando se crezca menos, el presupuesto y la pol¨ªtica econ¨®mica en general se propongan crecer mejor. Es decir, con menos producci¨®n fundada en dinero barato y m¨¢s producci¨®n y servicios de alto valor a?adido.
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