El hombre que encontr¨® a Ylenia
Un inform¨¢tico busc¨® el cad¨¢ver de la peque?a suiza desaparecida hasta hallarlo en un lugar que pein¨® la polic¨ªa
El hombre de la foto es Simon K¨¹hn. Hace una semana, este inform¨¢tico de 28 a?os hizo que la polic¨ªa suiza quedase en mal lugar. K¨²hn tuvo un golpe de suerte, pero hay que reconocer que lo busc¨® con ah¨ªnco. Pese a que los agentes hab¨ªan peinado el bosque sin ¨¦xito buscando a la peque?a Ylenia, desaparecida desde hac¨ªa meses, K¨¹hn no se rindi¨® y continu¨® por cuenta propia su b¨²squeda hasta encontrar el cad¨¢ver. La polic¨ªa dice que el joven sufri¨® en el pasado una circunctancia tr¨¢gica similar y que de ah¨ª tanta insistencia. Su hallazgo le ha reportado la suma de 14.000 euros ofrecida como recompensa a cualquiera que ayudase a dar con el paradero de la desaparecida.
Mientras medio planeta segu¨ªa con fascinaci¨®n el misterioso caso de la desaparici¨®n de la ni?a inglesa Madeleine, en la habitualmente serena Suiza todo el pa¨ªs conten¨ªa el aliento esperando noticias de Ylenia.
Ylenia Lenhart ten¨ªa varios puntos en com¨²n con Madeleine. Era igualmente rubia, bonita, de edad similar y ciudadana de un pa¨ªs rico. Su drama comenz¨® el 31 de julio pasado cuando decidi¨® volver a la piscina cubierta de Appenzell, en el cant¨®n oriental de Saint Gall, para buscar un champ¨² que se hab¨ªa olvidado. El instructor de nataci¨®n fue la ¨²ltima persona en verla con vida, a las 10 de la ma?ana. 45 d¨ªas m¨¢s tarde, y tras una serie de b¨²squedas sin precedentes que implicaron hasta a 200 polic¨ªas, tropas del ej¨¦rcito suizo, bomberos, helic¨®pteros, perros adiestrados y voluntarios, su cuerpo desnudo fue encontrado semi-entrerrado y a medias devorado por animales.
El presunto secuestrador y asesino de Ylenia se llamaba Urs Hans von Aesch, un suizo de 67 a?os residente en una modesta casa de Benimantell, Alicante. El hombre viv¨ªa en Espa?a desde 1991 con su esposa, Vreni. Pero Von Aesch no terminaba de sentirse a gusto y hab¨ªa decidido volver a Suiza para buscar una casa donde instalarse. Su furgoneta Renault blanca con matr¨ªcula espa?ola fue uno de los primeros elementos que llamaron la atenci¨®n en una regi¨®n muy poco acostumbrada a los uristas.
Apenas tres horas despu¨¦s de que Charlotte, la madre de Ylenia, diera la alerta sobre su desparici¨®n aquel martes 31 de julio, un potencial testigo de 46 a?os que paseaba por el bosque de Oberb¨¹ren recibi¨® un disparo en el pecho. Esa misma noche, la polic¨ªa encontr¨® la furgoneta del secuestrador abandonada. Las sospechas crec¨ªan cuando el 1 de agosto se encontr¨® el cuerpo de von Aesch, quien se hab¨ªa suicidado de un disparo.
El 3 de agosto, las autoridades helv¨¦ticas lanzaron una orden de busca a trav¨¦s de Interpol y pidieron la colaboraci¨®n de las fuerzas de seguridad de Alemania y Austria. La tesis manejada en esos d¨ªas era que Ylenia habr¨ªa sido r¨¢pidamente sacada de las fronteras del peque?o pa¨ªs. Esa idea se sustentaba en el hecho de que las ropas de la ni?a hab¨ªa sido halladas cuidadosamente apiladas al borde del camino.
Las evidencias cient¨ªficas probaban que von Aesch hab¨ªa estado en contacto con Ylenia. Rastros de su ADN se encontraron en las ropas, patinete y casco de la peque?a, as¨ª como indicios claros de que la ni?a hab¨ªa estado dentro de su furgoneta.
El cad¨¢ver de Ylenia estaba tan destrozado que s¨®lo pudo ser identificado gracias a sus pulseras y collares. Una vez descubierto el cuerpo quedaban dos grandes preguntas. C¨®mo muri¨® exactamente Ylenia y si hab¨ªa sufrido violaci¨®n o abusos de cualquier tipo.
La respuesta la di¨® el pasado martes Bruno Fehr. Seg¨²n los expertos forenses, "Ylenia no habr¨ªa sido violada ni habr¨ªa sufrido abusos o violencias". No se encontraron rastros de golpes ni heridas, lo que lleva a pensar en la tesis de la muerte por asfixia.
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