Un joven denuncia por agresi¨®n a dos vigilantes del cercan¨ªas

En la m¨¢quina expendedora de la estaci¨®n de Cercan¨ªas de Embajadores hay varias manchas oscuras. Nicol¨¢s S¨¢nchez, de 22 a?os, asegura que son de sangre. De la suya, en concreto. El pasado jueves por la tarde, sentado en los bancos del hall de la estaci¨®n de Renfe con otros tres amigos, tuvo un enfrentamiento con tres vigilantes de seguridad por el que ha presentado una denuncia en la comisar¨ªa de Arganzuela.

Muestra una brecha en la cabeza pillada con cuatro grapas y tres marcas en la espalda que forman una N. Asegura que son por "los golpes de las porras" de dos de los vigilantes. El tercero, seg¨²n el chico, miraba la escena mientras intentaba frenar a su amiga Laura Gonz¨¢lez, de 19 a?os, que ha vuelto con ¨¦l al hall para contar su versi¨®n de lo que pas¨®. El parte emitido por el hospital Cl¨ªnico San Carlos alude a un traumatismo craneoencef¨¢lico menor. En el informe de Urgencias de esa tarde, escrito a mano, se anotaron "hasta 11 contusiones en t¨®rax, axila derecha y cuello", "12 en total", refleja el documento. Un portavoz de Renfe rebate que eran los chicos quienes estaban "alterando el orden p¨²blico", que insultaron e intentaron agredir al ¨²nico vigilante que estaba en la sala y "que tiene un parte de lesiones". No facilitaron ese documento.

Nicol¨¢s -de pelo claro y corto, pendiente en la oreja y m¨¢s cara de enfado que de miedo-, se sent¨® ayer otra vez en el banco donde estaba el jueves a las cinco de la tarde. Ese d¨ªa apuraba una litrona con los colegas antes de ir a Alcorc¨®n. Cuenta que llegaron tres vigilantes a decirles que all¨ª no se pod¨ªa consumir cerveza. Tiraron la botella a la papelera y Nicol¨¢s se subi¨® al respaldo del banco. Puso los pies donde normalmente se sienta la gente. En "una posici¨®n incorrecta", asegura que le dijo un vigilante. Acto seguido, le pregunt¨®: "?T¨² qu¨¦ eres, panchito o moro?". Respuesta del joven: "?Y t¨², un facha, o qu¨¦?". Laura a?ade que ah¨ª comenzaron los golpes. "Le agarraron por el cuello de la camiseta y le tiraron al suelo, empezaron a pegarle con las porras". La gente pasaba por delante sin parar, seg¨²n los amigos. "Yo s¨®lo ve¨ªa cabezas desde el suelo", dice Nicol¨¢s. Consigui¨® zafarse y salieron huyendo hacia las escaleras que dan a la calle. Los vigilantes les siguieron un tramo. En el exterior, ya a salvo, le hicieron una veintena de fotos a la brecha de la cabeza de Nicol¨¢s y a su espalda, que en las im¨¢genes aparece con golpes alargados y cruzados en varios puntos.

Renfe ha abierto una investigaci¨®n para aclarar lo sucedido. El portavoz de la compa?¨ªa asegura que el vigilante dijo que estaba solo frente a un grupo de j¨®venes "que alteraban el orden p¨²blico". Le insultaron e intentaron agredirle. Y ¨¦l "sigui¨® las pautas para este tipo de casos": solicit¨® ayuda policial y el refuerzo de otros compa?eros que, seg¨²n Renfe, llegaron despu¨¦s que los agentes municipales.

"?S¨®lo uno? ?Y c¨®mo es que tengo golpes cruzados?", dice el joven se?alando las fotos de esa tarde. Desde entonces est¨¢ de baja. Y eso le preocupa casi m¨¢s que las grapas de la cabeza. Se independiz¨® hace un a?o y paga su alquiler con su trabajo de maletero. "M¨¢s de la mitad de mi sueldo son las propinas, ?sabes? Y, si no curro, no llego a fin de mes".