Campe¨®n con 70 a?os de retraso

Era un 18 de julio de 1937, un a?o exacto despu¨¦s del golpe de Estado. M¨¢s de media Espa?a estaba ya en manos de Franco. Pero en la otra media, sitiada, la gente trataba de seguir adelante. Hab¨ªa hambre y bombardeos, pero tambi¨¦n teatro, bailes y hasta f¨²tbol.

Ocho equipos jugaron la Liga del Mediterr¨¢neo -gan¨® el Bar?a-, y cuatro la liguilla de la Copa de la Espa?a Libre, o de la Rep¨²blica, heredera de la Copa del Rey Alfonso XIII. El Bar?a se fue a M¨¦xico y EE UU a ganar dinero para la Rep¨²blica, y eso permiti¨® entrar en la copa al Levante, el quinto en la Liga. Y ese 18 de julio de 1937, mientras Franco celebraba el aniversario del alzamiento, Levante y Valencia jugaron la final de la Copa Republicana en Barcelona. El peque?o gan¨® al grande (1-0, gol de Nieto) y el Levante se alz¨® con la copa, el ¨²nico t¨ªtulo de su historia.

Los jugadores ganaron el partido, pero perdieron la guerra. Algunos de ellos lucharon en las filas republicanas. El otro bando tambi¨¦n organiz¨® su propia copa, en 1939, dejando fuera a los equipos mediterr¨¢neos, a¨²n en manos republicanas. Gan¨® el Sevilla. El franquismo quiso borrar el recuerdo de la Copa Republicana, como anul¨® la moneda o los matrimonios. No se ha encontrado ni siquiera el acta. S¨®lo quedan las cr¨®nicas en los peri¨®dicos de la ¨¦poca. Este club modesto, fundado en 1909, s¨®lo ha estado cinco a?os en Primera, y su gran ¨¦xito no figura en ninguna estad¨ªstica oficial. La federaci¨®n espa?ola s¨®lo reconoce la copa franquista, la del Sevilla en 1939.

Pero los aficionados se acuerdan. Sobre todo Xavier Rius, de la pe?a T¨°til [Sapo Grande], que decidi¨® no quedarse parado. "Mi abuelo siempre me dec¨ªa que ten¨ªamos una copa que no se nos reconoc¨ªa", recuerda. Rius iba cada 15 d¨ªas a su estadio, el Ciutat de Val¨¨ncia, con una pancarta con los colores de la Rep¨²blica y, en el medio, el dibujo del anhelado trofeo. "La sac¨¢bamos en el descanso". ?Y no les ocasion¨® ning¨²n problema? "No, la hinchada granota es muy plural y nos respeta".

La federaci¨®n le pidi¨® un acta imposible de encontrar, y el Levante tampoco dio facilidades. Su m¨¢ximo accionista, Pedro Villarroel, escribi¨® a la pe?a T¨°til m¨¢s preocupado por el nombre del trofeo, Copa de la Rep¨²blica, que por recuperarla.

El siguiente paso fue hablar con Isaura Navarro, diputada valenciana de IU-ICV, que llev¨® el asunto al Congreso. "Debemos poder mirar hacia atr¨¢s y recuperar nuestra historia. Esos deportistas fueron derrotados por las armas en un golpe de Estado, pero no deben serlo por el olvido oficial", dijo ayer.

Los asuntos de memoria hist¨®rica son delicados. El PP se opone a todo lo que sea "remover el pasado". Sin embargo, Navarro cont¨® con un aliado inesperado. Vicente Mart¨ªnez Pujalte, el conocido diputado revoltoso del PP, el ¨²nico expulsado de un pleno, fue vicepresidente del Levante. Y est¨¢ entusiasmado con la idea. Jos¨¦ Ram¨®n Calpe, diputado del PP, lo explic¨® as¨ª: "Pujalte se siente ganador de esa copa del 37, por eso ha sido uno de los que m¨¢s nos ha pedido que saliese adelante". Conclusi¨®n: el Congreso aprob¨® por unanimidad instar a la federaci¨®n a reconocer la copa.

El padre de Ernesto Calpe, del mismo nombre, disput¨® aquel encuentro. "Era lateral derecho. Ten¨ªan un gran equipo. El a?o anterior ya hab¨ªan eliminado al Valencia y al Barcelona", recuerda orgulloso al pensar en c¨®mo se habr¨ªa alegrado su padre, fallecido hace nueve a?os, de esta copa finalmente reconocida, 70 a?os despu¨¦s.