Un retraso hist¨®rico
Schuster pretende que el Madrid abandone su viejo h¨¢bito de defenderse junto a Casillas y evitar as¨ª que el equipo se alargue y sufra sin la pelota
Hay descubrimientos agradables, como los tesoros ocultos, y otros m¨¢s problem¨¢ticos, como las ca?er¨ªas podridas. Igual que vecinos instalados en una casa desconocida, los entrenadores van haciendo descubrimientos en sus nuevos equipos a medida que pasan los d¨ªas. Bernd Schuster y su cuerpo t¨¦cnico est¨¢n detectando un problema nuevo y un retraso hist¨®rico en el Madrid. El problema es que el equipo tiene menos el bal¨®n de lo previsto. Esto se agrava con la concurrencia del retraso hist¨®rico: los volantes no bajan y los centrales tienden a quedarse muy pegados a Casillas.
"Estamos intentando que el centro del campo defienda y que la defensa se adelante m¨¢s para achicar los espacios", explic¨® ayer uno de los t¨¦cnicos del Madrid. "Pero no es sencillo, porque este es un equipo acostumbrado a tener el bal¨®n. Cuando los equipos se construyen para atacar, sus jugadores pierden el h¨¢bito de hacer la presi¨®n".
"El espacio entre las l¨ªneas es muy grande", dice Diarra. "As¨ª es dif¨ªcil recuperar el bal¨®n"
En 1999, cuando el Madrid se dispon¨ªa a levantar su octava Copa de Europa, el medio centro del equipo, Fernando Redondo, sol¨ªa discrepar de Hierro acerca de la colocaci¨®n de la l¨ªnea de cuatro. El central, que nunca fue muy veloz, siempre prefiri¨® el abrigo de su ¨¢rea. Hierro se retras¨® en 1999 y mucho m¨¢s en 2002, cuando debi¨® custodiar los espacios que se abrieron a la espalda de Ronaldo, Zidane, Figo y Roberto Carlos. "No podemos dejar espacios atr¨¢s de la defensa", dec¨ªa. Helguera asent¨ªa. El c¨¢ntabro opin¨® lo mismo: "Con tantos hombres al ataque, hay que estar muy coordinados para adelantar las l¨ªneas. Si dejas espacios atr¨¢s, corres el riesgo de que te hagan mucho da?o al contragolpe".
En 2002 el Madrid administraba el bal¨®n a su antojo. La pelota era del equipo de Zidane. Cinco a?os despu¨¦s la situaci¨®n cambi¨® por completo. En la temporada pasada, Fabio Capello resolvi¨® el dilema ordenando que tanto sus centrales como sus centrocampistas permanecieran unidos en campo propio, a la espera del contragolpe. "Capello no quiere que tiremos el fuera de juego nunca", dec¨ªa Helguera. Los dos centrales que recogieron su testigo, Sergio Ramos y Cannavaro, no parecen convencidos de dar un paso adelante. El portero, tampoco. Casillas nunca jug¨® con la defensa adelantada.
Ahora el equipo vive una transici¨®n inc¨®moda. Quiere mandar como hace cinco a?os y defender como el a?o pasado. Frente al Valladolid, el Madrid perdi¨® la batalla de la posesi¨®n. Algo parecido le ocurri¨® contra el Werder Bremen y el Almer¨ªa.
"Es el centro del campo el que tiene que hacer las ayudas a la defensa", dec¨ªa un marcador del Madrid en estos d¨ªas. La ¨²ltima l¨ªnea no est¨¢ por la labor de achicar el campo mientras Sneijder, Robinho, Guti e Higua¨ªn sigan viviendo en las inmediaciones del ¨¢rea contraria. La historia, pues, se repite.
Lo dec¨ªa Vicente del Bosque: "Cuando los mediocampistas no se quejan, es porque el equipo funciona bien". En el Madrid actual todos los medios tienen quejas. Gago gimotea sus desventuras al o¨ªdo de sus colegas. Diarra maldice la hora en que alguien le dijo que ¨¦sta era la temporada del tiqui-taca. El medio centro de Mal¨ª no lo ve claro: "El espacio entre las l¨ªneas es demasiado grande. Hay demasiado terreno por cubrir y cuando perdemos el bal¨®n nos cuesta mucho recuperarlo".
Gago sucumbi¨® a los metros cuadrados que debi¨® cubrir frente al Werder. El argentino confes¨® a sus compa?eros que debi¨® decidir si permanec¨ªa atr¨¢s con sus centrales o sub¨ªa al medio campo a evitar que Diego se girase. Opt¨® por salir a campo abierto en la creencia de que era la elecci¨®n m¨¢s ¨²til para el equipo. Gago qued¨® expuesto a la habilidad de su adversario. Mal parado para robar y desorientado para distribuir.
La estad¨ªstica comparada de recuperaci¨®n de balones entre Madrid y Bar?a revela un problema. Tour¨¦, el pivote del Bar?a, especialista en defender, recupera un bal¨®n cada 12 minutos. Diarra, su contraparte madridista, recupera uno cada 18. Iniesta roba un bal¨®n cada 25 minutos. Guti, su adversario, uno cada 27. Xavi, uno cada 28, casi el doble que Sneijder, que consigue una pelota una vez cada 48 minutos. Los centrocampistas del Bar?a son un filtro para sus centrales. Los del Madrid, no. El Bar?a tiene un sistema de juego definido desde hace cinco a?os. El Madrid, no.
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