Supersticiosos con botas de hierro
Los generales que dirigen Myanmar desconf¨ªan de sus ciudadanos y del mundo
Los tres generales que encabezan la Junta Militar birmana ni siquiera conf¨ªan entre s¨ª. El aislamiento impuesto al pa¨ªs, uno de los m¨¢s pobres del mundo pese a que posee gas, petr¨®leo y piedras preciosas, procede en buena parte del ostracismo y el oscurantismo de unos militares que han hecho de la represi¨®n su modus operandi y de la superstici¨®n y la paranoia su c¨®digo de conducta.
Los analistas internacionales sostienen que el general Than Shwe, de 74 a?os y jefe de la junta, recela de la ambici¨®n del n¨²mero dos, el general Maung Aye, de 69 a?os, y ¨¦ste, a su vez, de sus inmediatos superior e inferior, el teniente general Soe Win, de 59 a?os. Los tres, sin embargo, siguen ciegamente el consejo de sus respectivos quirom¨¢nticos y astr¨®logos.
Los tres militares al frente de la junta siguen ciegamente el consejo de sus astr¨®logos
Amparados en el eufemismo del Consejo de la Paz y el Desarrollo del Estado, bajo el que se oculta uno de los reg¨ªmenes m¨¢s brutales del mundo, los generales hicieron o¨ªdos sordos del clamor de su pueblo y de la comunidad internacional para democratizar el pa¨ªs. Mientras tanto, un v¨ªdeo colgado en YouTube mostr¨® el a?o pasado a la hija de Than Shwe, adornada con brillantes como garbanzos el d¨ªa de su boda.
En la historia de traiciones internas entre los militares, la detenci¨®n en octubre de 2004 del entonces primer ministro, jefe de los servicios de seguridad y n¨²mero tres de la junta, general Khin Nyunt, fren¨® antes incluso de su alumbramiento la hoja de ruta prevista por el destituido para emprender la democratizaci¨®n de Birmania.
El diario del r¨¦gimen, La Nueva Luz de Myanmar, indic¨® que Khin Nyunt se encontraba bajo arresto domiciliario por "insubordinaci¨®n, soborno y pr¨¢cticas corruptas". Pero analistas occidentales establecidos en Tailandia se?alaron que la causa de su desgracia fue "el miedo de la junta a su aperturismo". Los frecuentes contactos del ex primer ministro con sus hom¨®logos de la ASEAN (Asociaci¨®n de Naciones del Sureste Asi¨¢tico) y con pol¨ªticos y diplom¨¢ticos occidentales cavaron su tumba pol¨ªtica.
La paralizada hoja de ruta era un plan que preve¨ªa una nueva Constituci¨®n, la legalizaci¨®n de los partidos pol¨ªticos y elecciones generales. La asignatura pendiente segu¨ªa siendo que no ten¨ªa en cuenta a la Liga Nacional para la Democracia (LND), que encabeza la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
Herederos del dictador Ne Win -el general que dio el golpe de Estado de 1962, llev¨® a su pa¨ªs a la bancarrota y a su pueblo a la desgracia-, los militares que desde entonces dirigen Birmania est¨¢n, al igual que Ne Win, obsesionados con los supuestos intentos del mundo exterior por arrebatarles el poder. Cualquier extranjero que se aventure por Myanmar, incluidos los representantes de la ONU, es visto con recelo y considerado un saboteador de la "paz y el bienestar" que disfruta el pa¨ªs.
Inventor de la "v¨ªa birmana hacia el socialismo", una mezcla nacionalista de marxismo y budismo, Ne Win abandon¨® sorpresivamente el poder en 1988, en medio de la revuelta estudiantil que ped¨ªa apertura y democracia. Conmocionados por la salida del dictador, los militares permitieron un verano de libertades pol¨ªticas, pero en septiembre un nuevo golpe de tim¨®n militar puso otra junta al frente de Birmania, que orden¨® meses despu¨¦s cambiar el nombre del pa¨ªs por Myanmar.
Aunque con mayores restricciones, la vida pol¨ªtica sigui¨® su curso. La junta permiti¨® la celebraci¨®n de las elecciones, pero aplast¨® sin escr¨²pulos sus resultados cuando se hizo evidente que la LND hab¨ªa ganado 392 de los 485 esca?os del Parlamento.
La Junta, cada d¨ªa m¨¢s perturbada, inaugur¨® este a?o la nueva capital, Naypyitaw, levantada en el interior para sustituir a Yangon por "cuestiones de seguridad".
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