"Entre"
CON EL T?TULO El fin del mundo, la pasada primavera, se exhibi¨®, en el Museo Ludwig de Coblenza, los m¨¢s recientes trabajos pict¨®ricos de Gao Xingjian (Ganzhou, 1940), el cual, como es sabido, adem¨¢s de haber sido premio Nobel de Literatura, tambi¨¦n es artista. En 2002, se present¨® una retrospectiva suya en el Reina Sof¨ªa y, dos a?os despu¨¦s, mostr¨® asimismo su obra en Barcelona. Refugiado pol¨ªtico en Francia desde 1989, toda la actividad creadora de Gao Xingjian ha combinado la literatura y la pintura o, si se quiere, la pluma y el pincel, acotaci¨®n ¨¦sta muy pertinente, porque, en la antigua tradici¨®n china, frecuentemente estos dos instrumentos han formado una misma unidad. Con su instalaci¨®n en Europa, Gao Xingjian tuvo que enfrentarse al legado del arte vanguardista occidental, para ¨¦l casi desconocido y desconcertante, pero supo reaccionar integrando los aspectos de ¨¦ste m¨¢s afines a su t¨¦cnica y esp¨ªritu, con lo que su obra pict¨®rica actual no es una simple burbuja ex¨®tica, sino que atraviesa la separaci¨®n de dos mundos culturales, en principio, tan distantes y opuestos.
Algo semejante le ocurri¨® al escritor chino Fran?ois Cheng, nacido en 1929 y exiliado en Francia desde mucho antes, del que se acaba de traducir al castellano Cinco meditaciones sobre la belleza (Siruela), una reflexi¨®n donde se contrasta lo que tiene de com¨²n y de espec¨ªfico las tradiciones art¨ªsticas de Occidente y de China. Aunque es erudito y profesor, Cheng ha cultivado la poes¨ªa, la novela y el ensayo, con lo que se pronuncia sobre el tema art¨ªstico desde dentro, lo cual enriquece indudablemente el valor testimonial de sus opiniones. Por otra parte, como le ha ocurrido tambi¨¦n a Gao Xingjian, Cheng no se ha mostrado refractario, no digo ya a la tradici¨®n cultural de Occidente, que conoce con esmero, sino tampoco a la revoluci¨®n art¨ªstica que se ha producido en nuestro mundo durante la ¨¦poca contempor¨¢nea.
En realidad, lo que hace m¨¢s interesante la meditaci¨®n de Cheng sobre la belleza es precisamente los aspectos tradicionales que rescata de ¨¦sta tras el cataclismo revolucionario contempor¨¢neo, pero no para afianzarlos como una especie de c¨¢psulas anacr¨®nicas contra la creaci¨®n actual, sino para enclavar el hoy en una visi¨®n hist¨®rica y antropol¨®gica m¨¢s amplia. En este sentido, lo que afirma acerca del devenir de la belleza y su capacidad de trascender el mundo emplaz¨¢ndose, no en un "m¨¢s all¨¢", sino en un "entre"; su "apertura"; la fuerza redentora de cada uno de sus "gestos" y, en fin, su potencial "integrador", abre y flexibiliza cualquier perspectiva reductora y refresca nuestro entusiasmo.
A veces, en momentos de desconcierto y confusi¨®n, como los que ahora padecemos, resulta especialmente tonificante lo que nos aporta una visi¨®n ajena, como la de estos dos artistas chinos, pero, sobre todo, cuando, m¨¢s all¨¢ de cualquier exotismo, su interlocuci¨®n nos desvela las posibilidades de nuestra propia identidad, permiti¨¦ndonos alcanzar la verdadera universalidad, el fundamento de todo arte, que est¨¢ siempre en un "entre".
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