Rabanne, segunda parte
Abandon¨® la alta costura en 1999. Aguja, tijeras, hilo, soplete, tenazas. Sus met¨¢licas y pl¨¢sticas propuestas. Todo aparcado. Ahora, dice, est¨¢ preparado para regresar. A sus 73 a?os, Paco Rabanne guarda el frescor de sus ¨²ltimos perfumes. Una pasi¨®n que nunca ha arrinconado.
Paco Rabanne conserva, a sus 73 a?os, esa imponente cabeza escultural y esa mirada de hombre que ha viajado en el tiempo desde su m¨¢s tierna infancia. Su "doble mirada", como ¨¦l mismo la llama, es la de un visionario que descubri¨® la modernidad junto a artistas, arquitectos, iluminadores y escultores de su ¨¦poca, mientras estudiaba arquitectura e investigaba los usos alternativos de los materiales y t¨¦cnicas m¨¢s actuales. De modo que en los a?os sesenta se puso a hacer colecciones de alta costura en las que las agujas eran frecuentemente sustituidas por tenazas y sopletes, y los tejidos, por chapas met¨¢licas, cotas de malla de aluminio, placas de rodoid-pl¨¢stico y encaje de hilos de metal. Las acompa?¨® siempre con lanzamientos de perfumes de enorme ¨¦xito, producto de su larga asociaci¨®n con la firma espa?ola Puig.
Tambi¨¦n invent¨® el vestido moldeado, realizado con metal o con pl¨¢stico: algo que nos hemos hartado de ver, 40 a?os m¨¢s tarde, en todas las pasarelas internacionales. Por eso, Paco Rabanne, que abandon¨® la costura en 1999, ha reaparecido ahora con muchas ganas de hablar, con ocasi¨®n de la presentaci¨®n de su ¨²ltimo perfume para mujer, Black XS for Her, un perfume g¨®tico y rockero, tel¨²rico y contempor¨¢neo, que, seg¨²n cuenta el maestro, deber¨¢ embrujar y provocar adicci¨®n.
Da usted la impresi¨®n de querer volver a la alta costura.
S¨ª. Cuando veo todo lo que he hecho en los a?os sesenta, y veo en qu¨¦ se ha convertido la moda hoy d¨ªa; cuando veo a esos j¨®venes creadores ?de los que se dice que tienen talento? reconstruyendo las creaciones de los sesenta y setenta, me digo que es una idiotez, que se podr¨ªa hacer algo nuevo y distinto. Si yo volviera a hacer moda, no har¨ªa metal. La moda est¨¢ obligada a obedecer los criterios de su ¨¦poca. Tiene que estar en armon¨ªa total con la gestualidad de la mujer y con los hallazgos en obras mayores de arquitectos, pintores, escultores y m¨²sicos del momento. Tanto la mujer como el arte y el h¨¢bitat han cambiado mucho en 40 a?os; por tanto, es in¨²til volver a los sesenta. Cuando veo a mis colegas haciendo eso, pienso que son tontos: la moda ha de cambiar, porque el mundo ha cambiado. Mis vestidos de metal son arqueol¨®gicos, son historia.
?Por qu¨¦ tantas imitaciones de un pasado aparentemente m¨¢s rompedor?
Porque no hay ideas rompedoras. Sin talento no hay ideas. As¨ª de simple.
Los hay nuevos y con talento, pero quiz¨¢ la presi¨®n del mercado?
No es eso, es que tambi¨¦n hay una nueva categor¨ªa de periodistas de moda: los que practican el culto a la juventud, ¨²nico lugar donde creen que hay talento. No es cierto: Picasso era joven a los 70 a?os.
Pero la ¨¦poca actual?
Esta ¨¦poca es tan bonita e interesante como todas las pasadas. No tiene sentido refugiarse en el pasado haciendo arqueolog¨ªa.
El perfume, una elecci¨®n tan personal, se regala. ?Por qu¨¦?
Porque el perfume es la seducci¨®n. Es esa famosa se?al olfativa que emite una mujer cuando encuentra a un hombre que le gusta. Lo primero que hizo Dios para animar al hombre fue soplarle en su nariz. El olor es fundamental. Y el perfume es seducci¨®n. Todos los grandes costureros han creado su perfume. Nosotros damos las im¨¢genes visuales para que las narices puedan interpretarlas como un perfume. Por ejemplo, Black XS for Her se ha inspirado en la ropa negra y roja, en lo aut¨¦nticamente primitivo, en la primera y m¨¢s b¨¢sica seducci¨®n femenina. Representa una ruptura despu¨¦s de los 40 a?os que llevo con Puig.
En cuanto al perfume para hombre, se suelen manejar dos im¨¢genes: homosexual y heterosexual. ?Son dos mercados?
No. Yo he tenido amigos heterosexuales que se perfumaban con perfumes de mujer. Creo que es un tema superado.
?La androginia presente y futura es una salida para las modas?
El mundo evoluciona, avanza y retrocede. La androginia de los a?os noventa confundi¨® los g¨¦neros. Y hoy, con la nostalgia de los sesenta, setenta y ochenta reaparecen las barbies rubias. Todo vuelve, y hacia atr¨¢s: rubias, negras, largas, cortas; mujeres tan flacas como la Twiggy de los sesenta, que hoy resultan ser anor¨¦xicas. En las modas, todo vuelve para partir de nuevo. Es el eterno retorno.
?Los perfumes nacen para camuflar los olores del cuerpo?
Ya no. Pero s¨ª en la ¨¦poca de Luis XIV en Versalles. La gente hac¨ªa sus necesidades detr¨¢s de las puertas, y el embajador de Persia denunci¨® entonces olores insoportables? Y los jardineros plantaron naranjos y limoneros en todos los patios?
La m¨²sica del anuncio de Black XS for Her es puro rock del duro, es oscura.
Es un perfume para hombres y mujeres g¨®ticos, en el sentido de que rechazan la modernidad y regresan a lo g¨®tico, es decir, a lo primitivo, a otra forma de vestir y de expresar la sensualidad. Para m¨ª, que siempre he hecho cosas modernas, representa una inflexi¨®n, un alto en el camino para reconsiderar la sexualidad y la sensualidad de la seducci¨®n, para volver a las bases primeras de la seducci¨®n. Ese lado g¨®tico representa a toda la gente que desea recuperar las ra¨ªces m¨¢s b¨¢sicas de la seducci¨®n, como los tatuajes, por ejemplo. Es algo tel¨²rico y primitivo.
?Es para usted un retorno a sus ra¨ªces vascas, a la mitolog¨ªa?
Tengo mucha suerte por haber nacido en el Pa¨ªs Vasco y haber crecido en la Breta?a francesa, pues son dos pa¨ªses viejos, con tradiciones, leyendas y misterios antiguos. Eso siempre me ha ayudado mucho en mi imaginario.
?De ah¨ª sale el esp¨ªritu de sus ¨²ltimos perfumes?
S¨ª. Las almas tienen su perfume. ?No se dice, por ejemplo, "en olor de santidad"? Black XS for Her contiene ese esp¨ªritu de seducci¨®n. El primer ser que cre¨® Dios fue Lilith, la mujer roja cuya belleza sedujo a Lucifer, el portador de luz. Y ambos cayeron sobre la tierra para salvar a los humanos y crear a Ad¨¢n y Eva.
De ah¨ª al futuro, o el futurismo. ?Ser¨¢ posible fabricar robots con toda la belleza y los sentidos de los humanos?
Nuestro mundo es hoy un mundo electr¨®nico lleno de gadgets, aunque no incluye los robots, sino algo m¨¢s temible, la procreaci¨®n de clones, de los cuales algunos acabar¨¢n siendo clones esclavos.
?Entra en esta categor¨ªa la obsesi¨®n por rejuvenecer artificialmente como ¨²nica v¨ªa para sentirse bien, seducir o incluso obtener trabajo?
La feroz competencia entre los individuos es algo muy preocupante. En lo sentimental y en lo laboral, para much¨ªsima gente la cirug¨ªa est¨¦tica es una salvaci¨®n. Para m¨ª es una enorme exageraci¨®n. Pechos y labios siliconados, frentes y cejas paralizadas por el Botox? Las apariencias se uniforman, y se olvida que la verdadera belleza est¨¢ en la luz de una mirada, en el encanto de una sonrisa o en la ternura de una arruga. La b¨²squeda de la juventud y la belleza duraderas siempre ha existido, pero bajo otras formas. El maquillaje, las pelucas, las joyas y los perfumes, en un principio destinados a los dioses, fueron adoptados por las mujeres desde el principio de los tiempos para seducir. ?ste es uno de los instintos m¨¢s b¨¢sicos del ser humano.
El pl¨¢stico ha invadido nuestras vidas. ?Sigue siendo una materia 'noble' como en los a?os sesenta?
Ante la disminuci¨®n de las materias primas naturales, el pl¨¢stico me pareci¨® entonces una soluci¨®n al problema. Creo que actualmente nuestras creaciones deben adaptarse a una necesaria pr¨¢ctica ecol¨®gica para evitar el aumento de la contaminaci¨®n, y mi propuesta para la costura se basa en desechos industriales y materiales reciclados.
?Se considera un hombre satisfecho?
Un creador nunca est¨¢ satisfecho del todo. Sigo deseando llegar m¨¢s lejos todav¨ªa. Sin embargo, mi trabajo en la moda y su relaci¨®n con la vida, con el mundo, junto a una intensa b¨²squeda en lo espiritual, en el arte y en la tradici¨®n, han significado un enriquecimiento personal en todos los sentidos posibles. En este mundo de locos, son los creadores quienes aportan ese soplo de aire fresco que permite que la civilizaci¨®n avance. Que todo se mueva.
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