G¨¦nova, 'la superba'
Resum¨ª en estas mismas p¨¢ginas el empuje reformador de Medell¨ªn, una ciudad que est¨¢ abriendo unas operaciones urban¨ªsticas radicales, como sost¨¦n y provocaci¨®n de unos cambios sociales de gran envergadura. Es decir, confiando -como anta?o, antes del pesimismo posmoderno- en la participaci¨®n del urbanismo y la arquitectura en la transformaci¨®n de la sociedad. Esa actitud se va extendiendo hasta ciudades de muy distinto nivel social, cultural y econ¨®mico en las que se sustituye un urbanismo abstracto, cuantitativo -amparado por la entelequia a menudo in¨²til del Plan General- por otro urbanismo basado en los proyectos urbanos concretos con prioridad del dise?o del espacio p¨²blico, en la compacidad en contra de la extensi¨®n difusa, en el plurifuncionalismo en contra de la zonificaci¨®n, en la limitaci¨®n radical de las ¨¢reas urbanizables, en la identidad de los barrios y en los proyectos concretos como respuesta a los problemas reales. Ese urbanismo que a veces se publicita, con referencias a los ensayos de la Barcelona de la democracia posfranquista, hasta alcanzar los Juegos Ol¨ªmpicos.
"G¨¦nova se puede contemplar desde el mar casi como un paisaje completo"
He estado un par de d¨ªas en G¨¦nova, participando en una reuni¨®n de unos pocos arquitectos, para analizar los programas urban¨ªsticos que propone la nueva alcaldesa Marta Vincenzi con el soporte t¨¦cnico del arquitecto Renzo Piano. Las ideas generales corresponden a ese nuevo urbanismo, pero la experiencia sufre contradicciones. Es f¨¢cil poner de acuerdo a un arquitecto experimentado de Londres, otro de Nueva York y otro de Barcelona con una alcaldesa italiana progresista, en afirmar, por ejemplo, el desastre de las expansiones suburbiales que destruyen el paisaje, que dejan heridas insalvables en los barrios centrales y que perjudican econ¨®micamente a toda la ciudadan¨ªa. Pero no es tan f¨¢cil que una Administraci¨®n, dependiente estatutariamente de las reglas especulativas del capitalismo y del mercado, tenga la fuerza necesaria para prohibir un gran centro comercial en la periferia, una universidad desvinculada del tejido urbano o un grupo de viviendas populares en un gueto social de un suburbio inaccesible. De todas maneras, ya es un paso importante para G¨¦nova haber explicado a los ciudadanos a trav¨¦s de una concurrida rueda de prensa cu¨¢l es el programa y cu¨¢les son las ideas b¨¢sicas del consistorio en cuanto al nuevo urbanismo, cuyas soluciones dependen de las ideas pol¨ªticas y las decisiones de gobierno m¨¢s que de las imposiciones de los promotores privados.
G¨¦nova y Medell¨ªn son dos temas muy distintos y los problemas que plantean est¨¢n en diferentes niveles culturales, econ¨®micos y pol¨ªticos. Pero las propuestas metodol¨®gicas en ambas ciudades son muy parecidas. No hace falta decir que las cualidades objetivas de G¨¦nova la pueden hacer mejor receptora de ese urbanismo m¨¢s proyectual. No s¨®lo se trata de baremos econ¨®micos y culturales. Tambi¨¦n aqu¨ª cuenta el valor aglutinante de la morfolog¨ªa. Medell¨ªn es una ciudad ilegible que debe priorizar una formalizaci¨®n significativa. G¨¦nova se lee precisamente por una morfolog¨ªa soberbia.
Se ha dicho a menudo, resumiendo las excelencias de la urbanidad italiana: "Venecia, la bella. G¨¦nova, la superba". En efecto, G¨¦nova es una ciudad soberbia y seguramente lo es -no s¨®lo visualmente, sino en caracteres esenciales-, gracias a la insistencia de una tipolog¨ªa arquitect¨®nica que ha configurado toda su morfolog¨ªa urbana: unos bloques residenciales de planta casi cuadrada, con patio interior, volumen casi c¨²bico y cubierta a cuatro vertientes, separados por callejones de servicio muy estrechos, con fachadas alineadas a la calle principal: continuidad visual y funcional de la calle, unidad compositiva del bloque, coherencia entre la escala arquitect¨®nica y la urban¨ªstica. Pero lo m¨¢s importante es que, cuando la ciudad ha superado la breve llanura mar¨ªtima y ha ascendido por la falda de la monta?a, esa tipolog¨ªa ha sido tambi¨¦n muy ¨²til: se ha adaptado a la pendiente con un sistema de acceso a dos niveles y ha mantenido una fortaleza arquitect¨®nica que ha evitado las horribles salpicaduras barraquiles de la mayor parte de suburbios de Europa. G¨¦nova se puede contemplar desde el mar casi como un paisaje completo, casi como un objeto unitario sin flecos en la contaminaci¨®n del paisaje.
Esta ordenaci¨®n ha permitido interesantes ejercicios arquitect¨®nicos porque a la vez ofrec¨ªa una autonom¨ªa compositiva y una referencia urbana. As¨ª se explica el fen¨®meno de la Strada Nuova -seguramente la calle m¨¢s bella y m¨¢s soberbia de Europa- que expone el mejor cat¨¢logo de arquitectura culta entre la tradici¨®n italiana y la centroeuropea. Durante el anterior mandato municipal, el alcalde Giuseppe Pericu y el arquitecto Bruno Gabrielli iniciaron la reconstrucci¨®n en el centro hist¨®rico. Ahora se deben abordar problemas de mayor tama?o. ?Habr¨¢ soluciones para la integraci¨®n urbana del puerto y la pista elevada que lo desfigura, para rehacer el aeropuerto, para redibujar el sistema circulatorio, para reconstruir los vac¨ªos de la ciudad?
Oriol Bohigas es arquitecto.
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