Tan simple como el d¨ªa
"Todo era tan simple como el d¨ªa", es la cita que antecede a esta novela del colombiano Octavio Escobar Giraldo (Manizales, 1962) una cita extra¨ªda de una c¨¦lebre novela, ?Acaso no matan a los caballos?, de Horace McCoy, un excelente escritor norteamericano del g¨¦nero policiaco que describi¨® con toda crudeza aquellos d¨ªas de la Depresi¨®n, los a?os treinta en Estados Unidos. Y la cita, pienso, no es casual, porque le sienta muy bien a esta otra novela, Saide, de un colombiano que se da a conocer ahora en Espa?a, con una premiada obra en su pa¨ªs, y que busca contar el d¨ªa a d¨ªa de la Colombia de violencia y narcos de finales del siglo pasado (Saide se public¨® all¨ª en 1995), dejando que las cosas transcurran con una cierta simpleza, como si apenas ocurriera algo, prefiriendo que la pluma roce el papel sin rasgarlo, aunque deje rastro, el mero roce.
SAIDE
Octavio Escobar Giraldo
Perif¨¦rica. C¨¢ceres, 2007
152 p¨¢ginas. 12,50 euros
Escobar Giraldo ha escrito un preciso relato, lleno de sugerencias y de miradas a su alrededor, sin caer en el estruendo de la descripci¨®n de la violencia sin contenci¨®n. Los muertos en la vida real, dice alguien en no s¨¦ en qu¨¦ p¨¢gina, son menos espectaculares, algo m¨¢s corrientes. Creo recordar que se lo dice al narrador -un personaje banal, simple como lo son los d¨ªas de cada uno, por lo general- el doctor D¨ªaz-Plata, ¨¦ste s¨ª es un personaje literario, de los que meten velocidad, inter¨¦s e intensidad al relato; el tal D¨ªaz-Plata, enamorado y obsesionado, como puede apreciar el narrador -el personaje banal-, de Saide, esa mujer-enigma, de origen liban¨¦s como los turcos de las novelas latinoamericanas. El doctor D¨ªaz-Plata, personaje literario, acaso un tanto onettiano, nos pondr¨¢ as¨ª, al narrador y al propio lector, a los pies de los caballos; es decir, nos arroja a los pies de Saide, una mujer con m¨¢s preguntas sin responder que la mayor¨ªa de los que andan y desandan el camino a lo largo de estas p¨¢ginas.
A Escobar Giraldo se le premi¨® en su pa¨ªs por hacer una cr¨®nica negra del mismo, pero como suele pasar con los buenos relatos -y ¨¦ste lo es- Saide va m¨¢s all¨¢ del g¨¦nero policial, derriba los muros de los convencionalismos del g¨¦nero y se deja leer muy bien como lo que es: una acertada mirada a Colombia, con su paisaje tristemente reconocible, pero evitando caer en lo f¨¢cil: la sangre siempre es la sangre -creo que lo dice tambi¨¦n el doctor D¨ªaz-Plata-, pero hay maneras y maneras de contar c¨®mo se desparrama.
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