Banderas hasta la bandera
El paseo de la Castellana se llen¨® de ense?as nacionales, que se vend¨ªan por el recorrido del desfile a 10 y 15 euros
Varios puestos en lugares estrat¨¦gicos, en las calles aleda?as a la plaza de Col¨®n, vend¨ªan enormes banderas, a 10 y 15 euros, que unos metros m¨¢s adelante, agitaban a duras penas ni?os del tama?o del palo. En las vallas dispuestas para ver el desfile hab¨ªa todas las posibilidades posibles: unos la llevaban a modo de capa, otros de delantal, enrollada a modo de cintur¨®n o de pa?uelo alrededor del cuello. Despu¨¦s de la bandera (con toro, sin toro, con escudo, con corona...) el producto m¨¢s solicitado era una bufanda en la que se le¨ªa: "Raza espa?ola, orgullo nacional". El paseo de la Castellana estaba de banderas hasta la bandera.
La mayor¨ªa acudi¨® en familia por eso a primera hora de la ma?ana, frustrados ante la imposibilidad de encontrar un buen sitio, en una y otra esquina se repet¨ªan las peleas entre padres e hijos: "Si te hubieras levantado antes de la cama, no hubiera pasado esto...". Pero son¨® el himno, se oy¨® el primer ?Viva Espa?a! y se calmaron los ¨¢nimos. Hasta que apareci¨® el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y empezaron los abucheos.
El silencio al paso de la UME "de Zapatero" contrast¨® con los v¨ªtores a la Guardia Civil
La mayor¨ªa no alcanzaba a verlo pero los pitidos corrieron como una ola por el paseo de la Castellana: "?Za-pa-te-ro, di-mi-si¨®n! En ese momento, el Rey, acompa?ado por el presidente del Gobierno, el del Congreso y el del Senado, llevaba una corona de flores en honor de los militares muertos en misiones en el extranjero. La bronca romp¨ªa el silencio debido al homenaje a los ca¨ªdos por Espa?a.
"Es la primera vez que vengo al desfile. Ten¨ªa muchas ganas porque he estado viendo la guerra de las banderas y lo que hacen con las fotograf¨ªas del Rey y no me ha gustado nada", explicaba Paula. "Yo no suelo venir, pero esta vez hab¨ªa que estar porque Zapatero nos quiere llevar a la tercera Rep¨²blica y no se lo podemos permitir", a?ad¨ªa otra mujer.
Sin gritos ni pitidos, pero de manera muy evidente, los espectadores volvieron a demostrar su malestar con el presidente del Gobierno recibiendo con frialdad a la Unidad Militar de Emergencias (UME), creada con la ¨²nica finalidad de atender a los ciudadanos afectados por desastres y, durante el desfile, de asegurar las transmisiones y el servicio de megafon¨ªa. "?sos son los que ha creado Zapatero a su imagen y semejanza", coment¨® un hombre con desprecio mientras pasaban varios camiones de bomberos.
Nada que ver con la euforia que despertaron a su paso la Guardia Civil y los legionarios, tradicionalmente los m¨¢s vitoreados en los desfiles: "?Viva la madre que os pari¨®!", gritaba el p¨²blico apasionado. La cabra de la Legi¨®n caus¨® furor en los ni?os, aunque inquiet¨® a los m¨¢s peque?os: "?Pap¨¢, se la llevan para com¨¦rsela?", pregunt¨® uno.
Mientras, turistas despistados peleaban por levantar sus c¨¢maras por encima de las cabezas y fotografiar una escena con la que no contaban. Otros se hac¨ªan fotos con los escasos militares de uniforme que hab¨ªa al otro lado de las vallas. Tambi¨¦n hab¨ªa muchos inmigrantes, como Norberta, una monja peruana que asegur¨® que acude al desfile todos los a?os desde que se vino a Espa?a, hace tres: "Me ha parecido maravilloso. Me encanta verlos desfilar, lo ¨²nico que me da rabia es no haber cogido un buen sitio", lamentaba.
Familiares de soldados de Espa?a de origen ecuatoriano o colombianos paseaban orgullosos la bandera espa?ola, mientras jaleaban a los suyos. Al final del desfile se les ve¨ªa pasear ufanos por la calle de Serrano, en grupos familiares. "Vamos todos a celebrarlo a casa, porque ha sido muy emocionante", comentaba la ecuatoriana Ludivina, con la boina negra de su hijo apretada al pecho. ?l sonre¨ªa con un ni?o cogido de cada mano.
"Yo tampoco he visto casi nada, y eso que he venido toda la noche conduciendo desde Sevilla", a?ad¨ªa otro de los espectadores muy enfadado con un militar retirado que desde la tribuna, se hab¨ªa pasado todo el desfile pele¨¢ndose con los ni?os por la primera fila. O aquel otro, al que una enorme bandera le tapaba la vista.
S¨ªmbolos franquistas
No eran muchos pero se les ve¨ªa bien. Grupos dispersos de asistentes al desfile portaban banderas preconstitucionales, mientras por los aleda?os pasearon miembros de partidos ultras como Democracia Nacional o Frente Nacional. Una decena de cabezas rapadas, botas militares y camisetas con frases de Hitler y el anagrama de Bases Aut¨®nomas destroz¨® una bandera independentista catalana mientras, saludando a la romana, insultaron a Josep Lluis Carod Rovira, al igual que otros manifestantes de la misma ideolog¨ªa en Barcelona, y a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Posaron con bragas militares tap¨¢ndoles las caras, grandes gafas de sol y una enorme bandera con el ¨¢guila. Al final, varias decenas de quincea?eros tomaron el centro de la plaza de Col¨®n y corearon gritos contra Zapatero, el grupo PRISA y "los rojos". El Cara al Sol falangista era com¨²n a todos los grup¨²sculos descritos.
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