Francia pierde a su pol¨¦mica primera dama
Los Sarkozy confirman su divorcio por "mutuo consentimiento"
C¨¦cilia y Nicolas Sarkozy "se han divorciado por consentimiento mutuo". Con este escueto comunicado, con el que el palacio del El¨ªseo puntualizaba otro emitido dos horas antes, que anunciaba la "separaci¨®n" de la pareja, se confirmaba lo que ya todo el mundo sab¨ªa; la pareja presidencial, cuya fragilidad era notoria, hab¨ªa acabado de romperse bajo la extrema presi¨®n del poder. La pol¨ªtica, al menos en Francia y cuando se juega en el escal¨®n m¨¢s alto, parece estar contraindicada para la felicidad conyugal. La pareja formada por S¨¦gol¨¨ne Royal y Fran?ois Hollande, la candidata socialista a la presidencia y el primer secretario del PS, se rompi¨® el pasado junio tras la derrota.
Algunas de las reacciones de ayer de la clase pol¨ªtica destilaban hipocres¨ªa, proclamando que la separaci¨®n era un asunto privado sin relaci¨®n con la pol¨ªtica, porque C¨¦cilia Sarkozy era parte importante no s¨®lo de la imagen de su marido, sino tambi¨¦n de su estilo de gesti¨®n. Al tiempo que llovieron los ep¨ªtetos sobre esta mujer de belleza enigm¨¢tica, biznieta del compositor espa?ol Isaac Alb¨¦niz e hija de un peletero de origen rumano instalado en la opulenta plaza Vend?me de Par¨ªs -"eterna adolescente", "mujer fuerte", "...se controla pero luego estalla...", "mujer libre que no se somete a nada..."- tambi¨¦n abundaron las comparaciones: un estilo a Jackie Kennedy, parecida a Hillary Clinton, otra Diana de Gales.
Su aparici¨®n en la escena pol¨ªtica al lado de su marido se produce durante la campa?a de 2002, pero es a partir del momento en que Nicolas Sarkozy llega al Ministerio del Interior cuando -y es una novedad en Francia- su esposa se convierte en una especie de jefa de gabinete del marido, con despacho en el palacete de la plaza Beauveau, frente al El¨ªseo. Es ¨¦l quien la empuja a dar el paso para entrar en el imaginario pol¨ªtico.
Como buen ministro del Interior, Sarkozy viaja a menudo por el territorio franc¨¦s, y siempre acompa?ado por C¨¦cilia. Y no duda en dejar entrar las c¨¢maras a su residencia oficial y dejar que filmen no s¨®lo a su esposa, sino tambi¨¦n a su hijo Louis. El pase de Interior a Econom¨ªa no sienta bien a la pareja, pero es peor cuando, bajo la presi¨®n del presidente Chirac, Sarkozy se ve obligado a dejar el Ejecutivo para lograr, a finales de 2004, la presidencia del partido conservador, la Uni¨®n por un Movimiento Popular (UMP).
En el partido, el papel de esta mujer a la que muchos ven como una ni?a caprichosa, de humor cambiante y a menudo tir¨¢nica, bastante alejada del modelo de francesa conservadora de clase media, no es visto con simpat¨ªa. La campa?a electoral empieza a ganar velocidad y la pareja se distancia. Ella recibe una carta an¨®nima que le descubre una infidelidad de su marido. El siguiente paso es una portada de Paris-Match en el que C¨¦cilia aparece con Richard Attias, el publicitario que hab¨ªa organizado el gran espect¨¢culo de la elecci¨®n de su marido en la UMP.
El culebr¨®n sentimental es conocido. La pareja se reconcilia a tiempo para protagonizar con ¨¦xito la campa?a que les llevar¨¢ al palacio del El¨ªseo. Pero la realidad, seg¨²n detectan muchos observadores de la pol¨ªtica, es que la magia ya no est¨¢ presente. Se hace evidente al leer la cr¨®nica ¨ªntima de la campa?a realizada por la escritora Yasmina Reza -que tuvo acceso directo al presidente- en L'Aube le soir ou la nuit y comprobar que C¨¦cilia no aparece por ning¨²n lado. Sin embargo, sus colaboradores insisten en que ella organiz¨® el cuartel general del candidato, escogi¨® y vet¨® a sus colaboradores y le gui¨® a trav¨¦s de SMS en uno de sus debates televisados. "No est¨¦s tan tenso", le dijo.
![El presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, con su esposa, C¨¦cilia, el pasado 13 de junio en el palacio del El¨ªseo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2PZWZPZYWUB7B6FQOHG25EWQKM.jpg?auth=c462c0f37bab2472d43d4d645b003d42301b035a0680247967d8b18b04c0c515&width=414)
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