Trastorno y cambios
La poes¨ªa japonesa (como la china) sufri¨® en los comienzos del siglo XX una cierta revoluci¨®n formal, debida sobre todo al influjo de la poes¨ªa de Occidente. Esa revoluci¨®n consisti¨®, sobre todo, en el abandono de las estrofas y la m¨¦trica tradicionales. En Jap¨®n el movimiento se conoci¨® -entre otros nombres- como "shinshisha". Sin embargo no todas las novedades llegaron por ese camino, y fue una mujer -en una sociedad, al comienzo del nuevo Jap¨®n imperialista, que todav¨ªa las marginaba- una de las figuras m¨¢s llamativas del doble cambio. El de las formas, pero tambi¨¦n el de una nueva moral. Sh? H? fue el nombre familiar de quien ser¨ªa conocida como Akiko Yosano (1878- 1942) primero por su pasi¨®n por un poeta, mayor que ella, llamado Tekkan Yosano, con el que termin¨® cas¨¢ndose, tras conocerlo en 1900 y al comienzo tener que rivalizar por su amor con otra poeta, Tomiko Yamakawa. La pasi¨®n entre Akiko y Tekkan debi¨® ser de tal calibre que la rival pronto qued¨® atr¨¢s, y los amantes se unieron (abandonando a sus familias, Tekkan estaba casado) en enero de 1901. Se casaron en octubre de ese mismo a?o, pero en agosto hab¨ªa aparecido el primero -y al parecer uno de los mejores libros de la autora- y uno de los hitos de la nueva poes¨ªa japonesa, aunque escrito en la estrofa tradicional tanka, de cinco versos: Midaregami (Pelo revuelto), 399 tankas en un librito con alguna ilustraci¨®n de tono modernista. Obviamente el "pelo revuelto" del t¨ªtulo alude al de la mujer despu¨¦s del acto sexual, donde goza y disfruta con su amante, y alaba el placer y la entrega libre de su cuerpo bello en la flor de la juventud (a¨²n no ten¨ªa 23 a?os): "la primavera es corta, / ?quieres sentir la eternidad?, le dije, / y, tomando sus manos, / las hund¨ª entre mis pechos / rebosantes de vida...". Si naturalmente la estrofa no era nueva, s¨ª lo era -en 1901- el tono libre del erotismo de una mujer.
POETA DE LA PASI?N
Akiko Yosano
Traducci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Bermejo y Teresa Herrero
Hiperi¨®n. Madrid, 2007
125 p¨¢ginas. 12 euros
Pelo revuelto (del que proce
de m¨¢s de la mitad de la antolog¨ªa que comento, biling¨¹e) presenta, adem¨¢s de esta nueva poes¨ªa apasionada, otro de los lados de la obra de Akiko Yosano: su inter¨¦s por la refinada cultura del periodo Heian, y es especial, por la poes¨ªa y la prosa de otra mujer, Murasaki Shikibu, la autora de la gran Novela de Genji, en el siglo XI. Yosano (como m¨¢s tarde Kawabata, entre otros) puso en japon¨¦s moderno el Genji monogatari, precisamente porque esa vuelta a la tradici¨®n era un afianzamiento en la modernidad. Algunas tankas aludir¨¢n, a lo largo de su obra, al orgullo feminista de sentirse con Murasaki: "nadie mejor que una mujer / que ama la belleza / para crear Genji; / no hecho por un hombre / no escrito por un monje".
Y es que, aunque madre de familia numerosa (lo que suena a muy tradicional), la autora del valiente Pelo revuelto supo ser siempre renovadora y culta. Acompa?¨® a su marido a Europa, y llam¨® Auguste a uno de sus hijos, en homenaje al escultor Rodin, al que hab¨ªa conocido en Par¨ªs. Fue esencialmente una activa feminista, pero tambi¨¦n una temprana antimilitarista, frente a ese Jap¨®n gran potencia de Asia, desde la guerra ruso-japonesa de 1904. Entonces escribe uno de los poemas de m¨¦trica moderna con los que se cierra esta antolog¨ªa, "?No debes morir!", dirigido a su hermano Soshichi que participaba en el asedio a Port-Arthur. Pero sin duda el poema m¨¢s impresionante de estos nuevos es Primeros dolores de parto, donde expresa el terror y la soledad de la parturienta que aguarda a que se desgarren sus entra?as... El parto fue visto por muchas feministas como un signo de esclavitud: "Debo traer un ni?o al mundo, dar a luz. / Deben abrirse mis entra?as / y no tengo derecho a decir s¨ª o no".
Junto a la cumplida -aunque quiz¨¢ breve- antolog¨ªa de Akiko Yosano, Hiperi¨®n publica tambi¨¦n una nueva antolog¨ªa de poes¨ªa japonesa cl¨¢sica (acaba en Shiki) que con el t¨ªtulo Luna en la hierba son cincuenta poemas traducidos y comentados -es tambi¨¦n edici¨®n biling¨¹e- por el poeta mexicano Aurelio Asiain, que fuera en tiempos secretario de Octavio Paz.
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