El hueso duro de la memoria hist¨®rica
Esto se est¨¢ envenenando. Y aunque mantengo mis argumentos con convicci¨®n, algo de raz¨®n tengo que darle a Pilar Cernuda cuando, en el programa 360 grados de Antena 3, nos recriminaba, a los defensores de una ley sobre memoria hist¨®rica, que se reabr¨ªan heridas que la transici¨®n hab¨ªa cerrado con prudencia e inteligencia. De alguna forma, la prestigiosa periodista pon¨ªa en la mesa un concepto cargado de sensatez: lo que la transici¨®n ha unido, que no lo rompa una mala ley. La presencia de dos antiguos combatientes de ambos lados de la trinchera, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Vinyals, combatiente del bando nacional, y Rosario S¨¢nchez, la m¨ªtica Dinamitera -"Rosario, dinamitera / sobre tu mano bonita / celaba la dinamita / sus atributos de fiera", le cant¨® Miguel Hern¨¢ndez-, pusieron nota abrupta a la leg¨ªtima preocupaci¨®n de Pilar: estaban juntos en la grada del programa de Roberto Arce, pero la distancia entre ellos mediaba 70 a?os, una guerra a¨²n abierta en canal y una dictadura de m¨¢s de 40. En ellos la transici¨®n no hab¨ªa recosido ninguna herida, solo hab¨ªa taponado el agujero por donde sangraba. ?Lo destapona la ley?; de alguna forma, como manten¨ªan las posiciones contrarias, ?esta ley vuelve a enfrentarlos? Sin duda, en cualquier caso, no parece que los reconcilie. Dicho lo cual, y aun en el caso de que reabre heridas, y partiendo de una posici¨®n cr¨ªtica respecto a la ley, algo ten¨ªamos que hacer para que la transici¨®n democr¨¢tica no se convirtiera en la cal que cerraba para siempre las fosas comunes de los muertos de la represi¨®n franquista. Lo fundamental es que el se?or Vinyals y la Dinamitera contin¨²an en situaci¨®n de profunda desigualdad, 30 a?os despu¨¦s de la democracia, y que, para igualarlos en dignidad, necesitamos hablar de la represi¨®n. Quiz¨¢, y lo digo midiendo el alcance de la expresi¨®n, quiz¨¢ no resulta malo reabrir algunas heridas. ?se debe de ser el quid que aleja la posici¨®n de Cernuda de la m¨ªa, partiendo de la misma preocupaci¨®n: ella quiere mantener cerrada la herida; yo pienso que, para cauterizarla, primero hay que reabrir y dejar salir las bacterias que hab¨ªan anidado en ella. Dif¨ªcil matiz que se convierte en un abismo de lejan¨ªa.
Primero, los contras a la ley. Llega tarde y, como ocurre con la justicia, lo que llega tarde, llega mal. Desde luego, y a pesar de entender la complejidad de aquellos tiempos, una ley de esta naturaleza ten¨ªa que haber surgido en la ¨¦poca de Felipe Gonz¨¢lez y fue todo lo contrario. Felipe mantuvo las prebendas a los Franco -que gozaron de escandalosos privilegios hasta mediados los ochenta-, no entr¨® en una dignificaci¨®n de los represaliados y permiti¨® el mantenimiento de miles de s¨ªmbolos franquistas en el espacio p¨²blico. Creo que al inicio de su mandato fue prudente. Despu¨¦s pas¨® a ser timorato. Y ante el miedo, siempre pierden los mismos. Tambi¨¦n soy cr¨ªtica con la ley por su falta de consenso, cosa que no es extra?a a tenor del tiempo pol¨ªtico en que se plantea. No soy sospechosa de defender la posici¨®n del PP, pero era dif¨ªcil pensar que el PP pudiera sumarse a una ley tan delicada en un momento electoral. Algo parecido, por el otro lado, ocurre con ERC. Exigir consenso en una cuesti¨®n extremadamente sensible, en un momento pol¨ªtico estomacal, es pedir peras al olmo. O, peor a¨²n, buscar el disenso para sacar r¨¦dito pol¨ªtico. Sinceramente, el PSOE est¨¢ jugando con material sensible en el peor momento y tiempo, y dicho a sabiendas de que el PP juega con lo mismo, sin ning¨²n complejo. Finalmente, mi cr¨ªtica por el contenido. Una ley que intenta dignificar la memoria de las v¨ªctimas de la represi¨®n franquista, pero no anula los juicios sumar¨ªsimos y deja en manos de la iniciativa de los familiares lo que tendr¨ªa que ser responsabilidad de la democracia, es una ley inquietante. Por supuesto ten¨ªa raz¨®n Jim¨¦nez Villarejo cuando en el programa de Cun¨ª, en TV-3, expres¨® la complejidad de la petici¨®n, no en vano la justicia no puede anular de facto miles de procesos. Pero pod¨ªa encontrarse una v¨ªa intermedia que no hiciera recaer en los familiares el proceso de dignificaci¨®n de sus muertos. Queriendo ser una ley comprometida, no se compromete en lo b¨¢sico. Por tanto, es una ley a medias. Y una ley a favor de las v¨ªctimas que se quede a medias no es una ley medio injusta. Como las embarazadas, que no lo pueden estar a medias, tampoco la justicia es justa cuando no llega.
A pesar de todo, sin embargo, ?qu¨¦ necesidad de una ley que sacara a las v¨ªctimas de las cunetas y les pusiera nombre, fecha, tumba donde llorarlos, memoria digna! ?Qu¨¦ necesidad de adecentar la verg¨¹enza del Valle de los Ca¨ªdos! ?Qu¨¦ necesidad de limpiar de mierda franquista las calles de nuestras ciudades! No se trata de hablar de los desmanes de la Guerra Civil a ambos lados, como pretenden los m¨¢s aguerridos contrarios a la ley, sobre todo porque, para demonizar a la rep¨²blica, ya tuvimos 40 a?os de propaganda. Y lo digo con un matiz: soy de los que creen que la izquierda a¨²n no ha hecho los deberes con su pasado negro, que tenerlo, lo tiene. Pero la ley habla de la dictadura, habla de los asesinados en las cunetas de las carreteras, de restituir su dignidad, habla de condenar una tiran¨ªa que empez¨® matando y acab¨® matando. Puede que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Vinyals y Rosario S¨¢nchez nunca lleguen a mirarse a la cara con tranquilidad. La ley no pretende eso. Pero hab¨ªa que hacer algo para que Rosario y Jos¨¦ Luis estuvieran en el mismo nivel de mirada. Hasta ahora, Jos¨¦ Luis estaba en el pedestal de los vencedores y la Dinamitera lo miraba desde el agujero de los vencidos. Quiz¨¢ s¨®lo es eso: una escalera para elevar a Rosario hasta la posici¨®n de dignidad. S¨®lo es eso. Pero eso, 70 a?os despu¨¦s, ?es tanto!
www.pilarrahola.com
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