Bhutto: "No me atacaron a m¨ª, sino a Pakist¨¢n"
La ex primera ministra asegura que permanecer¨¢ en el pa¨ªs para alentar la campa?a de las elecciones generales
Con una firmeza dif¨ªcil de igualar, Benazir Bhutto convoc¨® ayer en su casa a la prensa para expresar su dolor por los casi 140 muertos del atentado de ayer y, sobre todo, para dejar claro a los autores que "no han logrado su prop¨®sito de atemorizar a los paquistan¨ªes empe?ados en la democratizaci¨®n". "El ataque", continu¨®, "no fue contra m¨ª, sino contra Pakist¨¢n, no fue contra mi persona, sino contra lo que represento: la democracia, la unidad y la integridad de Pakist¨¢n".
"No acuso al Gobierno sino a ciertos individuos que abusan de su poder", dice la l¨ªder
La l¨ªder del Partido Popular de Pakist¨¢n (PPP), la mayor fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs, que portaba un lazo negro en el brazo, pareci¨® crecerse con el atentado. "Los atacantes forman una minor¨ªa que pretende secuestrar el destino de nuestra naci¨®n, pero no lo conseguir¨¢n". Bhutto se?al¨® que no lograr¨¢n silenciarla ni a ella ni al PPP e indic¨® que permanecer¨¢ en el pa¨ªs para impulsar la campa?a de las elecciones generales, previstas para mediados de enero.
Asimismo, el Gobierno tambi¨¦n se?al¨® que el atentado "no interrumpir¨¢" el proceso electoral que se abre el 15 de noviembre, cuando vence el periodo de la actual Asamblea Nacional. "Las elecciones se celebrar¨¢n conforme a lo planeado. El proceso de democratizaci¨®n iniciado no se ver¨¢ afectado", declar¨® el viceministro de Informaci¨®n, Tarik Azim.
A instancias de EE UU, Bhutto y el general Pervez Musharraf firmaron a principios de mes un acuerdo para compartir el poder. El acuerdo ha sido puesto en tela juicio por el Tribunal Supremo, que debate la constitucionalidad de la reelecci¨®n de Musharraf y de la amnist¨ªa concedida por ¨¦ste a Bhutto por las acusaciones de corrupci¨®n que ten¨ªa pendientes y por las que se autoexili¨® en 1999 para evitar la c¨¢rcel.
La hija de Zulficar Al¨ª Bhutto, el primer presidente civil del llamado Pa¨ªs de los Puros, que fue ahorcado en 1979 por el dictador Mohamed Zia ul Haq, asegur¨® que detr¨¢s de los suicidas se encuentran "elementos del antiguo r¨¦gimen de Zia [1977-1988] que han vuelto a recuperar mucho poder" bajo el de Musharraf. "No acuso al Gobierno sino a ciertos individuos que abusan de su poder", asegur¨®.
Esta indudable pol¨ªtica de casta indic¨® que el pasado martes envi¨® una carta a Musharraf en la que le advert¨ªa de que ten¨ªa informaci¨®n fidedigna sobre el env¨ªo a Karachi de cuatro escuadrones suicidas: uno ligado a los talibanes afganos, otro a los talibanes paquistan¨ªes, un tercero a Al Qaeda y un cuarto a fuerzas contrarias al PPP en esta urbe de 12 millones de habitantes. La primera mujer en dirigir un Gobierno isl¨¢mico (1988-1990 y 1993-1996) mencionaba en su misiva tres nombres relacionados con un posible intento de asesinarla y ped¨ªa al general que los investigara si algo le suced¨ªa. Ayer hizo un llamamiento p¨²blico a Musharraf para que investigue la matanza, que tambi¨¦n ha causado m¨¢s de 200 heridos, pero se neg¨® a decir los nombres de los sospechosos de inducirla.
Bhutto, de 54 a?os, se?al¨® que hab¨ªa pedido a la plana mayor del PPP que no la acompa?ara en el mismo cami¨®n para no dejar al partido descabezado si hab¨ªa un atentado, pero que ellos insistieron en ir todos juntos. Muchos resultaron heridos y hubo tres muertos entre los encargados de la seguridad que la acompa?aba. Ella result¨® ilesa porque minutos antes hab¨ªa descendido, a la cabina habilitada bajo la plataforma colocada para saludar a los seguidores, con el fin de cambiarse de zapatos porque le dol¨ªan los pies de tantas horas.
El avi¨®n que la trajo desde Dubai (Emiratos ?rabes Unidos) lleg¨® a Karachi a las 13.30 (tres horas menos en la Espa?a peninsular) y el atentado ocurri¨® pasada la medianoche. El convoy deb¨ªa recorrer los 30 kil¨®metros que separan el aeropuerto del mausoleo de Mohamed Al¨ª Jinnah -el fundador de Pakist¨¢n-, pero la marea de gente, el ambiente de fiesta y los bailes de sus seguidores redujeron la marcha, sobre todo al principio, a un kil¨®metro por hora. "Fue un d¨ªa de esperanza que termin¨® en tragedia", dijo la l¨ªder.
Seg¨²n Bhutto, cuando la caravana entr¨® en la avenida en la que se produjo el atentado todas las luces estaban apagadas. "No se ve¨ªa nada. Los encargados de mi seguridad buscaban francotiradores sumidos en la oscuridad", subray¨® al indicar que el Gobierno debe de investigar por qu¨¦ no hab¨ªa luces y por qu¨¦ fue imposible contactar por tel¨¦fono con el jefe de Seguridad Nacional. Poco antes, hab¨ªan sido detenidos un hombre con una pistola y otro que portaba un cintur¨®n con explosivos.
Cuando Bhutto fue preguntada en la conferencia de prensa sobre si no se equivoc¨® por no atender la advertencia del general, se revolvi¨®. "Cuando se lucha por unos principios hay que pagar un precio. Lo que habr¨ªa sido un gran error es no venir", sentenci¨®.
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