En la monta?a del poder kurdo
Turqu¨ªa desaf¨ªa a EE UU y amenaza con invadir el Kurdist¨¢n iraqu¨ª - Masud Barzani ha advertido a Ankara de que esta vez defender¨¢ la soberan¨ªa
La gente de Diyarbakir, capital del Kurdist¨¢n turco, espera sentada su turno en el patio de la oficina del alcalde de la ciudad, Abdullah Demirbas, l¨ªder del prokurdo Partido de la Sociedad y la Democracia (DTP). Ni Billy el r¨¢pido con dos rev¨®lveres ser¨ªa m¨¢s expeditivo que este pol¨ªtico con sus dos tel¨¦fonos m¨®viles. Entra una se?ora al despacho con su hijo de ocho a?os y le explica al alcalde que ha recurrido a todas las instancias municipales y provinciales. Que la casa se le cae encima, que no tiene dinero para reformarla y necesita una nueva o dinero para la reforma. Antes de que acabe la se?ora, Demirbas marca un n¨²mero y le dice a alguien que la atiendan sin falta. La se?ora prosigue: su marido es paral¨ªtico, necesita una silla de ruedas y no tiene dinero. Otro telefonazo y asunto casi resuelto. ?Qu¨¦ m¨¢s? Necesita operarse y no tiene dinero. "Y le he dicho al gobernador que si no encuentra soluci¨®n para mis problemas me ir¨¦ a la monta?a", comenta.
"Me dicen que soy turca, pero no me dan sus derechos", dice una mujer
En el Kurdist¨¢n iraqu¨ª los cinco millones de kurdos son amos y se?ores
Ya sali¨® la palabra. La monta?a. Una vieja expresi¨®n de la zona dice que la ¨²nica amiga de los kurdos es la monta?a. El monte queda a m¨¢s de cuatro horas en coche de Diyarbakir, pasada la frontera con Irak, en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª. All¨ª, en esa zona que nunca estuvo bajo el control completo de ning¨²n Estado, viven, se entrenan y preparan sus atentados los 3.500 miembros del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), organizaci¨®n tachada de terrorista por Estados Unidos y la Uni¨®n Europea. Esta semana el Gobierno turco del islamista moderado Recep Tayyip Erdogan promovi¨® una ley que permite al Ej¨¦rcito turco penetrar cuantas veces quieran a lo largo de un a?o en el norte de Irak para matar a los terroristas.
La monta?a en su d¨ªa era refugio de los famosos peshmergas (el que va a morir, en lengua kurda). Ni el m¨¢s sanguinario Sadam Husein pudo con aquellos peshmergas. Pero ahora, ellos son los soldados del Gobierno aut¨®nomo del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, representan a la autoridad competente, al Gobierno del kurdo Masud Barzani, en una extensi¨®n semejante a Andaluc¨ªa.
"El Ej¨¦rcito turco ha entrado unas 24 veces en Irak desde los a?os ochenta", recuerda un pol¨ªtico kurdo pr¨®ximo al Gobierno del Kurdist¨¢n iraqu¨ª. "Pero siempre lo hizo con el permiso de Barzani y sus peshmergas. A nosotros nos interesaba entonces porque est¨¢bamos en guerra con el PKK. Pero ¨¦se no es el caso en este momento".
Masud Barzani emiti¨® el viernes un comunicado por el que hizo saber a Turqu¨ªa que est¨¢ dispuesto a defender la soberan¨ªa de su territorio. Los pol¨ªticos kurdos como el alcalde Dermibas tratan de lograr m¨¢s derechos para su gente, paso a paso, dentro de la ley y de las instituciones. Pero cada vez que las instituciones fallan, los kurdos miran hacia la monta?a. "Que despu¨¦s no me llamen terrorista", le espeta la mujer al alcalde. "Porque me dicen que soy turca, pero no me dan los mismos derechos que a los turcos. Porque soy kurda", agrega.
Ella llora como esos hombres que no quieren que los vean llorar. Y el alcalde marca otro n¨²mero de tel¨¦fono y consigue a un m¨¦dico a la que ella visitar¨¢ gratis. En el patio kurdo siguen esperando m¨¢s kurdos al alcalde. Vi¨¦ndolo manejarse con el pueblo uno se extra?a de que a¨²n no haya m¨¢s gente aguardando para visitarlo.
Pero lo sorprendente es que aunque todos los presentes tratan a Abdullah Demirbas como alcalde, no es ya la primera autoridad municipal de Diyarbakir. Lo fue entre 2004 y julio de 2007. Dice que el Gobierno turco lo despidi¨® como alcalde porque ¨¦l quiso emprender una pol¨ªtica de pluralidad ling¨¹¨ªstica en el Ayuntamiento. Pero su margen de maniobra, su poder pol¨ªtico, reflejan hasta qu¨¦ punto los kurdos manejan dinero en Turqu¨ªa. Quiz¨¢s con la inestimable ayuda del Gobierno del Kurdist¨¢n iraqu¨ª.
Los 26 millones de kurdos que hay en el mundo conforman el cuarto grupo ¨¦tnico m¨¢s grande de Oriente Pr¨®ximo, despu¨¦s de los ¨¢rabes, los turcos y los persas. En Turqu¨ªa, con 14 millones de kurdos, representan el 20% de la poblaci¨®n, en Ir¨¢n, con seis millones, y en Siria, con un mill¨®n, son el 10%.
En el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, los cinco millones de kurdos, son los aut¨¦nticos amos y se?ores. El Gobierno aut¨®nomo de Masud Barzani se puede permitir ser un fiel aliado de Estados Unidos y, al mismo tiempo, tolerar la presencia de los 3.500 terroristas del PKK que hostigan a Turqu¨ªa. Pero el Gobierno de Ankara, con su pretensi¨®n de invadir Irak a pesar de la oposici¨®n expresa del presidente de EE UU, George W. Bush, ha tensado la cuerda de su alianza militar y pol¨ªtica con Washington.
Dos caminos sin vuelta atr¨¢s
Ondear la bandera kurda est¨¢ prohibido en Turqu¨ªa. Pero la joven Ezel, de 17 a?os, se pasea en Diyarbakir, capital del Kurdist¨¢n turco, con dos zapatillas Adidas que le regal¨® una cooperante italiana, roja, amarilla y verde. Como su bandera. Con esas zapatillas saldr¨¢ corriendo en menos de tres meses hacia Italia, donde pretende retomar los estudios que se interrumpieron cuando ten¨ªa 13 a?os, o hacia la monta?a, es decir, hacia el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, donde tomar¨¢ las armas como guerrillera del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), organizaci¨®n considerada terrorista por Estados Unidos y la Uni¨®n Europea.
"Ahora mismo estoy en libertad provisional. Mi abogado ha recurrido una sentencia por la que se me condena a cinco a?os de c¨¢rcel. No pienso cumplirla", manifiesta la chica.
Sus problemas empezaron cuando ten¨ªa 13 a?os y acudi¨® junto a unos amigos a un mitin por la paz. Llevaba un pa?uelo rojo, amarillo y verde. "Y me arrestaron. Pero no lo hicieron por llevar el pa?uelo, sino porque me acusaban de que portaba un arma, me dijeron que yo hab¨ªa estado en la monta?a y quer¨ªan que les pasase informaci¨®n sobre la monta?a. El 13 de septiembre de 2002 me arrestaron. Me dijeron que si no les daba el arma me desnudar¨ªan. Me levant¨¦ yo misma la camisa y les dije que no ten¨ªa nada. Me insultaron, me golpearon en la boca y en el est¨®mago, aunque no fue una tortura sistem¨¢tica".
"Me tuvieron", prosigue el relato, "cuatro d¨ªas sin comer. Me llevaron a juicio. Y el fiscal me dijo que yo estaba dividiendo a la naci¨®n turca. Me mir¨¦ a m¨ª misma y dije '?Yo?'. Lo volv¨ª a preguntar: '?Yo?'. Y les dije: 'si con 13 a?os yo puedo dividir a la naci¨®n, qu¨¦ pena de Turqu¨ªa'. Despu¨¦s pas¨¦ seis meses en una c¨¢rcel de adultos, de presos pol¨ªticos. Me soltaron, pero me prohibieron seguir yendo al colegio. Me han robado mi derecho a la educaci¨®n".
El 15 de marzo de 2007, Ezel asisti¨® a otra manifestaci¨®n. Y otra vez fue detenida. "He pasado cinco meses en la c¨¢rcel. Sal¨ª en agosto. El fiscal aleg¨® que por ser yo reincidente deber¨ªa pasar 25 a?os en prisi¨®n. Mi abogado consigui¨® rebajar la pena a 18 a?os y despu¨¦s a cinco. Ahora mismo estoy en libertad provisional".
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