Lafora, una forma rara de epilepsia
Afecta a los adolescentes y la mayor¨ªa no alcanza los 25 a?os
S¨®lo hay unos 15 casos en Espa?a, pero acumula el sufrimiento de miles porque la enfermedad de Lafora aparece en la adolescencia y quienes la sufren no suelen alcanzar los 25 a?os. No presenta s¨ªntomas previos y no tiene tratamiento. Se manifiesta en forma de crisis epil¨¦pticas y avanza hacia mioclon¨ªas, es decir, sacudidas involuntarias de los brazos y piernas. El neur¨®logo Gonzalo Rodr¨ªguez Lafora, disc¨ªpulo de Ram¨®n y Cajal, la describi¨® en 1911. Est¨¢ causada por una degeneraci¨®n del sistema nervioso que conduce a un estado de discapacidad total. "Despu¨¦s de unos primeros a?os normales, a partir de los 14 a?os aparecen crisis epil¨¦pticas de varios tipos, como visi¨®n de luces o estrellas, ausencias, etc¨¦tera, al que sigue un r¨¢pido deterioro neurol¨®gico", explica Jos¨¦ Mar¨ªa Serratosa, de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz, de Madrid.
Es posible evitar la enfermedad mediante consejo gen¨¦tico
?ngel Moreno, presidente de la Asociaci¨®n Lafora Espa?a, ha tenido tres hijos afectados. Marta, de casi 30 a?os, constituye un caso excepcional porque la mayor¨ªa de los pacientes suele morir a los 5 o 10 a?os del diagn¨®stico. "El caso de Marta es muy particular: la enfermedad ha evolucionado, pero parece que ha detenido su curso", explica Serratosa. Marta tiene la misma mutaci¨®n gen¨¦tica que sus dos hermanos, pero ellos tuvieron una evoluci¨®n peor.
El grupo de Serratosa lleva a?os investigando esta rara enfermedad y recientemente ha descrito, por vez primera, una manifestaci¨®n cl¨ªnica diferente. Se trata de un ni?o que debut¨® con una disfunci¨®n hep¨¢tica. En un trabajo publicado en Neurology, Serratosa sugiere que las diferencias fenot¨ªpicas condicionan la expresi¨®n cl¨ªnica de la enfermedad fuera del sistema nervioso central.
La contribuci¨®n cient¨ªfica espa?ola al conocimiento de la enfermedad ha sido decisivo. Aparte de su descripci¨®n inicial, en 1999 Rodr¨ªguez C¨®rdoba y Jos¨¦ Mar¨ªa Serratosa identificaron el primer gen responsable, el laforina. Ahora se sabe que hay dos directamente implicados y un tercero en estudio. Puesto que la curaci¨®n parece lejana y se trata de una patolog¨ªa hereditaria de car¨¢cter recesivo, evitar que se transmita es uno de los objetivos de la Asociaci¨®n Lafora. "Para que aparezca la enfermedad debe haber dos copias del gen alterado. Cuando los dos padres son portadores del gen, la probabilidad de que cada uno de sus hijos desarrolle la enfermedad es del 25%, aunque hay familias con todos los hijos afectados", explica ?ngel Moreno. Puesto que se conocen los dos genes cuya mutaci¨®n desencadena la dolencia, es posible la identificaci¨®n precoz de las personas que los tienen alterados.
El rasgo caracter¨ªstico de la dolencia es la presencia de los llamados cuerpos de Lafora en el cerebro, coraz¨®n, m¨²sculo, h¨ªgado, retina y piel. "El diagn¨®stico se realiza bas¨¢ndose en los hallazgos cl¨ªnicos; se confirma mediante una biopsia de piel y un estudio gen¨¦tico", explica Serratosa. "Desgraciadamente, tenemos los mismos tratamientos paliativos que hace 30 a?os", dice ?ngel Moreno. "Son terapias antiepil¨¦pticas", concreta Serratosa, "que tratan los s¨ªntomas, pero no la enfermedad". Moreno est¨¢ satisfecho de los recursos que se dedican a la investigaci¨®n y destaca los esfuerzos de la Junta de Castilla y Le¨®n y del Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS). Su objetivo es ahora dar a conocer la patolog¨ªa, localizar a las familias afectadas y potenciar la investigaci¨®n.
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