"Siento que tengo una misi¨®n"
Al Gore re¨²ne en Sevilla a 80 personalidades del mundo pol¨ªtico, econ¨®mico, social y cultural para lanzar su movimiento del cambio clim¨¢tico
"Siento que tengo una misi¨®n". Al Gore est¨¢ a punto de entrar en el auditorio en el que se celebra el primer encuentro espa?ol de l¨ªderes en cambio clim¨¢tico. Es la tercera sesi¨®n, casi el remate de un intenso d¨ªa en el que se ha entregado a una audiencia de m¨¢s de 200 personas. Gore, de 59 a?os, era hasta hace poco el hombre que estuvo a punto de ser presidente de EE UU; ahora es Nobel de la Paz y profeta de la lucha contra el calentamiento global. Dej¨® su mensaje en Oviedo el viernes, en Par¨ªs el jueves, el Mallorca el martes, y ha lanzado ya diez movimientos de l¨ªderes en EE UU, Reino Unido y Australia. ?C¨®mo es capaz de repetir siempre lo mismo con tanta energ¨ªa? "Porque soy un hombre con un sentido de misi¨®n. Por eso puedo decir las mismas cosas una y otra vez y ver a gente distinta sin perder la fuerza, la ilusi¨®n. Porque les llevo un mensaje en el que creo apasionadamente".
"Les llevo un mensaje en el que creo apasionadamente"
Con una pasi¨®n similar reciben a Gore los l¨ªderes. Son "ingenieros, arquitectos, estudiantes, activistas, pintores y artistas, escritores, pol¨ªticos, empresarios, jubilados", explica Juan Verde, cofundador del proyecto en Espa?a. Doscientos seleccionados -de entre m¨¢s de 3.000 aspirantes- con estos criterios: "Primero, qu¨¦ compromiso de ayudar a los dem¨¢s han manifestado; segundo, disponibilidad y entusiasmo, cu¨¢ntas ganas tienen y cu¨¢nto tiempo van a dedicar; y tercero, dispersi¨®n geogr¨¢fica: hay representantes de las 17 comunidades aut¨®nomas". Gore, a?ade Verde, "nos ha exigido una serie de indicadores cuantificables claros: son 200 l¨ªderes, cada uno tiene que hacer diez ponencias; son 2.000 discursos en los pr¨®ximos 12 meses. Hablamos de 1.000 l¨ªderes en cinco a?os; mil l¨ªderes, a diez ponencias cada uno, son 10.000. A cien personas de media cada uno, habr¨¢ un mill¨®n de personas que recibir¨¢n este mensaje. Es un movimiento ciudadano de car¨¢cter global".
Los participantes se sientan en 28 mesas redondas. En cada una hay un `facilitador?. Todos tienen un cuaderno de trabajo con 456 reproducciones de diapositivas del documental `Una verdad inc¨®moda?, que gan¨® un Oscar y del que el ministerio de Medio Ambiente difundir¨¢ 30.000 copias (en su compra y distribuci¨®n se invertir¨¢n 580.000 euros).
Tras el saludo del presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Gore se pone a trabajar: pide una `conexi¨®n espiritual?, dice que cada uno elija un momento especial, "un lugar en el que evoquen la belleza de la naturaleza". Segundos en silencio y la voz profunda de Gore, de pie en el escenario flanqueado por dos grandes pantallas con el globo terr¨¢queo: "Formamos parte de la tierra, estamos conectados con la tierra".
Imagen tras imagen, Gore desgrana el documental, ense?a c¨®mo presentar mejor los problemas del calentamiento global, llama la atenci¨®n sobre las estad¨ªsticas m¨¢s preocupantes, expone argumentos para contrarrestar a los esc¨¦pticos, sazona sus comentarios con bromas y frases de escritores y cient¨ªficos y revela los trucos que m¨¢s impacto tienen: "Habitualmente, esto causa una carcajada en la audiencia".
Henry Pollack, asesor cient¨ªfico de Gore, le apoya desde el escenario, pero sin robarle el `show?. Gore hace frecuentes alusiones a Espa?a: "?Hubo aqu¨ª sitios cubiertos por glaciares? Perd¨®n por mi ignorancia... ?Quiz¨¢ los Pirineos?" Al final, saluda los ¨¦xitos espa?oles en energ¨ªas alternativas -"es como para estar orgulloso"- y se despide entre aplausos mientras compara su campa?a con la batalla contra la esclavitud y la lucha por la igualdad de las mujeres.
El empresario y dise?ador Adolfo Dom¨ªnguez saluda la energ¨ªa de Gore: "Cuando alguien est¨¢ apasionado por algo, lo transmite. Ojal¨¢ todos los pol¨ªticos fueran as¨ª". Petra Mateos, presidenta de Hispasat, coincide: "Es un mensaje potente, que se puede traducir muy bien a la realidad espa?ola, y es una oportunidad para que se movilice la sociedad civil". Entre los pol¨ªticos asistentes, el diputado del PSOE Juan Moscoso y el ex ministro de Justicia Juan Fernando L¨®pez Aguilar, que transmiti¨® a Gore que "Zapatero Dos, es decir, el pr¨®ximo Gobierno, quiere que la lucha contra el cambio clim¨¢tico sea una de sus prioridades". De los pol¨ªticos del PP que hab¨ªan anunciado su presencia, como Juan Costa, ni rastro en Sevilla despu¨¦s de la pol¨¦mica abierta por las declaraciones del presidente del partido, Mariano Rajoy, en Palma de Mallorca. A Gore no le ha gustado el alboroto que se form¨®: "Ning¨²n comentario. Esto no deber¨ªa ser un asunto pol¨ªtico. Quiero mantener todo esto fuera de la pol¨ªtica".
En las pausas, los participantes se preparan para su misi¨®n. Fernando ?lvarez, que trabaja en Lockheed Martin de C¨®rdoba (Argentina), ya tiene experiencia: "Cuando un cient¨ªfico te hace una pregunta que no sabes responder en una presentaci¨®n, te hunde". "Hay puntos que no voy a tocar", asegura Lola Arpa, t¨¦cnica en jardiner¨ªa en Catalu?a, que a mitad de jornada se siente motivada: "Cuanto m¨¢s sabes, m¨¢s ganas tienes de luchar". Pensando en Agres, su pueblo alicantino de 600 habitantes, Eulalia Ribes adaptar¨¢ la presentaci¨®n: "Mi gente necesita ver algo que sea suyo, algo que conozca; yo les ense?ar¨¦ la playa de San Juan. Esto lo ver¨ªan muy lejano". Luis Pons, profesor de la Polit¨¦cnica de Catalu?a, valora el papel de Gore porque "para resolver estos problemas, aparte del conocimiento cient¨ªfico, hay que darle una v¨ªa m¨¢s emocional".
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