Vuelve 'el deseado'

La vuelta de Yeste a una convocatoria del Athletic no pod¨ªa ser una vuelta normal. Operado del pubis en el verano, llevaba unas semanas entren¨¢ndose con toda normalidad, lo que anunciaba un regreso inminente en un momento delicado para su equipo. El viernes, en la sala de prensa de Lezama, rompi¨® su silencio con los periodistas y anunci¨® que ten¨ªa muchas posibilidades de debutar esta temporada hoy ante el Recreativo. La prensa le indic¨® que eso supon¨ªa entrar en una convocatoria a¨²n no anunciada por el t¨¦cnico, Joaqu¨ªn Caparr¨®s. "?No lo sabes? Pues ya te lo digo yo", solt¨® Yeste entre las risas de la concurrencia.

El Athletic ten¨ªa a ¨²ltima hora de la tarde de ayer, en San Mam¨¦s, el ¨²ltimo entrenamiento, a puerta cerrada, al t¨¦rmino del cual Caparr¨®s dar¨ªa la lista de los 18 elegidos para el encuentro. Yeste se le adelant¨® para anunciar su regreso, un retorno, por otra parte, esperado por la afici¨®n ante la falta de creatividad alarmante que padecen los rojiblancos.

La pol¨¦mica parece ser fiel compa?era del centrocampista vizca¨ªno, que durante meses ha practicado la ley del silencio por razones nunca explicadas. Caprichoso y pol¨¦mico, extravagante en ocasiones, Yeste es, sin embargo, el futbolista m¨¢s deseado por una afici¨®n que lo considera el eje principal para la resurrecci¨®n de un equipo futbol¨ªsticamente plano.

La principal inc¨®gnita reside en saber la ubicaci¨®n que dar¨¢ Caparr¨®s a Yeste. Dos son las posibilidades: cerca de la banda, como interior zurdo, o m¨¢s centrado, desempe?ando la funci¨®n de segundo punta, por detr¨¢s de Aduriz. Es en esta ¨²ltima posici¨®n en la que el 10 se encuentra m¨¢s a gusto. Futbolista de toque, con sentido y visi¨®n del juego, no tiene, sin embargo, velocidad y desborde en el uno contra uno y s¨ª una cierta tendencia a diluirse y perder el sitio jugando en esa demarcaci¨®n.

Los intentos de entrenadores anteriores, como Ernesto Valverde, de colocarle pegado a la l¨ªnea de cal no fructificaron. El jugador, que se sabe alguien especial en el grupo, nunca se mordi¨® la lengua al cuestionar las decisiones de sus t¨¦cnicos. A Mendilibar incluso le lleg¨® a reprochar tener que estar "todo el partido corriendo".