"Soy la Indiana Jones de la l¨ªrica"
Pregunta. ?Presenta el disco Mar¨ªa. ?Hoy no se puede triunfar en la l¨ªrica sin un disco bajo el brazo?
Respuesta. No. Yo creo que se triunfa, como en todas las profesiones, si se tiene amor y pasi¨®n por lo que se hace. Y talento.
P. ?Por qu¨¦ Mar¨ªa Malibran?
R. Porque fue la primera diva en absoluto. Empez¨® su carrera en el ocaso de la era de los castrati. Cantaba como nadie, era una actriz fabulosa, compon¨ªa m¨²sica, pintaba, escrib¨ªa. Era una diosa hecha persona.
P. Con ocho a?os ya cant¨® en la Tosca de Puccini. ?Para precoces, Mozart y usted?
R. Nooo. Mozart est¨¢ en otro planeta. Yo estoy al servicio de la m¨²sica de Mozart las veinticuatro horas del d¨ªa. Al servicio de Mozart, ?eh? No de todos [r¨ªe].
P. ?Y ¨¦l se lo agradece?
R. No lo s¨¦. Hablaremos del tema en el m¨¢s all¨¢.
P. ?No est¨¢ hasta la batuta de ser Rosina en El barbero de Sevilla?
R. Tambi¨¦n he hecho mucho la Cenicienta. Empec¨¦ mi carrera como la Malibr¨¢n, con Rosina. Ahora la canto menos, pero tengo siempre a Rossini en el repertorio, porque significa mantener vocalidad y disciplina.
P. ?Usted es disciplinada?
R. Un poco, forzosamente. Aunque ahora vaya por ah¨ª con un cami¨®n [donde lleva la exposici¨®n itinerante sobre Malibr¨¢n] y no lo parezca en absoluto.
P. ?Cu¨¢l es su indisciplina favorita?
R. A veces me dejo ir... Incluso la pasi¨®n por el coleccionismo es una locura, porque llevo catorce a?os buscando materiales sobre la Malibr¨¢n y los Garc¨ªa, esta familia espa?ola que marc¨® un hito en la m¨²sica en el siglo XIX. Me paso noches al tel¨¦fono con Am¨¦rica buscando.
P. ?Y qu¨¦ remedio le ve su psiquiatra?
R. No tengo psiquiatra. Pero est¨¢ claro que ahora todos sabr¨¢n qu¨¦ hago con mis cach¨¦s.
P. Va por las bibliotecas buscando rarezas musicales. ?Tambi¨¦n usted es rarita?
R. Bueno, soy la Indiana Jones de la l¨ªrica [tararea la banda sonora de las pel¨ªculas]. A la b¨²squeda, s¨ª, porque hay joyas verdaderamente olvidadas.
P. Una vez dese¨® ser un poco inconsciente para vivir con menos preocupaciones. ?C¨®mo se entrena en la inconsciencia?
R. Me gusta buscar la cotidianeidad, que echo un poco de menos. Cosas simples, como ir al mercado y saber cu¨¢nto cuestan las patatas en Madrid. Seguramente ¨¦ste no es un discurso de diva. Pero llevo veinticuatro horas en Madrid y a¨²n no he podido ir al mercado.
P. Estar¨¢ hecha polvo por ello.
R. Estoy hecha polvo, porque este euro nos ha hecho enloquecer. En Italia se han duplicado los precios. Y en Alemania, igual.
P. ?Por qu¨¦ le fascinan los mercados?
R. Porque ahora tendemos a ir a grandes superficies. Pero en los mercados hay un amor y un arte en exponer las cosas propias, cada uno tiene un modo propio de venderlas, y se entienden las estaciones: no se pueden comprar fresas en enero.
P. "Con Mozart tengo la sensaci¨®n de estar cantando desnuda". ?Qu¨¦ lo interpreta, en la ducha?
R. Bueno [r¨ªe], con los directores modernos nunca se sabe. Puede suceder que te toque cantarlo no en la ducha, sino desnuda en el escenario.
P. De peque?a quer¨ªa ser bailaora. ?Por qu¨¦ se baj¨® de los tacones?
R. Entr¨¦ en Roma en un grupo de flamenco y llegu¨¦ a actuar en la RAI. Pero era un grupo amateur.
P. Quiz¨¢ por eso so?¨® con hacer Carmen.
R. Carmen es una ¨®pera fabulosa. No la veo como punto de llegada de una cantante, pero me gustar¨ªa volver a sus or¨ªgenes, representada en teatros peque?os.
P. ?Y usted tiene, como ella, un toque casquivano con los hombres?
R. S¨ª, los devoro [carcajada]. Es m¨¢s, en este sentido debo decir que soy muy t¨ªmida. Y, si hablamos en serio, tengo un compa?ero desde hace ocho a?os y soy felic¨ªsima.
P. ?De qu¨¦ color es su voz?
R. De muchos colores. Con la voz se pinta. Y ahora, tras veinte a?os de carrera, tengo una paleta llena de colores y de sombras.
P. ?Qu¨¦ le falta por hacer?
R. En el mundo de la m¨²sica, yo voy siempre como Indiana Jones, a la b¨²squeda del arca perdida.
P. ?Y qu¨¦ pretende encontrar dentro del arca?
R. En la de la Malibr¨¢n he descubierto que Mendelssohn escribi¨® una escena fabulosa para ella y para B¨¦riot, su gran amor, su segundo marido. Y en el arca hay joyas tambi¨¦n de Pacini o de Persiani.
P. No tiene remedio: en su arca perdida siempre habr¨¢ m¨²sica.
R. Ah, creo realmente que s¨ª.
Perfil
Tiene 41 a?os y es expresiva, entusiasta y siempre proclive a la carcajada. Hija de cantantes l¨ªricos, dice que la m¨²sica es para ella algo gen¨¦tico, porque empez¨® a escucharla en la barriga de su madre. Su mayor pasi¨®n es la investigaci¨®n, y, "menos desenfrenada", la de comprarse ropa. Le gustan el mar y la monta?a y odia el avi¨®n, aunque el otro d¨ªa en Barcelona le anularon el tren, "y tuve que olvidarme de la fobia"¡¤
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